Redacción. La Guardia Civil, en el marco de la operación ‘Taronja’ que se engloba dentro del Plan Integral para el Control de las Armas de Fuego (PICAF), ha desarticulado una red que adquiría en el extranjero armas inutilizadas que posteriormente manipulaban para ponerlas de nuevo en funcionamiento y comercializarlas a través de Internet.
Se ha detenido a siete personas en las provincias de Alicante, Málaga, Murcia, Vizcaya, Navarra, Cantabria, Burgos, Barcelona, Sevilla, Cádiz, Córdoba y Las Palmas de Gran Canaria, a los que se les imputa los delitos de Tráfico de Armas, Depósito de Armas de Guerra, Depósito de Municiones, Tenencia Ilícita de Armas o Contrabando.
Los miembros de la organización adquirían en el extranjero las armas inutilizadas, muchas de ellas de guerra (fusiles de asalto y subfusiles), que posteriormente manipulaban para ponerlas de nuevo en condiciones de disparar y efectuar fuego real. Dichas armas eran introducidas ilegalmente en el país a través de paquetes postales, por lo que al no estar registradas en las bases de datos nacionales podían ser desviadas al mercado ilegal con total impunidad.
La investigación se inició tras detectar este tipo de compras por varios ciudadanos españoles en el extranjero y ha sido coordinada con Europol. Tras las investigaciones realizadas y el dispositivo de vigilancia establecido sobre este grupo, los agentes localizaron a los siete integrantes de la organización, por lo que procedieron a su detención.
Uno de los ahora detenidos en la provincia de Alicante tenía instalado en el garaje de su domicilio un taller clandestino para la reparación de este tipo de armas, donde se ha incautado abundante maquinaria y herramienta para ello, así como numerosos cañones, piezas fundamentales, cargadores y varias armas en proceso de rehabilitación. También se han intervenido varios silenciadores que este detenido fabricaba de forma artesanal.
Otro de los detenidos en la provincia de Málaga, además de este tipo de armas, adquiría de forma masiva otras armas detonadoras que, tras manipularlas para que pudieran disparar proyectiles, las vendía junto con su munición a través de Internet. Asimismo, comerciaba con otro tipo de armas prohibidas como “llaveros-pistola” y pistolas eléctricas tipo “taser” que también han sido intervenidas.
Por otro lado, la red compraba de forma ilegal en esos mismos establecimientos extranjeros armas con sistema flobert (armas antiguas de percusión lateral) que carecían de las licencias necesarias para su adquisición.
Dada la condición original de armas de guerra de muchas de ellas, tanto por su calibre como por su capacidad para hacer fuego automático (ametrallador), la rehabilitación de este tipo de armas y su comercio ilegal suponen un riesgo máximo para la seguridad ciudadana, incluso por su posible desvío a organizaciones terroristas. Las posibles vinculaciones entre el tráfico de armas y las organizaciones terroristas, hacen que la lucha contra esta amenaza sea una de las prioridades tanto de la estrategia de seguridad nacional como de la Unión Europea.
En la operación han participado agentes de la Jefatura de Información de la Guardia Civil, con apoyo de los Grupos de Información de las Comandancias de Vizcaya, Navarra, Cantabria, Burgos, Barcelona, Sevilla, Cádiz, Córdoba y Las Palmas de Gran Canaria. Asimismo, se ha contado con la colaboración de los perros adiestrados para la detección de armas de fuego del Servicio Cinológico. Las investigaciones han sido dirigidas por el Juzgado de Instrucción núm. 1 de Denia (Alicante).