



Redacción. La Calcografía Nacional ofrece una exposición panorámica sintética de la obra gráfica picassiana hasta el 31 de mayo, que relata el recorrido por los procedimientos y técnicas utilizadas por el artista. La selección reúne estampas significativas de sus principales series gráficas, escogidas de la rica colección del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y complementadas con obras relevantes de los fondos del Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
La exposición, además de permitir admirar los más singulares hitos de su extraordinaria trayectoria de siete décadas en arte gráfico, también pretende un objetivo didáctico: apreciar las estampas como lecciones magistrales de cada una de las técnicas empleadas por Picasso.
Pablo Picasso realizó más de dos millares de creaciones gráficas con distintas técnicas, por lo que se le considera el más fecundo grabador de la historia. Su primera estampa fue realizada a la edad de 18 años y la tituló El picador zurdo para encubrir la imprevista inversión de la imagen. Desde 1904, con su extraordinaria La comida frugal, y tras unas primeras instrucciones del pintor y grabador catalán Ricard Canals, grabó con continuidad hasta el año anterior a su muerte; no obstante, su producción gráfica fue más intensa en las dos últimas décadas.
Entre los procedimientos que utilizó Picasso, domina el grabado calcográfico (aguafuerte, aguatinta, aguada, punta seca, buril y manera negra); pero también practicó la litografía, el grabado sobre linóleum y, ocasionalmente, la hectografía. Para muchas de estas obras, Picasso llegó a realizar hasta 30 pruebas de estado antes de aceptar el bon à tirer previo a la edición definitiva.
Los editores y estampadores que colaboraron con Picasso fueron sus asesores y marcaron los periodos en el uso de los distintos procedimientos.
Durante las siete décadas de actividad gráfica de Picasso, además de unas series con nombre propio y numerosos libros ilustrados, realizó gran número de obras individuales, es decir, sin unidad temporal, técnica o temática, que son los criterios con los que una serie de estampas de su producción se agrupan bajo un nombre común.
Las series principales se pueden considerar como un resumen de su actividad gráfica: Saltimbanquis (1904-1905) es la serie formada por sus primeros grabados, que Ambroise Vollard agrupó para editarlos como conjunto en 1913, después de acerar las planchas. Consta de 15 estampas sin unidad de formato, y aún a temas de los periodos azul y rosa.
Suite Vollard, grabada entre septiembre de 1930 y junio de 1936, editada por Vollard en 1939, está constituida por 97 estampas, más tres retratos del editor. Se estamparon tres pruebas sobre pergamino, 50 ejemplares en gran papel verjurado Montval y 250 en papel de pequeño formato.
Suite 347 fue concebida por Picasso entre marzo y octubre de 1968, utilizando matrices de distintas dimensiones. En esta serie se distinguen cuatro grupos temáticos: La Celestina, Rafael y la Fornarina, el pintor con sus modelos y escenas circenses. En la Suite 157, con formato único, predominan los temas eróticos. Picasso la grabó entre 1970 y 1971.
Por otro lado, la bibliofilia forma un capítulo importante en la obra gráfica picassiana. Entre sus principales editores destacaron Ambroise Vollard, Albert Skira y Gustavo Gili. Algunas de las obras literarias que ilustró son de autores clásicos, como Les Métamorphoses de Ovidio, Lysistrata de Aristófanes, etc.; otras son de escritores históricos, como Le Chef d’Oeuvre inconue de Balzac , Carmen de Prósper Merimée, Vingt poèmes de Góngora, La Celestina de Fernando de Rojas, etc..
Asimismo, ilustró libros contemporáneos escritos por amigos, como Le chant des morts y Le sable mouvant, ambas de Pierre Reverdy, o Le corps perdu de Aimé Cèsaire, e incluso poemas propios, como El entierro del Conde de Orgaz. Pero también ilustró obras no literarias como Histoire Naturel del conde Buffon o La Tauromaquia.
Los principales estudios de la obra gráfica de Picasso se deben a Brigitte Baer, Bernhard Geiser, y el catálogo razonado fue realizado por Georges Bloch, editándose en cuatro tomos que reseñan la obra grabada y litografiada por periodos temporales (1904-1967, 1966-1969, 1970-1972); el volumen tercero está dedicado a la obra grabada sobre cerámica.
Las 156 publicaciones ilustradas por Picasso, la mayoría en solitario y algunas con otros artistas, están recogidas en Pablo Picasso: catalogue raisonné des livres illustrés (1983) editado por Patrick Cramer.