Europa Press. Amable Liñán Martínez, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1993, ha sido nombrado miembro de número de la Sección de Ingeniería de la Real Academia de Doctores de España (RADE), en la que ocupará la medalla 108 de la corporación.
Miembro de las reales academias de Ciencias y de Ingeniería españolas, de la de Ciencias de Francia, de la Nacional de Ingeniería de Estados Unidos, y fellow de la American Physician Society y del British Institute of Physics, el profesor Liñan ha expresado su «satisfacción por incorporarse a la Real Academia de Doctores de España, cuya singularidad interdisciplinar le distingue de otras y aporta una visión muy enriquecedora, porque nuestra cultura no es únicamente la ciencia».
También le agrada «poder contribuir al reto de servir a la sociedad que la RADE se ha propuesto, sumando su voz a las grandes voces que forman parte de la corporación en aquellas áreas en las que tiene experiencia». Confiesa que, con 81 años recién cumplidos, mantiene intacta su vocación de estudiar y aprender.
Profesor emérito de la Universidad Politécnica de Madrid desde hace diez años, Liñán acude cada mañana a su despacho de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutica y, por la tarde, asiste a actividades en las academias o entidades con las que tiene relación.
«Sigo activo porque tiran de mí antiguos colaboradores y alumnos, para que les sirva de guía y apoyo en algún sentido. Ellos son muy capaces y pueden hacer su labor perfectamente, porque con la edad no hay duda ninguna que se limitan las posibilidades que tiene uno para hacer investigación propia independiente; pero es cierto que la experiencia que uno tiene puede ayudarles y animarles», ha declarado.
Testigo privilegiado de la tecnología espacial. También ha asegurado sentirse un privilegiado porque, después de haber nacido en un pueblo, Nocedas de Cabrera (León), al que la electricidad llegó cuando él tenía cinco años y donde se vivía como en la Edad Media, ha sido espectador privilegiado e invitado a actuar en el desarrollo de la propulsión en la tecnología aeronáutica y aeroespacial, desde los años 60 hasta nuestros días.
Su actividad investigadora y docente ha estado centrada en la mecánica de fluidos y los procesos de combustión en sistemas de generación de energía y propulsión. Ha llevado a cabo su trabajo inicialmente en el INTA, donde su labor fue parcialmente subvencionada por la Oficina de Investigación Científica de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, el Servicio Forestal de los Estados Unidos, la Agencia Europea del Espacio (ESA) y el Instituto de Estudios Nucleares. Además, ha sido miembro del Comité Científico Asesor del Director General de la ESA y ha formado parte, como representante europeo, de comisiones de investigación en combustión de la NASA.
Por haber sido testigo privilegiado de la aportación que la tecnología aeroespacial ha hecho al mundo actual, el profesor Liñán no puede evitar un sentimiento pesimista de lo que está pasando en España, pero también en Europa, con los recortes en investigación.