Europa Press. El precio del billete de autobús de líneas interurbanas bajará una media del 0,15% este año, lo que supone el primer descenso de estas tarifas en catorce años, desde el 2002, según informaron fuentes del sector.
El descenso es, no obstante, inferior a la evolución del IPC, que a cierre del pasado mes de abril se situó en una tasa interanual negativa del 0,6%.
El transporte de viajeros en autobús interurbano cuenta con una fórmula para actualizar sus tarifas anualmente, en el segundo trimestre de cada año. La fórmula tiene en cuenta el IPC medio del último ejercicio y se ajusta en función de la evolución del número de pasajeros que registre cada línea.
Este sistema de actualización del precio del billete está incluida en los contratos de concesión por los que se rigen la práctica totalidad de las líneas de autobús que actualmente conectan las distintas ciudades.
Se trata de contratos de concesión firmados entre el Ministerio de Fomento y las distintas empresas de autobuses con anterioridad a la entrada en vigor de la Ley de Desindexación de la Economía, por lo que esta norma aún no se aplica a estas concesiones de transporte en autobús interurbano.
Así, para el presente ejercicio, la aplicación de dicha fórmula arroja un descenso medio del 0,15% para el precio del billete de autobús de línea. La fecha de su entrada en vigor está pendiente de que la determine Fomento, si bien debe tener lugar antes del próximo 30 de junio.
La reducción en el precio del billete coincide con el descenso que registra el número de viajeros que elige el transporte en autobús.
Competencia. Según datos del sector, la demanda de este modo de transporte se contrajo un 19% el pasado año, si bien este descenso se ha atenuado en el primer trimestre de 2015 e incluso presenta tasas positivas en algún tipo de servicio, como es el discrecional, como consecuencia de la buena evolución del turismo.
Las empresas del sector atribuyen la caída en el volumen de pasajeros a la crisis, pero también a la «irrupción de la mal llamada economía colaborativa, de servicios de transporte compartidos» y a la «agresiva política comercial del tren», fundamentalmente del AVE.
Según el sector del transporte por carretera, ambos factores están «afectando de forma considerable a los servicios de autobús de media y larga distancia».