Y cuando despertó, el dinosaurio ya no estaba allí

Imagen: Carlos Javier.
Imagen: Carlos Javier.

Vicente Vera Esteve. Es la hora de los valientes. Los países de nuestro peso económico en el contexto de la globalización creciente han de mover ficha, y pronto. No se puede dilatar más la demora en el desarrollo e implementación de políticas y actuaciones que apuesten por el crecimiento económico. Nos lo piden los jóvenes licenciados que terminan su formación universitaria y se encuentran con enormes dificultades para encontrar un trabajo digno. Existe una sobreexplotación salarial en este segmento de la población. No pensamos que es el talento de hoy y de mañana. Lo pagaremos muy caro si no se toman decisiones en este sentido.

Al igual que en el campo empresarial ya se ha dicho hasta la saciedad, desde aquí insisto en el importancia que tiene potenciar e incrementar las inversiones publicas y privadas en I+D+i. Estamos muy por debajo de los índices de inversión de nuestros países vecinos, se preveía un aumento del 2% para el año 2020, los famosos programas de la Comisión Europea Horizonte 2020. No superamos el 1,2% del PIB. En estas condiciones no saldremos nunca del atraso económico en el que nos encontramos con respecto a nuestros países competidores. Los pequeños y medianos empresarios han de disponer de igualdad de condiciones que sus homólogos europeos y/o americanos. No se puede hacer depender el éxito comercial de las empresas montando campañas consumistas como las importadas de los EEUU, los Black Friday y los Black Monday. Eso es pan para hoy y hambre para mañana. La ecuación básica de Keynes está compuesta por la C de consumo o demanda agregada, y también por la I de inversión privada y G, por la inversión publica. Por lo que es imprescindible que se de la conjunción de estas tres variables. Nos encontramos en el tramo final del ejercicio 2016.

La mayoría de las empresas están ocupadas en el análisis de su balance y cuenta de resultados, esta información contable les permitirá preparar su estrategia comercial y financiera para 2017. Un ejercicio lleno de incertidumbres y cambios en el orden político y económico mundial que, no tengan la mayor duda, volveremos a hacer equilibrios al filo de la navaja. Es por ello que insisto en la necesidad tecnológica inmediata de las empresas españolas en cuanto al reto de la digitalización, ecommerce y la robotización colaborativa.

Leyendo los magníficos cuentos del escritor salmantino Gustavo Martín Garzo nos arroja alguna luz acerca de los miedos que sienten los niños cuando les contamos los cuentos tradicionales cada noche cuando nos sentamos a su lado y damos rienda suelta a nuestra imaginación para conseguir que duerman y sueñen felices. Como dice el mismo Martín Garzo, un cuento es una casa de palabras, un refugio frente a las angustias que provocan las incertidumbres de la vida. Esto mismo nos ocurre a los adultos, nos embargan los miedos hacia todo lo que nos rodea en la sociedad actual: miedo al desempleo cuando se es mayor de 45 años, miedo a que nos cierren la empresa, miedos a salir por la calle o viajar pensando en los ataques terroristas,y un largo etcétera. No quiero pasar por alto los casos flagrantes de sentirnos observados y espiados permanentemente, recomiendo ver la escalofriante película sobre la inteligente actuación del americano Snowden contra los servicios de control de la CIA. Hay un libro muy amable escrito por este autor español que se titula La Casa de las Letras, averiguarán muchos secretos e interpretaciones que se esconden detrás de los cuentos infantiles de los hermanos Grimm, Andersen, etc. Una maravilla para la reflexión de los mayores.

En otro orden de cosas se preguntarán qué es eso del dinosaurio. He elegido este titular por dos razones : la primera es homenajear al gran escritor y cuentista nacido en Honduras, exiliado en Guatemala y posteriormente afincado en Méjico, Augusto Monterroso (1921-2003). Premio Príncipe de Asturias de las Letras en el año 2000. Me he permitido parafrasear el cuento considerado como el microrrelato más breve de la literatura universal. Posteriormente se ha publicado algún otro de parecidas características. Pero lo que nos interesa definir en esta columna es el tributo que también le hago al comandante Fidel. El cuento original de Monterroso nos dice que cuando se despertó el dinosaurio, éste todavía estaba allí. Yo en cambio he pensado que lo mejor es que no estuviera allí. Y así ha sido. El sábado pasado me desperté y él ya no estaba allí. Fidel Castro ha abandonado el mundo de los vivos y ha dejado en silencio a Cuba. Han sido 60 años largos de “revolución socialista”, sin libertad, pero socialismo. Este es el resultado de una economía planificada, dirigida por un dictador y una cohorte de militares protectores del Gran Hermano. Ya casi no quedan” barbudos ” suficientes para organizar un equipo de béisbol.

Ahora toca trabajar para reorganizar un estado cubano absolutamente maltrecho y sin horizonte a corto plazo. Sería bueno respetar los éxitos conseguido en educación y en medicina, revisando todo lo que sea mejorable. Sí toca desplanificar la economía, aquí volveríamos a hablar de I+D+i pero a otro nivel. Sacar de la miseria y de la pobreza a la población cubana. Y por encima de todo innovación en la estructura de poder y gestión democrática del país. Es gente muy luchadora y muy trabajadora. Espero y deseo que este otro dinosaurio yanqui no estropee lo hasta ahora conseguido por Obama. Hay que darle la vuelta a la isla conservando y mejorando aquello que realmente sí ha funcionado. Pero desde luego habrá que desburocratizar y desregular la actividad económica y social.

Para concluir, resumiría muy brevemente la necesidad de seguir creyendo y estar esperanzado en cuanto a la siguiente reflexión vertida en un trabajo publicado en un diario nacional sobre la innovación: “El Gobierno tiene una doble responsabilidad. Por una parte, subir el gasto en este capítulo (desembolsos en I+D) que tiene un efecto tractor. Y por otro, generar el entorno adecuado para que las empresas inviertan más.”. Les recomiendo que se sumerjan en algunas de las obras y artículos publicados por Monterroso y Martín Garzo. Les compensará alejarse de esta desolación económica que vivimos. Al mismo tiempo celebremos que el dinosaurio ya no esté allí.

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