Ana Amador. La falta de empleo, soportar la tensión de no poder pagar las deudas, perder los ahorros de toda una vida debido a las preferentes o enfrentarse a un desahucio son situaciones límite que provocan un gran estrés en las personas que lo padecen. Ante esta triste realidad, la falta de respuesta por parte de la sanidad pública ha motivado la creación de ‘Psicología en tiempos de crisis’ y ‘Psicología a bajo coste’, dos iniciativas solidarias de Psicólogos Sin Fronteras que ofrecen esperanza a quienes han sido azotados por la crisis con mayor crudeza.
La situación económica ha provocado un incremento del 25% en la demanda de atención psicológica, pero no todas las familias pueden hacer frente a los precios de una consulta privada. En los casos más extremos, la falta de ayuda psicológica deriva en “el consumo de sustancias, problemas de violencia, depresiones o intentos de suicidio”, argumenta Guillermo Fouce, presidente de Psicólogos Sin Fronteras.
Uno de los problemas que se encuentran estos profesionales a la hora de realizar un estudio detallado sobre cómo la situación económica está afectando a los españoles es la falta de cifras sobre casos de suicidio, ya que este dato se dejó de publicar por el Gobierno en 2010. “Si no se facilitan estos datos, no podemos resolverlo. Además, hay muchos datos que no afloran ligados directamente a la crisis, pero sí lo están. Consideramos que conductas como el consumo de sustancias o la conducción peligrosa en algunos casos también encubren intentos de suicidio por motivos económicos”, explica Fouce.
Para ayudar a las familias que se encuentran en esta situación de abandono, Psicólogos Sin Fronteras está desarrollando dos proyectos solidarios en lugares como Navarra, Asturias, Cataluña, Andalucía, Valencia y Madrid.
Una de las iniciativas es ‘Psicología en tiempos de crisis’, una propuesta que comenzó hace aproximadamente año y medio y cuyo objetivo es acompañar a personas estafadas por las preferentes o subproductos bancarios, los desahucios o el paro de larga duración. Según Fouce, “vamos donde están las personas en dificultad, nos encontramos en las plataformas de ayuda contra los desahucios y visitamos las casas cuando los familiares solicitan apoyo psicológico”.
Para lograr que esas personas no se sientan abandonadas, los profesionales les ayudan a romper con su indefensión y adoptar una actitud positiva. “¿Qué hago si se produce el desahucio o en caso desempleo? Hay que trabajar en la empleabilidad, porque estar sin empleo no es estar sin hacer nada. Tengo que tener un plan de respuesta, reciclarme formativamente, buscar y ponerme en marcha”, explica Fouce.
Desde hace aproximadamente dos años y medio, la organización también trabaja en ‘Psicología a bajo coste’, una iniciativa de asistencia psicológica a nivel individual o grupal que ayuda a las personas que lo solicitan. “El programa interviene sobre las dificultades de la gente. Es decir, les da esa asistencia psicológica que en muchos casos necesitan. Unas veces se hace en la sede de la Fundación y otras en las entidades con las que tenemos convenios y acuerdos”, matiza Fouce.
En la actualidad, ‘Psicología en tiempos de crisis’ ofrece ayuda a 150 personas afectadas por desahucios, preferentes y parados de larga duración. Asimismo, ‘Psicología a bajo coste’ atiende a precios muy bajos y en muchas ocasiones gratuitamente a 150 personas en las sedes de la organización y también a 100 personas de forma descentralizada gracias a los convenios con otras entidades. “Hay un circuito, nosotros nos acercamos al problema, pero si no hay suficientes acompañamientos intervenimos de manera individualizada o grupal”, argumenta.
Junto a estas propuestas solidarias, Psicólogos Sin Fronteras, en colaboración con otras entidades como la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Enfermos Mentales (FEAFES) o el Colegio de Psicólogos, lucha para que la salud mental se convierta en un derecho cubierto por los servicios públicos. Según Fouce,“pedimos que se respalde a la gente y atiendan sus dificultades, pero mientras reivindicamos también respondemos”.
A pesar de las dificultades e impotencia que siente este colectivo de psicólogos por la falta de recursos para reconstruir las vidas que ha roto la crisis, Fouce asegura que “trabajar desde lo positivo, intentar al menos responder y romper la soledad nos hace sentirnos satisfechos porque nuestra profesión está sirviendo para ayudarles”.
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