Carlos Fernández / @karlos686. El instinto de supervivencia frente a los valores éticos y morales de familia. Esta es la principal causa del deterioro de un matrimonio burgués en la premiada como la mejor película en el Festival de Cine Europeo de Sevilla de 2014, Fuerza mayor.
Al inicio de unas vacaciones familiares en una estación de esquí, una familia sueca es sorprendida por una pequeña avalancha de nieve que no deja daños físicos pero sí algunos daños internos en el universo familiar: el padre de familia abandona a su mujer y a sus hijos para salir corriendo y guarecerse del fenómeno de fuerza mayor, en otras palabras: la traición del instinto. Este hecho tan natural como cómico será el detonante de una lucha de géneros, de la suposición de los papeles de cada uno en la familia como hombre y mujer y como padre y madre. La vida cambia en un segundo, lo perfecto se vuelve insano o se descubre o se duda sobre si lo es. De esta manera, el matrimonio perfecto y la familia feliz adinerada descubrirá que tiene mucha rabia en lo más profundo de su ser haciendo de la película una comedia dramática que no parece imitar a ninguna otra como referencia.
Secretos de un matrimonio de Ingmar Bergman, Una mujer bajo la influencia de John Cassavetes o Maridos y mujeres de Woody Allen son algunas de las películas que mejor han reflejado el deterioro paso a paso de la intimidad matrimonial. El caso de Fuerza mayor va un paso más allá obviando infidelidades, actitud protectora hacía los hijos o simple sentimentalismo excesivamente dramatizado proponiendo el deterioro o distanciamiento como algo natural que debe ocurrir ya sea por un motivo de fuerza mayor, como una avalancha, o sin él. Imagine una comedia dirigida por Michael Haneke, súmele unos grandes paisajes y un elegante guión que cuadra a la perfección en las relaciones contemporáneas y obtendrá Fuerza mayor, un viaje turístico al corazón de la familia y el matrimonio.