Ana Amador. La Biblioteca General de la Universidad de Coimbra (Portugal), la Biblioteca del Congreso en Washington (Estados Unidos), la Biblioteca de la Abadía de Saint Gallen (Suiza) o la Biblioteca Nacional de Austria son algunos de los lugares más famosos del mundo en los que el lector puede dejar volar su imaginación. En la lista de las bibliotecas más hermosas también se encuentran ejemplos españoles, espacios únicos que mezclan a la perfección conocimiento, arte y siglos de historia. Por ello te invitamos a descubrir estas joyas culturales en las que, sin duda, vivirás una experiencia maravillosa.
Biblioteca del Escorial (Madrid). En 1556, Felipe II planeó crear un gran espacio humanista en España con fondos únicos que compitiesen con los de las mejores bibliotecas europeas. El monarca ordenó la construcción de un palacio monasterio en El Escorial, en cuyo interior brilla su gran biblioteca, una joya con piezas tan destacadas como el Códice Áureo, el Apocalipsis Figurado o De baptismo parvulorum de San Agustín, una obra supuestamente escrita de su puño.
En su ansia de conocimiento, el monarca reunió un grupo de personalidades destacadas de todo tipo de disciplinas para asesorarse y envió emisarios a los dueños de las mejores bibliotecas para solicitar su venta. Entre las colecciones más importantes adquiridas figura la de Diego de Mendoza, uno de los hombres más cultos de la época.
Lamentablemente, la biblioteca sufrió un terrible incendio de tres días en 1671 que destruyó 2.000 códices irremplazables. Sin embargo, hoy en día cuenta con unos 40.000 volúmenes, incluidos 600 incunables y unos 4.000 manuscritos en árabe, griego, latín y hebreo de incalculable valor.
Biblioteca de la Universidad de Salamanca. Su historia comenzó hacia el año 1254, cuando el rey Alfonso X encargó una estación de libros actualizados para consulta. En la actualidad, este espacio reúne 2.795 manuscritos de los siglos XI al XX, 487 incunables y alrededor de 60.000 obras impresas desde el siglo XVI hasta 1830.
Entre los manuscritos resaltan el Liber mozarabicus canticorum et horarum o Misal de Doña Urraca de 1059; el Liber Sancti Iacobi o Codex Calixtinus; el ejemplar más completo que se conserva de El libro de buen amor del Arcipreste de Hita; De materia medica de Dioscórides del siglo XV; y Obras de Séneca, traducidas al castellano para Juan II por Alonso de Cartagena.
De los casi 500 incunables, la Biblioteca de Salamanca posee cuatro ejemplares únicos en el mundo, 34 únicos España y magníficas ediciones europeas. Además, entre los impresos resaltan libros de Cartografía, Astronomía, Ciencias Naturales, piezas excepcionales de los autores de la Escuela de Salamanca, así como de juristas, teólogos o científicos europeos.
Sala de lectura de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Santiago de Compostela. En plena zona antigua de la ciudad se encuentra uno de los edificios de mayor valor artístico de la Universidad, que fue levantado en el siglo XVIII. Esta hermosa edificación, proyectada por Melchor de Prado, destaca por su fachada ornamentada con enormes columnas, el paraninfo decorado con frescos de José María Fenollera y su extraordinaria biblioteca. Este bello ejemplo, que está inspirado en las bibliotecas monásticas, fue inaugurado como zona de lectura en 1924 y cuenta con miles de volúmenes de gran valor.
Biblioteca América. Esta joya de Santiago de Compostela fue creada en 1926 por Gurmersindo Busto, un inmigrante gallego afincado en Buenos Aires. Este espacio cultural es una especie de museo americano que reúne monedas, libros y mapas. Sin embargo, el gran tesoro de esta biblioteca es la réplica del Libro de Horas de Fernando I de León, escrito por Pedro Fructoso en el año 1055 y considerado la obra más antigua de Compostela. Lamentablemente, sólo se puede contemplar una copia perfectamente recreada, ya que el original está guardado a buen recaudo debido al episodio del robo en 2011 en la Catedral de Santiago el Códice Calixtino.
