Carlos Fernández. «Esta es mi opinión hoy y en este momento de mi vida». El porvenir es la nueva película de la directora Mia Hansen-Løve, película que ganó la mejor dirección en la pasada edición del festival de Berlín. La película cuenta la historia de una profesora de filosofía (Una maravillosa, como siempre, Isabelle Huppert), de edad madura, que de la noche a la mañana ve sus expectativas vitales destruidas a través de una cadena de acontecimientos que le obligan a replantearse sus teorías sobre la vida.
No hay ideas caprichosas ni clicheadas sobre el estado sentimental de su madurez femenina. El personaje de Huppert no se limita a tirarse a la basura por el paso del tiempo ni como profesional ni como mujer. Mientras hay vida, hay movimiento.
El espectador asiste a la vida de esta mujer y se siente sobrecogido pero nunca triste. No es un personaje idiota, débil o manipulable. Es un personaje perdido en la vida, y no estamos acostumbrados a que ello suponga fortaleza. Esta película la desdicha no es símbolo de debilidad, sino de la fortaleza frente a lo que está por venir. Una preciosa reflexión sobre la libertad y las dudas que convierte en poético lo que a diario se contempla como azares de la desgracia. Isabelle Huppert no hace más que enamorarme más y más con cada película que hace.