Aplican nanoesferas procedentes de crustáceos en las reacciones químicas para producir biodiésel

El estudio ha sido publicado en la revista Polymer International.
El estudio ha sido publicado en la revista Polymer International.

Redacción. Investigadores del Grupo Nuevos Materiales Inorgánicos de la Universidad de Málaga, en colaboración con investigadores brasileños, han aplicado nanoesferas de calcio procedente de las cáscaras de crustáceos para propiciar la reacción química necesaria para obtener biodiésel. Se trata del primer estudio que utiliza este material «abundante» en la naturaleza y «barato» para conseguir el biocombustible.

Según explica la Fundación Descubre, el chitosán, un biopolímero extraído del esqueleto de crustáceos, se utiliza como catalizador en la reacción química. «La novedad que incorporamos es que el material que acelera el proceso se obtiene de un producto natural del que obtenemos nanopartículas muy activas desde el punto de vista catalítico», detalla el investigador responsable, Enrique Rodríguez Castellón, de la Universidad de Málaga.

Los expertos utilizan el polímero para añadir cal al proceso, tras lo que el material resultante se calcina y se obtienen unas esferas que facilitan que la reacción se produzca de manera selectiva en condiciones de menor temperatura y presión. Las nanoesferas sirven de agente impulsor de la reacción denominada transesterificación, que convierte el aceite de girasol en un combustible. Para ello, el investigador indica que se parte de un aceite vegetal y se cambia el glicerol por etanol, que se obtiene a partir de la caña de azúcar de Brasil, o por metanol a partir de gas de síntesis.

De esta forma, los investigadores obtienen un biodiésel en el que se utilizan productos naturales durante todo el proceso químico. «El aceite procede de la semilla de girasol. El etanol se obtiene a partir de la caña de azúcar y el catalizador a partir del esqueleto del marisco. Por tanto, se enmarca dentro de la denominada ‘Química verde’, porque además no se producen tantos residuos», relata Rodríguez.

Los expertos concluyen en el estudio ‘Calcium/chitosan spheres as catalyst for biodiesel production’, publicado en la revista Polymer International, que el chitosán puede ser utilizado como «un precursor» para la formación de esferas de quitosano, produciendo un óxido de calcio poroso que puede ser utilizado como un catalizador para la producción de biodiésel.

Tras este estudio preliminar, los investigadores estudian ya una producción a mayor escala, quienes apuntan que trasladarán los resultados a una empresa en Brasil, primera potencia mundial en biocombustibles. «En tres años calculamos que se podría aplicar nuestra reacción a la industria», añade.

Las posibilidades del chitosán. La quitina es una estructura química derivada del esqueleto de los crustáceos de la que se obtiene el chitosán. Se trata de uno de los polímeros naturales «más abundante» en la naturaleza con el que trabaja el grupo de investigación malagueño en diferentes líneas. También lo utilizan en la fabricación de membranas para filtración y separación de metales pesados en depuración de aguas, además de explorar sus posibilidades en biomedicina.

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