Ana Amador. Esta bella a la par que funcional construcción decimonónica que une los dos márgenes la ría del Nervión en Vizcaya es uno de los ocho últimos puentes transbordadores que se conservan en el mundo. De estas hermosas creaciones tan solo se realizaron 20 ejemplares a lo largo de la historia, una lista que con el paso del tiempo quedó reducida al Puente de Vizcaya, el Puente Nicolás Avellaneda (Argentina), el Puente Rochefort (Francia), el Puente Osten-Hemmoor (Alemania), High Bridge Rendsburg (Alemania), el Puente Colgante de Newport (Gran Bretaña), Middlesbrough Transporter Bridge (Inglaterra) y Warrington Transporter Bridge (Inglaterra).
“Puente de Vizcaya”, “Puente Colgante”, “Puente Palacio” o “Puente de Portugalete” son algunos de los nombres por los que se conoce a esta magnífica obra de ingeniería alzada entre 1887 y 1893, un periodo que coincidió con los años de la regencia de María Cristina hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII.
Una obra pionera en el mundo. Esta maravillosa construcción declarada en 2006 Patrimonio de la Humanidad fue ideada por el arquitecto e ingeniero español Alberto Palacio Elissague, conocido también por el Palacio de Cristal del Parque del Retiro de Madrid; y construida por el ingeniero francés Ferdinand Joseph Arnodin.
La obra muestra similitud con el estilo constructivo en hierro que caracterizó a Gustave Eiffel, lo que evidencia que Palacio fue discípulo y colaborador del gran diseñador francés. Además, esta relación propició que el proyecto español se internacionalizara.
La construcción fue inaugurada el 28 de agosto de 1893 y de este modo se consiguió facilitar las comunicaciones entre las localidades de Portugalete y Getxo sin necesidad de interrumpir la navegación por uno de los puertos fluviales de mayor tráfico de Europa.
Esta obra consiste en un puente colgante de 160 metros de longitud y a 61 metros de altura sobre el agua por el que transcurre una barquilla transbordadora para el transporte de vehículos y pasajeros. Está considerado el puente transbordador en servicio más antiguo del mundo y se convirtió en el modelo a seguir por otros ejemplos construidos en Europa, África y América.
Este puente de hierro también es un símbolo de la Revolución Industrial, ya que durante la segunda mitad del siglo XIX este metal, que representaba el progreso, era el material con el que se fabricaban barcos, ferrocarriles e incluso construcciones tan famosas como la Torre Eiffel en París.
El periodo histórico en el que nació el Puente de Vizcaya también fue una época en el que la región del País Vasco vivió un gran apogeo económico vinculado a la explotación de las ricas minas de hierro de Vizcaya, por eso esta construcción supuso un icono de la floreciente expansión industrial de la comarca.
Años difíciles. A pesar del beneficio que el puente transbordador supuso para esta región, ante la inminente llegada de las tropas nacionales durante la Guerra Civil, en junio de 1937 el batallón de Ingenieros del Ejercito del Norte recibió la orden de destruir todos los medios que facilitasen poder cruzar el río Nervión. Por ello, la madrugada del 17 de junio de 1937 una gran explosión afectó gravemente al Puente Colgante de Vizcaya.
El encargado de la reconstrucción de esta emblemática obra fue el ingeniero de Caminos Juan José Aracil, pero hubo que esperar hasta el 19 de junio de 1941 para que el puente volviera a estar en perfecto funcionamiento. Desde entonces, presta servicio ininterrumpidamente todos los días del año.
Asimismo, el 27 de julio de 1999 Don Juan Carlos y Doña Sofía, acompañados por el entonces lehendakari Juan José Ibarretxe, inauguraron la pasarela monumental del Puente Colgante. Esta incorporación a la que se accede a través de sus ascensores panorámicos permite contemplar las espectaculares vistas de Vizcaya, así como el sistema de funcionamiento del transbordador.
Reconocimientos. El verano de 2013, el primer puente transbordador de estructura metálica del mundo celebró los 120 años de su inauguración, además la obra fue galardonada en 2002 con el premio Europa Nostra. De este modo, la Dirección General de Cultura de la Comunidad Europea agradeció el trabajo desarrollado para recuperar y conservar el patrimonio cultural europeo.
Pero, sin duda, el mayor reconocimiento internacional fue concedido el 13 de julio de 2006, cuando fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Gracias a esta distinción, el Puente de Vizcaya se convirtió en el primer patrimonio mundial del País Vasco y el único incluido dentro de la categoría de Patrimonio Industrial de toda España.
Actividades en esta emblemática construcción. Además de su función como transbordador, el Puente de Vizcaya realiza numerosas actividades de ocio y turismo que han adquirido gran importancia. Visitas a la pasarela, exposiciones, desfiles de moda o actividades deportivas son algunas de las iniciativas que se realizan en esta emblemática construcción vasca.
Una de las visitas más destacadas fue la realizada el 21 de julio de 2007 por Miguel de la Quadra Salcedo y los 400 participantes de la ruta Quetzal 2007: Expedición a México, quienes rindieron homenaje al Puente Colgante como Patrimonio de la Humanidad.
Esta hermosa edificación también ha servido para luchar por causas solidarias. Uno de ellas fue protagonizada por 60 personas afectadas por daño cerebral adquirido (DCA), las cuales participaron el 24 de octubre de 2014 en una jornada de ocio con motivo del Día Nacional del Daño Cerebral Adquirido que se celebra el 26 de octubre. Durante esta cita, los asistentes cruzaron de Portugalete a Getxo en la barquilla y atravesaron la pasarela con sus sillas de ruedas o triciclos acompañados por sus familiares y profesionales sanitarios.
Asimismo, el Puente de Vizcaya es un lugar perfecto para disfrutar de actividades deportivas, como la Medio Maratón Puente Bizkaia. Este evento celebrará su segunda edición el próximo 19 de abril a las 10.00 de la mañana y permitirá a los asistentes recorrer un espacio único e inolvidable.