Europa Press. El copiloto de la compañía Germanwings Andreas Lubitz fue «suspendido durante meses» por Lufthansa en su etapa de formación en 2009, y tenía un historial de depresión por «una crisis existencial» cuando se encerró en la cabina del avión A320 que se estrelló el 24 de marzo en los Alpes franceses, según ha informado el diario británico The Times.
En un artículo titulado ‘Lufthansa conocía la depresión del piloto’, el rotativo británico ha indicado que el copiloto tenía un «historial» de depresión provocada por una crisis existencial cuando decidió hacer colisionar el avión con otras 149 personas a bordo en los Alpes franceses.
Además, ha informado que Lubitz fue «suspendido» en la escuela de vuelo de Lufthansa durante varios meses antes de que le permitieran volver a entrenarse y ser evaluado como piloto.
El presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, afirmó este 26 de marzo en rueda de prensa que Lubitz tuvo una «interrupción» de varios meses en su etapa de formación por una baja médica, sin especificar de qué se trataba por el secreto médico.
Por su parte, el diario alemán Bild ha señalado Lubitz recibió tratamiento psiquiátrico por un «grave episodio depresivo» hace seis años, en 2009.
El episodio incluía «crisis de ansiedad y depresiones» y llevó al joven a recibir tratamiento psiquiátrico durante 18 meses.
La Fiscalía de Francia, tras escuchar el contenido de la caja negra que registra las voces en cabina, acusó este jueves al copiloto Lubitz de haber causado voluntariamente el siniestro aunque no ofreció ninguna razón para justificar esta actuación.
Intentos de tirar la puerta de la cabina. Por otro lado, el piloto del avión de Germanwings intentó abrir la puerta de la cabina con un hacha pocos minutos antes de la colisión, pero sin éxito, según ha publicado este 27 de marzo el diario alemán Bild.
Patrick S., como se ha identificado al piloto, había abandonado la cabina para ir al baño y, cuando trató de volver a entrar, Andreas Lubitz no le abrió la puerta, pese a que la aporreó de forma repetida y empleó el interfono existente para pedirle que lo hiciera.
Según el diario alemán, que cita fuentes de seguridad, tras darse cuenta de que el avión iba a estrellarse y en un intento desesperado, el piloto cogió un hacha que había en el aparato y trató de abrir con ella la puerta de la cabina.
Una portavoz de Germanwings, Katharina Muschalla, ha confirmado a Bild que «el equipo de seguridad de un A320 también incluye un hacha».
Hasta que se produjeron los atentados del 11-S era posible forzar la puerta de la cabina con un hacha, pero posteriormente se reforzaron por seguridad.