Biblioteca del Ateneo de Madrid. En 1835 se fundó el Ateneo Científico y Literario (más tarde también Artístico), amparado por los vientos liberales impuestos por la regente María Cristina de Nápoles. Esta institución fue fundada por grandes figuras de la cultura de nuestro país, como Ángel de Saavedra (Duque de Rivas), Salustiano Olózaga, Mesonero Romanos, Alcalá Galiano, Juan Miguel de los Ríos, Francisco Fabra y Francisco López Olavarrieta.
El Ateneo es un centro que ha sido testigo de la intensa vida cultural española y escenario de tertulias apasionantes, en las que las más destacadas personalidades han debatido con auténtica pasión sobre ideas, artes y ciencias. De este modo nació su biblioteca, un espacio que reúne en sus fondos el vivo reflejo de toda la historia intelectual de la Institución y permite acceder amplias colecciones de libros y publicaciones periódicas, sobre todo de obras del siglo XIX y primer tercio del siglo XX.
Biblioteca Arús, Barcelona. La ciudad condal alberga una de las bibliotecas más importantes de Europa sobre el movimiento social y obrero del siglo XIX y comienzos del XX, así como una valiosa colección de libros y documentos relativos a la francmasonería.
Este espacio cultural fue legado en testamento por Rosendo Arús i Arderiu (impulsor de la masonería en la Cataluña del siglo XIX) a sus herederos Valentí Almirall y Antoni Farnés para que creasen una biblioteca pública que favoreciese el conocimiento del mundo obrero. En 1895 fue inaugurada en la antigua residencia de Rosendo Arús i Arderiu y a ella se puede acceder a través de una majestuosa escalera donde se alza una réplica de dos metros de altura de la Estatua de la Libertad.
Biblioteca Central de Jerez (Cádiz). El incunable de M. Valeriis Martialis impreso en Venecia en 1475, Epigramatum Opus in Amphiteatrum Caesaris o Historia de la composición del cuerpo humano impreso en Roma en 1566 son algunas de las joyas de esta hermosa biblioteca pública, la más antigua de Andalucía. El centro fue fundado en 1873 y reúne un total de 116.000 volúmenes, de los cuales 28.000 forman parte de su fondo antiguo.
Biblioteca Menéndez Pelayo (Santander). En el interior de esta hermosa biblioteca se esconde una de las mayores colecciones del mundo de teatro antiguo español. Las casi cinco mil copias de obras manuscritas e impresas, que con gran esfuerzo, logró reunir Marcelino Menéndez Pelayo, reflejan el ansia de conocimiento de este gran erudito español.
De las obras impresas, la biblioteca conserva 23 incunables, entre los que destacan la Enneadas de Plotino, dos ejemplares de los comentarios de Santo Tomás de Aquino a Aristóteles, el Cordial de las Cuatro Cosas Primeras o las Antigüedades Romanas de Dionisio de Alicarnaso.
La Biblioteca Nacional (Madrid). Las salas de esta grandiosa edificación del siglo XIX, obra del arquitecto Francisco Jareño, esconden grandes obras que la convierten en una de las bibliotecas más importantes del mundo. Sus destacados libros recopilan el saber en tiempos pasados, épocas difíciles en las que los eruditos se debatían entre el deseo de conocimiento y el miedo a caminar en contra de las normas dictadas por la Iglesia, que condenaba la herejía.
El Códice de Metz del siglo IX, Las Etimologías de San Isidoro del siglo IX, una Biblia Pauperum del siglo XV y Catholicon de Johannes Balbus del siglo XV son los ejemplares más antiguos que atesora en fondo antiguo en la Sala Cervantes, considerada la Capilla Sixtina de la literatura española.
Además de sus magníficos libros, el centro acoge colecciones de estampas y grabados, entre las que se encuentran obras de los grandes genios de la historia del arte español Velázquez, Goya o Durero. Además, el edificio luce cuadros, bronces, bustos, muebles, tapices y otras piezas de gran valor histórico y artístico debido a que, entre otros motivos, hasta la creación en 1867 del Museo Arqueológico, la Biblioteca Nacional también fue un museo.
