Ana Rodríguez. Desde hace más de un año, los teatros de España están recibiendo en sus tablas a una de las mujeres más polifacéticas de nuestro país, Lolita Flores. Lo hacen con una obra tremendamente compleja, La plaza del diamante, una adaptación de la novela homónima de Mercè Rodoreda bajo la dirección de Joan Ollé.
Lolita se mete en la piel de Natalia ‘La Colmeneta’, una chica huérfana de madre que vive en el difícil ambiente de la Barcelona de posguerra. El conflicto se ha llevado a muchos de sus seres queridos y ahora tiene que salir adelante y mantener a sus hijos. Sus circunstancias y sentimientos los transmite la propia Natalia sobre el escenario a través de un monólogo cargado de simbolismo, en el que hace una radiografía de la España de los 40.
La plaza del diamante es la cuarta obra de teatro que Lolita Flores lleva a las tablas, como ya lo hiciera con Ana en el trópico (2005), Sofocos (2012) y Más sofocos (2013). También como actriz, ha actuado en diversas series de televisión, siendo algunas de las más famosas La sopa boba, El Síndrome de Ulises o Vida loca. El salto a la gran pantalla lo dio con Rencor (2002) y lo hizo a lo grande, logrando con su papel de Chelo Zamora el Premio Goya a la mejor actriz revelación. Más recientemente, hemos podido verla en el cine en el film de Carlos Iglesias 2 francos, 40 pesetas estrenada el pasado 2014.
Sin embargo, la faceta más conocida de esta artista ha sido la de cantante, un mundo en el que también ha destacado de manera sobresaliente desde que grabara su primer disco, Amor, amor, en 1975. Desde entonces ha publicado una veintena de trabajos (seis de ellos fueron disco de platino en España e Iberoamérica y uno de oro), el último en 2010 bajo el título ‘De Lolita a Lola’.
Desde el pasado 2014, Lolita recorre España con La plaza del diamante, una obra de la que nos habla la artista en esta entrevista:
– ¿Cómo ha sido la preparación de La plaza del diamante?
– Han sido dos meses de ensayos, pero luego ya me sabía el papel de corrido y llevamos ya bastante tiempo con la obra por toda España. Meterse en el papel de Natalia ha sido fácil en realidad. Ella es una mujer chapada a la antigua, de los 40, que ha pasado por la guerra, que ha perdido a sus seres queridos, que tiene sus luces y sombras… pero a pesar de ser una historia dura también hay un hueco para la sonrisa y para una leve carcajada.
– ¿Hay algún aspecto en el que coincida con su personaje?
– Sólo en uno, en que ella, como yo, es madre. Por lo demás, afortunadamente, no he vivido lo que ella ni tampoco gente de mi entorno.
– ¿Cómo está aceptando el público la obra?
– Maravillosamente bien, vamos de lleno en lleno y con unas críticas fabulosas. Además la novela de Mercè Rodoreda en la que se basa la obra de teatro es muy conocida. También es importante que, aunque se desarrolla en la Barcelona de posguerra, el escenario podría haber sido cualquier otro lugar de España, porque la historia de Natalia es la de la mujer española de aquella época. Estoy segura de que muchas onubenses en los años 40 vivieron lo mismo que la protagonista, una mujer educada para casarse y tener hijos, mujeres que eran tratadas por sus maridos como un cero a la izquierda.
– ¿Se siente cómoda interpretando este papel?
– Sí, me siento cómoda. Me costó decidirme porque es un monólogo duro, estoy sola en el escenario y la energía de Lolita se tiene que quedar en el camerino durante la actuación. Luego, cuando termino, paso a recogerla de nuevo.
– Me imagino que desprenderse de esa alegría durante las actuaciones no será fácil…
– En realidad Natalia sí es una mujer alegre, si me apuras incluso diría que infantil. Es inocente, fue educada, como he dicho, para casarse y tener hijos, pero la guerra trastocó su vida.
– ¿Prefiere subirse a un escenario para cantar o para interpretar?
– Me gusta estar delante del público de cualquier manera. Me gusta el escenario para cantar, bailar, interpretar… me siento bien de cualquier forma porque tengo una profesión muy bonita.
– ¿Y enfrentarse al público en ambos casos es similar?
– Cuando estoy cantando miro al público a los ojos, lo recorro con la mirada y le canto y en esta obra me pasa igual. No hay nadie más en el escenario conmigo, así que miro las caras de la gente y les voy contando la historia.
– ¿Qué proyectos tiene ahora?
– En agosto voy a actuar en el Teatro Romano de Mérida con la obra La asamblea de las mujeres, que dirige Juan Echanove y en la que comparto escenario, entre otros, con María Galiana y Pastora Vega. Luego seguiré la gira de La plaza del diamante.
– ¿Y algún proyecto musical?
– Llevo mucho tiempo sin sacar un disco porque la verdad es que no tengo tiempo. Yo creo que a veces Dios te marca el camino y ahora el mío era el teatro, es lo que tenía que hacer. Estoy feliz, pero eso no quita que me encante la música y que siga con ella más adelante. Hay tiempo para todo.
– Por último, un mensaje para el público…
– Les animo a que no se pierdan esta obra de teatro, que tiene un texto precioso, con la que van a llorar, se van a estremecer, los más mayores van a recordar viejos tiempos… van a ver una obra de arte. En el escenario estoy yo sola, así que les pido que no me dejen más sola aún, que estaré allí arriba hablándoles a ellos.
Muchas gracias Lolita.