Una exposición sobre Santa Teresa muestra manuscritos y obras que nunca han salido de clausura

Presentación de la muestra previa a su inauguración. / Foto: Europa Press.
Presentación de la muestra previa a su inauguración. / Foto: Europa Press.
Presentación de la muestra previa a su inauguración. / Foto: Europa Press.

Europa Press. Una treintena de obras de 22 conventos, algunas de las cuales salen por primera vez de la clausura, junto a dos manuscritos de Santa Teresa y pinturas y esculturas de artistas como Rubens, Durero, Zurbarán o Rivera, componen la exposición ‘Teresa de Jesús. La prueba de mi verdad’, que será inaugurada este 11 de marzo por los Reyes en la Biblioteca Nacional y que podrá visitarse desde este jueves día 12 hasta el 31 de mayo de 2015.

La muestra, que se enmarca en el programa cultural con motivo de la celebración del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, tiene como objetivo «poner imagen a lo que Teresa escribió», según ha explicado uno de los comisarios de la exposición, el padre Juan Dobado, que ha dicho sentirse «orgulloso» de pertenecer a la única orden masculina de ese siglo fundada por Santa Teresa, la del Carmelo Descalzo.

Entre las obras destacan dos «autógrafos» o manuscritos de la santa, El libro de la vida y Camino de la perfección -su primer autógrafo- que, junto a su tintero, reflejan, según ha destacado la otra comisaria de la exposición Rosa Navarro, esa escritura «puntiaguda» y tan clara a pesar de tratarse de la caligrafía de una mujer del siglo XVI que no era noble.

Asimismo, los visitantes podrán ver el manuscrito Códice de dichos de luz y amor de San Juan de la Cruz, que compartió con Teresa la voluntad de reformar la orden carmelita y de vivir la vida monástica con pleno retiro, oración y humildad. La muestra tampoco olvida al humanista Fray Luis de León, que editó las obras de la santa.

Asimismo, se pueden contemplar los éxtasis que Santa Teresa plasmó en sus obras, representados en cuatro pinturas, entre las que destaca una de Giuseppe Bazzani traida del Museo de Budapest, que desprende una gran sensualidad, según han precisado los comisarios, y un mural que representa el conjunto escultórico de Bernini. También destaca entre las obras una tabla de Jesucristo que Teresa regaló al Convento de Toledo y que sale por primera vez de la clausura.

La Inquisición retuvo su libro. Igualmente, se exponen libros que Teresa leyó pero que después fueron incluidos por la Inquisición en la lista de libros prohibidos, algo que la santa lamentó. De hecho, su propio Libro de la vida fue retenido por la Inquisición durante 12 años.

También se puede apreciar un mapa en el que se señalan las ciudades donde la santa fundó 17 conventos, 15 de ellos fundados personalmente por ella desde 1562–cuando obtuvo la licencia del obispo-. Hasta las ciudades llegó en carromato lloviera o hiciera calor.

En otro espacio de la exposición, los visitantes pueden observar una recreación a escala real de la celda de Santa Teresa en la que los superiores de los Carmelos (no los descalzos, que son los que Teresa funda, sino los no reformados) la ordenan encerrarse durante unos años, desde 1576 hasta antes de 1580 para que no siguiera fundando conventos, y ante el aplauso que estaba causando en la sociedad la reforma de la santa.

Políticas culturales. La directora de la Biblioteca Nacional, Ana Santos Aramburo, ha destacado que se trata de una muestra para «repensar» y para «reconfortarse las mujeres en esa lucha constante que acompañó a Santa Teresa durante su vida».

Además, en el momento de los agradecimientos a Acción Cultural Española, ha pedido «que nunca se olvide lo importante que es desarrollar políticas culturales de manera conjunta».

Por su parte, la directora general de Política e Industrias Culturales y del Libro, Teresa Lizaranzu, ha destacado la necesidad de dar a conocer la figura de Santa Teresa que, a su parecer, ha sido «malinterpretada» y «parcialmente conocida». Por ello, ha indicado que a través de esta exposición se pone a la santa en su contexto histórico y artístico y se muestra tanto su «pasión por la literatura» como esos «contrastes» entre lo terrenal y lo espiritual.

Lizaranzu también ha expresado su deseo de que la Biblioteca Nacional sea «un foco de atracción» y que esté «cada día más abierta a todos los ciudadanos».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *