Javier M. de la Horra. La población envejece en España a un ritmo que rompe estadísticas. Y a más población envejecida, más enfermedades neurodegenerativas y más fallecimientos relacionados con este tipo de dolencias, especialmente con el Alzheimer. El doctor Mario Riverol, especialista del Departamento de Neurología de la Clínica Universidad de Navarra, acaba de ofrecer en Bilbao una conferencia titulada ‘Trastornos de la memoria: cómo cuidar nuestro cerebro y mantener la mente activa’. En esta entrevista detalla los avances que se han llevado a cabo en el diagnóstico, y ahonda en la importancia de “hacer ejercicio físico y llevar una dieta equilibrada”, porque “si cuidamos el corazón, también cuidamos el cerebro”.
– Nos dirigimos hacia una sociedad cada vez más envejecida. Todo hace indicar, por tanto, que se multiplicarán los casos de personas que desarrollarán enfermedades neurodegenerativas. ¿Se sabe hasta qué punto será así?, ¿qué medidas deberíamos tomar para afrontar esta situación?
Efectivamente, esto es así. Con el envejecimiento progresivo de la sociedad en los países occidentales, dentro de unos años nos vamos a encontrar con un aumento de la población mayor de 64 años. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en cuarenta años la población mayor de 64 años se va a duplicar. Es decir, que más de un 30% de las personas van a ser mayores de 64 años. De hecho, uno de los datos que llama mucho la atención es que por cada diez personas en edad de trabajar, habrá nueve inactivas, y no porque sean muy jóvenes, sino porque son muy mayores; estarán jubiladas. En España se prevé que para el año 2050 pasemos a tener más de un millón y medio de pacientes con Alzheimer, una de las enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la edad, como la enfermedad de Parkinson. Incluso se prevé una epidemia mundial de enfermedad de Alzheimer. Realmente, no sé hasta qué punto se están tomando medidas sociales para sustentar esta situación, que es muy difícil de sustentarla con los recursos que tenemos actualmente.
– En cuanto al Alzheimer, ¿cuál ha sido el principal avance que se ha dado para su tratamiento?
El estudio del cerebro es muy complejo y no tenemos, por ejemplo, la posibilidad de hacer biopsias seriadas para ver qué sucede en las diferentes enfermedades neurodegenerativas. Fundamentalmente, el principal avance que se ha producido en la enfermedad de Alzheimer, en las demencias, son los avances en técnicas de imagen cerebral: nos permiten ver la estructura del cerebro, ver cómo funciona. Ahora hay nuevas técnicas que nos permiten ver cómo es el cerebro a nivel molecular, es decir, si se produce un determinado tipo de proteínas anormales que están relacionadas con enfermedades neurodegenerativas. Cada vez conocemos más de las enfermedades neurológicas, especialmente de la enfermedad de Alzheimer, y estamos viendo qué sucede a lo largo del proceso de la enfermedad.
– Ese conocimiento dará pié a un diagnóstico más precoz…
Bueno, ya estamos empezando a hacer un diagnóstico más precoz, eso ya ha llegado a la clínica diaria. Realmente, antes diagnosticábamos muchos pacientes con la enfermedad de Alzheimer en la fase de demencia, cuando los pacientes tienen una afectación tal que las actividades que practicaban en la vida diaria ya no las hacen de forma adecuada. Ahora podemos diagnosticar a los pacientes en una etapa más temprana, donde quizás la única queja es que haya problemas de memoria, pero sin ningún tipo de repercusión en las actividades de la vida diaria.
¿Cuáles son las causas de la pérdida de memoria?
Pueden ser muchas. La pérdida de memoria es incluso normal dentro del proceso de envejecimiento. No sabemos exactamente cuál es la causa de esa pérdida de memoria. Sabemos que en el cerebro se producen determinadas atrofias, pero la causa más frecuente de la pérdida de memoria es el Alzheimer, una enfermedad que afecta primero a las estructuras del cerebro que se encargan de la codificación de la memoria, y que por eso se dan ese tipo de síntomas.
– ¿Ante qué síntomas recomendaría usted a una persona que acudiera a un neurólogo?, ¿qué consejos daría a todas aquellas personas que, ya jóvenes, se preocupan porque tienen fallos de memoria?
Hay que comentarlo con el médico para ver si verdaderamente son tan importantes como para que requiera de una consulta especializada. Claramente, cuando estos fallos de memoria tienen repercusión sobre las actividades de la vida diaria, es decir, sobre cosas que antes hacíamos bien y que dejamos de hacerlas, ya es una causa de alerta que hay que valorar.
