Calvary, una magnífica comedia negra sobre la virtud del perdón

Escena de 'Calvary'.
Escena de ‘Calvary’.

Carlos Fernández /@karlos686.  “Pensamos demasiado en los pecados y muy poco en las virtudes”. Así sentencia el comportamiento humano el sacerdote James Lavelle. A través de un arranque al más puro estilo western (el mejor prólogo de este tipo desde Malditos bastardos), este sacerdote recibirá una amenaza de muerte con un plus, tiene siete días para poner sus asuntos en orden. El siete es un número bíblico así como lo es la actitud de este sacerdote dispuesto a morir por los pecados de otros y a intentar a hacer de este mundo uno mejor. John Michael McDonagh, hermano de Martin McDonagh (la fabulosa Escondidos en Brujas), dirige y provoca con esta comedia negra que integra en su argumento pederastia, agresiones, sátiras sociales y un muy personal punto de vista sobre el perdón, el respeto y el existencialismo sin problemas o sin forzamientos innecesarios.

El ojo de McDonagh es grande, dentro de los muros minimalistamente irlandeses en los que se asienta la película, se construye una fabulosa historia rural donde nada es lo que parece y la tensión no decrece en su poco más de, corta, hora y media. A través de la comedia todo se introduce mucho mejor, sobre todo el drama…Esa filosofía que tiene el autor de comedia negra de reírse de los problemas más serios es probablemente la más sincera, efectiva y menos represora forma de salvarnos de nuestras vidas e introducirnos en un rato ficcionado de cine. El western, la comedia, el drama y la sátira respiran por muchos de los poros de esta tensionada película que bebe mucho de Yo confieso de Hitchcock. En definitiva, una de las primeras y necesarias perlitas de este 2015.

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