Hombres de la mar, barcos de leyenda

Exposición 'Hombres de la mar, barcos de leyenda'.
Exposición ‘Hombres de la mar, barcos de leyenda’.

Ana Amador. “El viaje hecho por los españoles en el espacio de tres años alrededor del mundo es una de las cosas más grandes y maravillosas que se han ejecutado en nuestro tiempo”, con estas palabras elogió el geógrafo y escritor veneciano Giovanni Battista Ramusio la hazaña de la Nao Victoria protagonizada por Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano. En honor a los famosos buques y hombres que dejaron su huella en la historia de la navegación, el Museo Naval de Madrid expone ‘Hombres de la mar, barcos de leyenda’. Este magnífico recorrido, en el que Arturo Pérez-Reverte ha participado como comisario, descubre los secretos de barcos míticos que surcaron aguas embravecidas y lucharon contra corsarios, temibles tempestades e incluso ballenas legendarias.

La sorprendente entrada a la exposición.
La sorprendente entrada a la exposición.

La nave Argo, la Nao Victoria, la galera Marquesa, la Hispaniola, el San Juan Nepomuceno, la Bounty, el Pequos, la Numancia, el Nautilus, el Titanic y el Bismarck son los 11 navíos en torno a los que gira esta singular muestra que se puede visitar del 15 de abril al 15 de julio. A través de ella, sus visitantes se adentran en la fascinante historia del mar, los marinos y la navegación, una tradición muy arraigada a nuestra tierra.

La exposición comienza con la mítica nave Argo, la embarcación más antigua y famosa del mundo griego. Sus grandes gestas fueron alabadas por autores clásicos como Catulo, Ovidio, Higino, Eratóstenes o Apolonio de Rodas, quienes narraron el arriesgado viaje desde Tesalia hasta la Cólquide en busca del vellocino de oro que dio fama legendaria a Jasón y los argonautas.

argo
La legendaria nave Argo.

Según la tradición se trataba de una pentecóntera, un ancestro de la galera cuyo nombre procede de los 50 remos que servían, aunque también usaba una vela abatible para propulsarse. Cuenta la leyenda que fue construida por el carpintero Argos en Tesalia con la ayuda de la diosa Atenea, protectora de la navegación. Aunque la madera utilizada procedía sobre todo del monte Pelión, la proa fue tallada por la propia diosa en una pieza de encina traída del Oráculo de Dodona, lo que otorgaba al Argo el don de la palabra y la profecía.

La vuelta al mundo de Magallanes y Elcano.
La vuelta al mundo de Magallanes y Elcano.

El siguiente punto del recorrido nos lleva hasta la Victoria, la nao que después tres años de expedición y 14.000 leguas recorridas se convirtió en el primer barco en dar la vuelta al mundo.

La caída de Constantinopla en manos del Imperio otomano en 1459 había puesto en peligro las rutas comerciales con las Indias Orientales, por ello se organizó una expedición que uniera Europa y las Indias por el Oeste. En esta aventura participaron las naves Victoria, Trinidad, San Antonio, Concepción y Santiago.

El Nao Victoria estaba liderada por el portugués Fernando de Magallanes pero, debido al fallecimiento de éste tras el ataque de unos nativos, finalizó la travesía Juan Sebastián Elcano junto a 18 de los 237 hombres iniciales.

Revelación de San Pío V de la victoria de la Santa Liga en Lepanto.
Revelación de San Pío V de la victoria de la Santa Liga en Lepanto.

Este fascinante viaje por la historia se detiene en la cruenta y famosa batalla de Lepanto, en la que combatió a bordo de la galera Marquesa un joven soldado de infantería llamado Miguel de Cervantes. Este enfrentamiento naval entre la escuadra turca y la Santa Liga, una coalición europea de liderada por España, marcó un punto de inflexión en la historia del Mediterráneo.

El autor de El Quijote recordaría siempre con orgullo aquel combate, al que consideraba  “la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros».

Isla Tortuga.
Isla Tortuga.

La muestra se recrea en la desbordante imaginación de Robert Louis Stevenson, quien logró que los lectores se emocionaran con las trepidantes aventuras de la Hispaniola, el célebre barco pirata que surcó el mar Caribe en La Isla del Tesoro.

La novela, protagonizada por el joven Jim HawkinsLong John Silver y sus compañeros, narra la búsqueda del tesoro del Capitán Flint en una isla misteriosa y estableció por primera vez muchos de los tópicos actuales sobre los corsarios, como la pata de palo o un loro en el hombro.

Combate de Trafalgar.
Combate de Trafalgar.

El siguiente punto de esta visita en el Museo Naval se detiene en el San Juan Nepomuceno, el navío de 74 cañones bajo el mando del brigadier Cosme Damián Churruca que participó en la batalla de Trafalgar junto a la escuadra hispano-francesa contra la Armada británica.

El 21 de octubre de 1805 el veterano buque español se batió primero contra dos, luego contra cuatro y finalmente contra seis barcos ingleses. Esta lucha concluyó con la muerte de Churruca, 100 muertos y 200 heridos a bordo, incluidos todos sus oficiales, por lo que la nave tuvo que rendirse. Trafalgar supuso una gran victoria británica, lo que permitió al país anglosajón asegurarse la hegemonía marítima.

