Ana Rodríguez. Buscaban restos de neandertales y de los animales que coexistieron con ellos y encontraron un reptil marino que vivió en la capital española hace entre 85 y 80 millones de años aproximadamente. Esto le ha pasado al equipo que excava en los yacimientos del Calvero de la Higuera, en la localidad madrileña de Pinilla del Valle, una zona declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Zona Arqueológica y Paleontológica.
César Laplana, uno de los paleontólogos de este proyecto que impulsó el Museo Arqueológico Regional en 2002, explica que desde el comienzo de la campaña en el citado año se fueron hallando restos del reptil, pero hasta que se logró reunir material suficiente e identificar a qué grupo atribuirlo ha pasado bastante tiempo. Hasta 2012 no comenzaron el estudio completo de los restos, que llevó a cabo Daniel Hontecillas, pudiendo identificar finalmente la especie a la que pertenecía: Carentonosaurus mineaui.
La investigación, que ha sido publicada en la prestigiosa revista Cretaceous Research, explica el hallazgo de este reptil marino en los yacimientos de Pinilla del Valle, en la sierra norte de Madrid. Se trata de los fósiles de vertebrados más antiguos recuperados en la Comunidad madrileña, la cual se caracteriza por poseer un rico patrimonio paleontológico, la mayoría correspondiente a los periodos Terciario y Cuaternario. Hasta ahora, los restos más antiguos encontrados eran del Cretácico y correspondían a especies vegetales, así que los huesos de este reptil añaden un dato más a la fauna de vertebrados de hace entre 80 y 85 millones de años.
“Estos restos son muy interesantes porque pertenecen a una especie escasa, sólo se ha encontrado en otros cuatro yacimientos en todo el mundo y en el de Madrid se han localizado vértebras y dientes, careciéndose hasta ahora de información sobre estos últimos (son los únicos hallados), con lo cual se amplía el conocimiento anatómico de esta especie, Carentonosaurus mineaui”, explica Laplana. Curiosamente, el nombre de la misma hace referencia a la localidad francesa donde se identificó este reptil por primera vez, Charente-Maritime, así que su apelativo podría traducirse como ‘Lagarto de Charente’.
El paleontólogo también destaca que “actualmente la mayoría de los reptiles viven en tierras emergidas, pero éste es de medio acuático y tendría una apariencia similar a la de algunos varanos de hoy día que habitan islas del Pacífico. Tendría cierto parecido a las iguanas de las Galápagos, porque también son especies que viven en mares que rodean esas islas, poco profundos, pero no estaría emparentada con la iguana porque sabemos que esta especie se extinguió sin descendencia”.
Puede llamar la atención que el Carentonosaurus mineaui sea un reptil marino, pero cabe recordar que en el Cretácico, Madrid estaba al borde de una isla. La Península Ibérica estaba dividida en dos islas separadas por un brazo de mar y al este de una de ellas se encontraba una parte del territorio emergida, con bosques tropicales; y al oeste una parte sumergida, lo que hoy sería Pinilla. Por este motivo se localizan en este municipio huesos de animales que vivían en el mar, como otros peces, tiburones, erizos de mar, rayas, corales… Más al sur, en Guadalix de la Sierra, Patones, etc. se encuentran restos de plantas, de especies continentales, ubicándose entonces la costa de la isla entre esta zona y Pinilla.
Como se indicaba al comienzo del texto, el hallazgo de este reptil ha sido algo imprevisto, ya que el objetivo de las excavaciones en los yacimientos del Calvero de la Higuera no era encontrar restos del Cretácico. “Las investigaciones del Museo Arqueológico Regional están centradas en los neandertales y los animales que convivieron con ellos hace entre 100.000 y 50.000 años”, afirma Laplana. Junto a los restos más modernos, los investigadores encontraron estos antiguos huesos en las paredes y techos de las cuevas en las que vivían los neandertales y la fauna coetánea a éstos.
Ello tiene una explicación muy sencilla, como apunta el paleontólogo: “Pinilla en el Cretácico estaba sumergida en el mar. En el fondo del mismo se depositaron sedimentos de naturaleza carbonatada -conchas, moluscos, animales con concha, etc.- que con el tiempo se comprimieron, litificaron y crearon las rocas que luego dieron lugar a las cuevas donde se acabaron guareciendo los neandertales. En aquellos sedimentos quedaría el cuerpo del reptil, que seguiría el mismo proceso, pasando sus restos a formar parte de las paredes y techo de estas cuevas”.
Estos huesos ya han sido depositados en el Museo Arqueológico Regional, según indica Laplana, y están a disposición de otros investigadores que estén interesados en su estudio. «También cabe la posibilidad de que acaben incorporándose a la exposición permanente del Museo, pero eso no será de forma inminente, tendría que darse una remodelación de la misma que permitiera incluirlos», destaca el experto.
Investigaciones actuales. Por otro lado, al margen del hallazgo, las excavaciones que están llevando a cabo desde 2002 en esta zona al norte de Madrid están permitiendo conocer qué animales convivían con los neandertales en la Comunidad hace entre 100.000 y 50.000 años.
Así, han podido saber que en aquella época, en la capital española vivían hienas, que competían con los neandertales por los recursos del valle: eran los dos depredadores principales. También abundaban los gamos, un animal poco frecuente en el Pleistoceno en la Península Ibérica debido a las épocas glaciales, y es que por aquel entonces se alternaban periodos interglaciales o cálidos –con temperaturas como las actuales- con otros glaciales o fríos –seis grados menos de media-, información que han podido conocer estos investigadores gracias a los restos de fauna y flora encontrados.
Las cuevas. El primer yacimiento del Calvero de la Higuera, el de la Cueva del Camino, fue descubierto en 1979, tiene de unos 80.000 años de antigüedad, y en diferentes excavaciones se han encontrado en él dos molares de Homo neanderthalensis y se ha constatado que era un cubil de hienas, al igual que la Cueva de la Buena Pinta, localizada en 2003, y donde también se han encontrado dientes de neandertales.
Otro de los yacimiento, el Abrigo de Navalmaíllo, fue descubierto en 2002 y era un campamento de neandertales hace entre 70.000 y 77.000 años. En él han hallado numerosos utensilios, muchos realizados en cuarzo, además de restos de animales de los que se alimentaban los homínidos.
La cuarta cueva, descubierta en 2009, se denomina Cueva Des-Cubierta y en ella aparecieron en 2011 varios restos dentales infantiles que, al igual que en los otros dos yacimientos, pertenecen a la especie Homo neanderthalensis.