Europa Press. El Centro de Recuperación del Lagarto Gigante de La Gomera ha vivido estos días el nacimiento de 45 nuevos ejemplares que se prevé que lleguen a 96 cuando se produzca la eclosión de todos los huevos puestos este año y que llevan en la incubadora dos meses.
Pedro Romero, técnico de Medio Ambiente del Cabildo, ha explicado que una vez finalicen los nacimientos se contará con más de 400 ejemplares en el Lagartario, lo que obliga a preparar una suelta de lagartos en un hábitat adecuado para el próximo año, posiblemente en marzo o abril.
Pese a estos nuevos nacimientos, el Lagarto Gigante no ha dejado de estar en peligro de extinción. «Para salir de esta categoría sería necesario establecer una serie de poblaciones en el medio natural, que se auto mantengan y que entre todas las poblaciones sumen un mínimo de ejemplares», indicó Romero, quien afirmó que eso «todavía está un poco lejos».
Uno de los logros destacados por el técnico es que ha subido la media de huevos por hembra a cinco, lo que supone mejorar los ratios que hasta ahora se estaban obteniendo de forma notable, ya que incluso un ejemplar puso doce viables.
Pedro Romero explica que los motivos de esta mejora no están claros, aunque todo apunta a la mejora de los protocolos a partir del año 2010 en alimentación y reproducción tras equiparlos a los del Lagarto Gigante del Hierro.
«El cambio de reproducción supuso controlar quién es el padre de quién, evitando en los años siguientes, en el momento de tener que hacer los cruces, no cruzar descendientes directos», detalló.
Ejemplares de más de un metro. De este lagarto, cuyo nombre científico es Gallotia bravoana en honor al paleontólogo y geólogo canario Telesforo Bravo, hasta hace unos años sólo se tenía constancia por los fósiles encontrados. A través de ellos se pudo conocer que existieron ejemplares de más de un metro de longitud y que vivían repartidos por toda la isla, exceptuando las zonas más frías y de mayor umbría debido a las brumas producidas por los vientos alisios.
El Plan de Recuperación, impulsado desde el Cabildo, contempla la puesta en marcha de una serie de medidas encaminadas a proteger a la población natural y su hábitat, la búsqueda de nuevas poblaciones naturales y la creación de otras poblaciones nuevas en diferentes puntos de la isla con los ejemplares obtenidos en cautividad.
En diferentes estudios llevados a cabo se ha determinado que esta especie se encuentra en declive genético desde hace unos 10.000-15.000 años, lo que, según la Corporación gomera, «no es obstáculo para que por parte de las instituciones encargadas de la conservación de la biodiversidad se realicen los esfuerzos necesarios encaminados a conseguir evitar la extinción de la misma».