Escena de 'Rebelión a bordo'.  / https://jitorreblanca.wordpress.com
Escena de ‘Rebelión a bordo’. / https://jitorreblanca.wordpress.com

En las aguas del océano Pacífico se vivió la rebelión más famosa de la historia del mar, el motín de la Bounty. Este buque mercante adquirido por la Marina Real británica fue testigo del enfrentamiento entre teniente de navío William Bligh y su primer oficial Christian Fletcher.

Los amotinados abandonaron a Bligh y 15 hombres leales a éste en un bote en la inmensidad del océano. Sin embargo, Bligh demostró que nada era imposible y, gracias a sus grandes dotes como marino, logró la hazaña de navegar 4.000 millas hasta avistar Timor el 12 de junio de 1788.

La historia del famoso motín fue narrada por el propio Bligh, aunque la versión literaria más conocida es la trilogía de la Bounty, de Nordhoff y Hall. Esta obra inspiró cinco películas entre 1916 y 1984, interpretadas por rostros tan conocidos como Charles Laughton, Clark Gable, Trevor Howard, Marlon Brandon, Mel Gibson o Anthony Hopkins.

Escena de caza de la ballena en barba de ballena.
Escena de caza de la ballena en barba de ballena.

La exposición prosigue hasta el barco ballenero más famoso de la ficción, El Pequod, en el que Herman Melville situó la trágica lucha entre el capitán Ahab y la Ballena Blanca, los principales personajes de la novela Moby Dick.

La descripción de la vida a bordo del clásico ballenero de Nantucket, los barcos con los que se cruza en su trágica aventura y los minuciosos detalles marineros que describe la novela la convirtieron en uno de los más importantes clásicos sobre la vida en el mar.

Casto Méndez Núñez cae herido en el puente de la fragata Numancia  durante el bombardeo de El Callao.
Casto Méndez Núñez cae herido en el puente de la fragata Numancia durante el bombardeo de El Callao.

Otro buque emblemático de la historia náutica es la fragata Numancia, uno de los navíos más modernos de su época y también de los más importantes en la historia de la Armada Española. Capitaneado por Casto Méndez Núñez, el navío participó en la campaña contra Chile y Perú, interviniendo en las acciones navales de Valparaíso y El Callao. Después regresó a la península por Filipinas y el cabo de Buena Esperanza, siendo el primer barco acorazado que dio la vuelta al mundo.

20.000 leguas de viaje submarino. Primera traducción al español (1869).
20.000 leguas de viaje submarino. Primera traducción al español (1869).

La muestra también elogia la futurista imaginación de Julio Verne, quien ideó el submarino más famoso en la historia del mar y la literatura, El Nautilus. Equipado con la más moderna tecnología y una biblioteca extraordinaria, esta sorprendente creación relatada en la obra 20.000 leguas de viaje submarino era el refugio del capitán Nemo.

España jugó un destacado papel en el origen de los submarinos, ya que los inventores Narciso Monturiol e Isaac Peral hicieron realidad el sueño del escritor francés. Aunque ninguno de los dos obtuvo en su época el reconocimiento que merecía, en el Museo Naval de Cartagena se exhibe el submarino de Isaac Peral que permitía desplazarse mediante propulsión eléctrica.

A 3.800 metros de profundidad en el Atlántico yace el trasatlántico más famoso de la historia, el Titanic. Los restos del barco fueron encontrados en 1985 por los oceanógrafos Jean-Louis Michel y Robert Ballard, quienes lograron fotografiarlo mediante el robot submarino ‘Argo’.

Reproducción de la portada del The New York Times del 16 de abril de 1912.
Reproducción de la portada del The New York Times del 16 de abril de 1912.

El RMS Titanic fue construido en Belfast y era propiedad de la naviera White Star Line. Con una eslora de 269,2 m., manga de 28,2 m. y calado de 10 m., era tan alto desde la quilla al extremo de sus cuatro chimeneas como un edificio de 20 pisos. El navío estaba impulsado por dos motores de vapor que sumaban 50.000 CV. de potencia y contaba con un sistema de compartimentos estancos que le valió entre la prensa el desafortunado sobrenombre de barco “insumergible”. Sin embargo, la excesiva velocidad del buque, la aparición del iceberg y la escasez de botes salvavidas provocaron la muerte de 1.500 personas en la gélidas aguas del océano la noche del 14 al 15 de abril de 1912.

La exposición concluye con los duelos en el mar que protagonizó el acorazado alemán Bismarck, el buque más conocido de la Segunda Guerra Mundial. El navío insignia de la Kriegsmarine, la flota alemana, se hundió en mayo de 1941 y, pese a su corta vida, vivió intensos enfrentamientos contra acorazados, destructores y cruceros de los aliados.

Modelo del acorazado Bismarck.
Modelo del acorazado Bismarck.

Aunque había recibido 400 impactos artilleros, el Bismarck combatió sin descanso hasta que, arrasado, fue hundido por su tripulación y de los 2.200 tripulantes únicamente sobrevivieron 114. La epopeya del famoso acorazado alcanzó aún más relevancia tras la publicación en 1959 de la obra Los últimos nueve días del Bismarck de C.S. Forester, cuyo relato fue adaptado al cine en la película Hundid el Bismarck.

En torno a la historia de estos famosos buques, la muestra ‘Hombres de la mar, barcos de leyenda’ ha reunido hermosas maquetas de barcos, piezas arqueológicas de exploradores marítimos de la Antigüedad, libros de navegación e instrumentos náuticos, objetos de la vida a bordo o retratos de grandes navegantes. Sin duda, es el escenario perfecto para disfrutar de hechos apasionantes que cambiaron el mundo tal y como lo conocemos.

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