Europa Press. España se ha convertido en el segundo país de la Unión Europea que más inversión directa recibe, solo por detrás de Reino Unido, y en el tercero que más invierte en el exterior, por detrás de Reino Unido y Francia, según los datos que aporta el último número de Cuadernos de Funcas.
En concreto, un total de 2.500 empresas españolas han realizado inversiones directas en el exterior y más de 9.000 filiales han invertido en España entre participaciones directas e indirectas.
Según el investigador Rafael Myro, las inversiones de las empresas en España se concentran en las manufacturas de intensidad tecnológica media-alta y alta. Estas invesiones, que han supuesto desde 2006 un incremento del empleo en un 5,25%, han contribuido a reducir la tasa de paro en 3,15 puntos porcentuales, han aumentado los salarios reales en un 1,89% y representan el 30% de las exportaciones.
Las compañías españolas que invierten en el exterior han aumentado su productividad en un 18%, ya que dedican muchos más recursos al I+D y la formación de sus empleados.
La experta Aránzazu Crespo destaca que el crecimiento de los costes laborales unitarios antes de la crisis económica se ha interpretado como un factor negativo que ha incidido negativamente en la competitividad de la economía española. Para ganar competitividad frente al exterior, España deberá resolver las distorsiones internas y aumentar la felxibilidad para reasignar los recursos en actividades con un mayor margen de crecimiento de productividad.
A este respecto, estima que una reasignación eficiente de los recursos en la industria manufacturera española en 2008 habría impulsado la productividad total de los factores en un 28%.
Por su lado, Angel Berges y Sara Baliña destacan la evolución que ha experimentado la deuda de España en los últimos años. Al empezar la crisis el endeudamiento suponía un 250% del PIB, cifra que aumentó en junio de 2014 hasta el 322% del PIB.
La evolución de este dato se ha caracterizado por el desigual comportamiento entre el sector público y el privado. Mientras que el primero ha incrementado su endeudamiento, el segundo lo ha reducido. España ha sido el país que más ha recortado su endeudamiento privado, 40 puntos del PIB desde los máximos alcanzados en 2010. La reducción más intensa la han realizado los sectores de la construcción o la promoción inmobiliaria, con 27 puntos, y las familias, que han reducido su endeudamiento en el equivalente a 12 puntos del PIB.