Europa Press. La perra ‘Nena’ de la Policía Nacional ha recibido la Mención de Servicios Distinguidos al mejor perro de 2014 debido a que ha facilitado la detención de 30 personas en operativos relacionados con narcotráfico y la aprehensión de 536 gramos de cocaína, casi 12 kilos de marihuana y 71 kilos de hachís.
‘Nena’, de casi 9 años de edad, de raza pastor alemán y con la especialidad en la detección de sustancias estupefacientes, forma parte de la Unidad Especial de Guías Caninos de Zaragoza de la Policía Nacional desde el año 2007. Ismael Hernández, oficial de Policía que trabaja en su adiestramiento, ha destacado de ella su capacidad para señalizar la droga en los diferentes operativos.
Hernández ha explicado que el can llegó a detectar 70 kilogramos de hachís en un trastero y en su palmarés cuenta con más de 500 intervenciones al menudeo. «La perra empezó al año de nacimiento a buscar estupefacientes», ha remarcado Hernández, quien ha recalcado que el adiestramiento de estos animales comienza a partir de los siete meses y siempre se hace «en positivo y a base de repetición», nunca con castigos.
Una muestra de sus servicios fue la localización de una maleta con más de 6 kilos de marihuana en la bodega de un autobús en Zaragoza, la intervención de 67 kilos de hachís en el año 2011 en colaboración con el grupo de Homicidios o la localización en el interior de la caja de cambios de un vehículo de 29 gramos de marihuana, también en el año 2011.
Por su parte, el jefe del Grupo de la Sección Operativa Central de Guías Caninos, Juan Antonio San Martín, ha explicado que las unidades de la Policía que están fuera de la central tienen perros adiestrados en detección de explosivos, drogas y búsquedas de billetes, mientras que en la central, además de esas especialidades, los canes buscan restos de seres humanos y son adiestrados en rescate y salvamento, así como en encontrar acelerantes de detención del fuego y localización de personas ocultas.
San Martín ha destacado que suelen empezar con el adiestramiento de armas, aunque la especialidad más complicada es la búsqueda de explosivos dado que, en estas situaciones, el can está solo, mientras que el resto de especialidades los agentes suelen ir al lado del perro. Al respecto, ha destacado que los policías trabajan todos los días con estos perros, con los cuáles establecen vínculos afectivos.
«Se les empieza a adiestrar cuando tienen siete u ocho meses, depende del perro», ha apuntado San Martín. «Respecto al tiempo que se tarda, depende del individuo y especialidad, pero es trabajo muy laborioso, de mucha paciencia y muchos meses hasta que se consiguen resultados; esto no deja de ser un juego para el perro, que al final trabaja para conseguir jugar con el guía, por el vínculo que se crea, y por satisfacer sus impulsos instintivos», ha destacado.