EBN. Empezar una nueva vida en un país cuya lengua no hablas es un gran reto que ha superado con éxito la doctora Gouchun Zhong, cuyo nombre español es Lina. Esta mujer llegó a España hace ocho años procedente de su Wenzhuo natal (China) con el deseo de conquistar nuevos sueños, nuevos proyectos que poco a poco ha ido alcanzando gracias a su tensón y su inteligencia.
Lina estudió Medicina en la Universidad de Zhzjian, especializándose en Ginecología y en su país trabajaba en un hospital de Wenzhuo. Pero hace casi una década, esta emprendedora decidió que era el momento de elevar las alas y levantar el vuelo hacia occidente. «Elegí España por el clima, por el carácter español, alegre y extrovertido, y también por la comida. Además, pensaba que me sería posible conseguir el permiso de residencia», reconoce la ciudadana china afincada en Madrid.
Sus comienzos en suelo español, como todo los inicios, no fueron fáciles. Lina ha tenido que superar muchos obstáculos, pero lo ha logrado a base de trabajo y su enorme predisposición. Así, nada más llegar se puso a buscar empleo, abordando sectores que nada tenían que ver con su verdadera profesión. Estuvo en un restaurante chino y también en una tienda mayorista de ropa china para mujer, hombre y niño ubicada en la madrileña zona de La Latina.
A pesar de que esta extranjera estaba sola y de que le resultó complicado adaptarse al ritmo de vida y la cultura españolas, así como aprender castellano, al menos un mínimo para defenderse, Lina fue superando estas pruebas hasta avanzar lo suficiente como para poner en marcha su propio negocio.
Y es que esta mujer emprendedora, siempre con un proyecto en mente, ansiaba volver a su sector, el de la salud. Si bien no lo ha hecho como ginecóloga, sino como dueña de una parafarmacia en el barrio madrileño de Usera, Mandalina, un espacio que abrió sus puertas el pasado mes de diciembre y que está teniendo muy buena acogida. «También abrí en enero una perfumería Equivalenza en el mismo barrio», reconoce Lina.
Ya totalmente adaptada, la ciudadana china asegura que le encanta la comida de nuestro país, así como el clima y el carácter de los españoles. En esta misma línea, la empresaria pone de relieve que se siente muy querida e integrada, «como en familia», una sensación agradable que es posible gracias al cariño y la amabilidad de las personas con las que se ha ido encontrando en el camino desde que llegara a Madrid hace ocho años.
Sin embargo, a pesar de haber asimilado las tradiciones españolas, Lina ha seguido manteniendo las chinas, haciendo que ambas se fundan de manera armónica. Ejemplo de ello es que la empresaria celebra el año nuevo dos veces, el español el 1 de enero y el chino en febrero. «También celebro dos cumpleaños, pues según el almanaque chino nací el 6 de octubre, pero para el español lo hice el 23 de noviembre», destaca.
Así pues, esta emprendedora es un ejemplo de que con trabajo y ganas uno puede alcanzar sus objetivos, aunque éstos estén puestos en un país a miles de kilómetros de casa.