Europa Press. Científicos de la Colaboración Plank, de la que forma parte un grupo de investigadores de la Universidad de Oviedo, han localizado las agrupaciones de galaxias más antiguas que se conocen en el Universo, datadas inmediatamente después del Big Bang por los investigadores. Las imágenes tomadas por los satélites Plank y Herschel, de la Agencia Espacial Europea (ESA), han permitido observar estas agrupaciones, consideradas por los físicos como las «precursoras» de los cúmulos de galaxias que existen en la actualidad.
Esta es la principal conclusión del trabajo ‘Planck intermediate results. XXVII. High-redshift infrared galaxy overdensity candidates and lensed sources discovered by Planck and confirmed by Herschel -SPIRE’, publicado en la revista Astronomy & Astrophysics, y presentado en una rueda de prensa simultánea entre el Instituto de Astrofísica Espacial de París, la sede de la Agencia Espacial Europea en Holanda, y el Jet Propulsion Laboratory de la NASA en Pasadena (California).
La participación española en este hallazgo cuenta con los profesores Luigi Toffolatti y Joaquín González-Nuevo, ambos del departamento de Física de la Universidad de Oviedo, y Diego Herranz y Laura Bonavera, del Instituto de Física de Cantabria.
El profesor Toffolatti ha explicado que este hallazgo, «fruto de la sinergia entre los dos satélites», permitirá entender mejor toda la estructura cósmica en el futuro, cómo se ha llegado a tener las galaxias gigantes que existen en la actualidad, y cómo se han formado los cúmulos de galaxias como el Grupo Local, en el que se encuentra la Vía Láctea junto otras galaxias como Andrómeda.
Lo observado gracias a estos satélites implica una mirada atrás, hasta los años posteriores al Big Bang -entre 2.000 y 3.000 millones de años después-, cuando comenzaron a acumularse galaxias e interactuar debido a sus fuerzas gravitatorias. Estas agrupaciones son especialmente interesantes para los científicos porque además presentan una «altísima» tasa de creación de estrellas en su interior, algo que en los cúmulos actuales no se ve con tanta frecuencia.
Sobre la distancia exacta a la que se pueden encontrar las galaxias observadas, medida en años luz, los investigadores no han querido afirmar una longitud exacta, puesto que depende de «muchos parámetros» y no todas se encuentran a la misma distancia. En lo que sí están de acuerdo es en afirmar que están a «mucha distancia».
En el marco de la Colaboración Plank, los investigadores de la Universidad de Oviedo se han encargado de detectar las galaxias en los mapas elaborados por los satélites -que cubren la totalidad del Universo conocido- y de crear un catálogo de dichas galaxias, agrupándolas en base a sus características de emisión de radiación. Además han sido los encargados de estudiar las propiedades de emisión y evolución de las galaxias observadas.
La formación de galaxias observada resulta «clave» para entender cómo ha podido la gravedad hacer colapsar las regiones de más alta densidad en el Universo primigenio. «Con un poco de fantasía, podríamos decir que Planck ha descubierto el cofre del tesoro al hallar estos grupos compactos de galaxias en el Universo más lejano y Herschel ha mirado en su interior para descubrir las brillantes monedas de oro allí escondidas: las galaxias de alta formación estelar», ha explicado el profesor Toffolatti.
Este descubrimiento supone para el profesor una «satisfacción extra» porque implica que se ha cumplido una predicción realizada hace diez años y porque demuestra «la versatilidad y potencia» de estos dos satélites al trabajar juntos.
Según el director del estudio, el profesor Hervé Dole, este hallazgo supone «la pieza que faltaba» para comprender la estructura cósmica. No obstante, ha subrayado que los investigadores se encuentran «al principio» de este proyecto. «Los resultados más impresionantes están aún por llegar, durante los próximos meses», ha apuntado Dole.