Fundamentalmente, lo que hay que hacer es cambiar los hábito de vida porque, si cuidamos el corazón también cuidamos el cerebro. En ese sentido es importante cuidar los factores de riesgo, vascular, la hipertensión, el colesterol, hacer ejercicio físico, llevar una dieta equilibrada, fundamentalmente una dieta mediterránea, y después estimular el cerebro: hacer actividades que sean enriquecedoras para nuestro cerebro.
– ¿Cómo debe actuar la familia y cuál debe ser la actitud ante un caso de Alzheimer en su seno?
Eso depende del estado. Las recomendaciones, cuando la demencia es leve, es crear unas rutinas que ayuden al paciente a sentirse seguro: tener una vida muy rutinaria, que las cosas se hagan a la misma vez. Rutinariamente no significa que no sea enriquecedora, sino que tengamos la misma cadencia de actividades a lo largo del día. En este sentido es importante dejar al paciente hacer lo que puede hacer, con supervisión, y una vez veamos que el paciente no puede hacer una determinada tarea, suplirle. Imagínese que los pacientes pueden tomar la medicación solos, pero cuando vemos que hay fallos, tal vez hay que poner pastilleros o el familiar se tiene que encargar de darle la medicación. En fases leves de la enfermedad, lo que habría que hacer es mantener al paciente activo, que él haga las tareas que viene haciendo, supervisando, y cuando no pueda hacer una tarea a tiempo, en ese caso suplirle.
– Solemos asociar siempre un síntoma al Parkinson: el temblor de reposo. Sin embargo, también hay otros síntomas. ¿Podría explicarnos cuáles?
La enfermedad de Parkinson es la otra enfermedad frecuente en edades avanzadas de la vida, y efectivamente hasta un 70% de los pacientes tiene temblor de reposo. Pero hay un 30% de pacientes que no lo tiene. Otro síntoma que se ve en la enfermedad de Parkinson será la Bradicinesia, es decir, la lentitud del movimiento, que se expresa con una marcha más lenta, con una dificultad para la escritura, por ejemplo que la letra sea cada vez más pequeña y deformada. Y otro de los síntomas es la rigidez muscular: los pacientes pueden notar que tienen rigidez en los músculos, que pueden ser molestas y que tengan dificultad para darse la vuelta en la cama o levantarse de un sillón bajo. Esos serían los otros síntomas de la enfermedad de Parkinson.
– ¿Qué ocurre en el cerebro de los pacientes?, ¿por qué sucede esto?
La enfermedad de Parkinson se produce porque se pierden unas neuronas que están en una estructura que se llama sustancia negra. Son unas neuronas que producen una sustancia que se llama dopamina, y debido a que se mueren estas neuronas, el cerebro tiene menos dopamina. Y la dopamina es una sustancia que regula el movimiento dentro del cerebro. Por eso, cuando falta la dopamina tenemos menos movimiento.
– La pregunta eterna en este asunto sigue siendo ¿qué hace que las neuronas degeneren? En este sentido, ¿en qué situación se encuentra la investigación y cuál es el horizonte?
Cuando estudiamos los mecanismos causales de la enfermedad de Parkinson o de la enfermedad de Alzheimer, llegamos a unas mismas conclusiones. Es decir, tenemos distintos mecanismos posibles, desde que haya problemas en la manipulación de la energía dentro de las neuronas, hasta que se acumulen proteínas patológicas y que haya un problema en los sistemas que se encargan de limpiar las proteínas que ya no funcionan dentro de las células… Es decir, hay realmente muchas teorías, que vemos que suceden en los modelos animales, pero todavía no tenemos exactamente la cadencia, es decir, qué es lo primero que sucede y a partir de ahí que se produzcan el resto de las cosas. Todavía no lo sabemos; tenemos muchas piezas del puzzle pero nos falta completarlo. Es difícil hacer un pronóstico y saber cuándo conseguiremos resolverlo, pero espero que en este siglo podamos tenerlo.
– Antes hablaba de lo importante que es que el cerebro envejezca de la forma más sana posible. Me gustaría profundizar en este punto y saber ¿qué podemos y debemos hacer para que así sea, para que nuestro cerebro envejezca de manera sana?
Para cuidar el cerebro hay que evitar contraer los factores de riesgo vascular, pues atacan el cerebro y hace que se reduzca volumen cerebral. Debemos hacer ejercicio físico, pues se ha comprobado que, empezando a cualquier edad de la vida, tiene una repercusión positiva. También que llevemos una vida saludable, y en este sentido la dieta mediterránea ha demostrado que tiene efectos sobre la cognición y sobre el cerebro. Y después, entrenar el cerebro. Es decir, mantenerse activo, cuidar los amigos, la familia, participar en actividades y talleres, en conferencias, dedicarse a juegos de mesa con los amigos, leer diariamente, hacer crucigramas, sopas de letras, sudokus… Todo este tipo de cosas hace que tengamos nuestro cerebro activo.