De hombres, nombres, medios y suicidios

Alberto de la Fuente Ceballos. La sucesión de atentados que están llevando a cabo “lobos solitarios” se deben, en parte, a nosotros. Y no por lo que creen.

Siempre que hay atentados en países occidentales, comienzan los debates sobre seguridad, qué estamos haciendo mal, si la culpa es nuestra, suya…

Sobre ello estaba pensando el otro día (actualmente resido en Alemania), y creo que, antes de nada , deberíamos tener claras ciertas cosas respecto a este tema:

• En primer lugar, y como norma general, el mundo es mucho más seguro hoy que nunca antes en la Historia. Las muertes por guerras y atentados, por accidentes, etc. en todo el mundo, y también en Occidente, son menos numerosas que nunca. Conviene recordarlo de vez en cuando, especialmente después de las noticias de estas últimas semanas.

• Ocurre un fenómeno curioso: el hecho de que estos eventos sean tan poco comunes hace que sean mediáticos, y que por tanto estemos constantemente expuestos a noticias de lugares que antes ni siquiera conocíamos. Cualquiera pudo ver el otro día, en directo y por streaming, cómo los militares golpistas en Turquía se liaban a tiros en el puente del Bósforo (que Erdogan acaba de renombrar como “de los mártires del 15 de julio”). Hace 20 años, el intento de golpe habría sido un párrafo en la séptima página de un periódico. Algo similar ocurre con las muertes por accidentes de coche o de avión: pese a que el avión es mucho más seguro, los accidentes aéreos son mucho más mediáticos. Respecto a los asesinatos (tomemos como ejemplo el caso de EEUU), se calcula que la cantidad de suicidios lo dobla. Muere más gente tropezándose en la ducha que por atentado terrorista. Pero eso no vende.

• El Daesh está atentando (o intentándolo) cada vez más porque está perdiendo la guerra. El terrorismo es la herramienta que utilizan fuerzas inferiores para intentar joder a un enemigo al que jamás podrán ganar sobre el campo de batalla. No es por ello menos peligroso, pero de nuevo intentemos ver la situación global para tener una mejor imagen de lo que está pasando.

• Donde el Daesh está ganando, sin duda, es en la guerra mediática. Ofrecen un ideal de sociedad y de mundo que, por mucho que nos repugne, Occidente no está sabiendo ofrecer actualmente. Les aseguro que, si fuera un ciudadano de Oriente Medio y estuviese pensando en jugarme el pellejo por un sistema de democracia liberal sobre una dictadura, viendo lo que está pasando en EEUU con Trump (y en Europa) me lo pensaría dos veces.

• Los últimos atentados no los ha cometido el Daesh. Los han cometido locos que se vienen arriba en su casa viendo vídeos de Youtube y le declaran lealtad al “Califato” por su propia cuenta. Nada que ver con lo que vimos en París con Charlie Hebdo o la sala Bataclan, gente con entrenamiento militar avanzado.

• Esto último no deja de ser lo más preocupante pues, ¿qué puede hacer cualquier sociedad, por avanzada que sea, para evitar que un camionero coja su camión y se ponga a atropellar gente? Matar, no se nos olvide, no deja de ser extremadamente fácil.

Pero volvamos al tema de los medios. Siempre me ha llamado la atención, respecto lo que comento más arriba de los suicidios, que estos nunca salen en las noticias. Se ha ejercido cierta forma de autocensura, por el hecho (parece que comprobado según estudios) de que las noticias de suicidios generan un “efecto llamada”, animando a otros a hacerlo. Parece que puede tener sentido, pues, limitar en cierto modo la libertad de prensa, si con ello salvamos vidas.

En cuanto a las cifras de suicidios en España cada año, ¿cuánta gente dirían? Tengo a mano los datos de 2013, parece que los últimos publicados. Paren de leer un momento y piénsenlo. Pues resulta que 3.870. Como dato extra, 2.911 de ellos fueron hombres. Nunca he oído hablar de esto en cuestiones de igualdad de género, pero sin duda debería tratarse.

Decimos pues, que los suicidios no se publican para intentar minimizarlos, o no darles “legitimidad”. Pero hay un tipo de suicidio que sí que está muy de moda publicar: los atentados terroristas.

Evidentemente, no estoy abogando por que no se publiquen pero, ¿de verdad es necesario que conozcamos el nombre del asesino, su familia, lo que opinaban sus vecinos de él? ¿Ayuda esto? Evidentemente no. Y digo más: al igual que las noticias de suicidios podría generar una reacción en cadena, creo que este tipo de noticias fomenta que haya más atentados.

¿Por qué están aumentando las masacres con suicidio en los últimos años? Y no sólo hablo de terrorismo islámico: tiroteos en institutos de EEUU, el piloto de Germanwings que se estrelló contra una montaña (del que también todos conocimos su historia personal y le llegó a decir a su novia algo así como: “la gente conocerá mi nombre”)…

Bienvenidos a la era de Internet. La profecía de Warhol de los 15 minutos de gloria se está cumpliendo en su forma más macabra. Y es que en el estado actual de las cosas, si te quieres suicidar y quieres llegar a los libros de historia, la forma más fácil de hacerlo es cargándose a unos cuantos inocentes. Porque una persona que no valora su propia vida, difícilmente valorará la de los demás, y siempre habrá alguien lo bastante loco para cometer las atrocidades que estamos viendo.

Así que propondría una cosa a los medios: publiquen esas noticias y honren a los muertos, pero, por favor, ni fotos, ni nombres, ni vida y obra del asesino. Estoy seguro de que salvaríamos a más de un inocente. Y sé que esto es imposible en esta época, y que si los medios mainstream no lo publican lo hará Twitter o quien sea, pero dado que se hizo un “pacto de caballeros” en su día para no publicar suicidios, creo que esto no sería tan difícil.

Y entonces, ¿por qué digo que la culpa es en parte nuestra? No es tanto por la guerra de Irak y el Tratado de Sykes-Picot como dicen algunos (aunque algo tendrán que ver también), sino por nuestro propio gusto por el morbo.

Porque, al fin y al cabo, los medios publican lo que el público demanda, y por mucho que la gente se ponga en contra, Telecinco hace telebasura porque se forra con ello. Así que también nosotros debemos ser responsables al decidir sobre qué noticia hacemos clic.

Hala, ya me he quedado a gusto con la sociedad, voy a ver si me instalo el Pokémon Go . Que luego no digan que los Occidentales estamos perdiendo los valores.

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