Redacción. Victoria de la selección española de balonmano sobre Túnez en el Lusail Multipurpose Hall de Doha, en la eliminatoria de octavos de final del Campeonato del Mundo de Catar 2015. Compromiso en el que el combinado español ha recuperado su mejor rostro para subyugar a un equipo, el africano, que había ofrecido un gran nivel en la fase de grupos.
España, por su parte, no había mostrado en la primera fase la contundencia y efectividad que Túnez ha sufrido en la tarde del domingo, 25 de enero: empezando por la portería, protegida por Gonzalo Pérez de Vargas, un gigante con cara de niño; en defensa, Guardiola y Morros han edificado una muralla imposible de superar por los lanzadores africanos; y en ataque, los #Hispanos han ofrecido multitud de alternativas para atacar con éxito la portería rival.
Salad Hasanefendic, abrumado por el inicio del combinado español, tenía que parar el reloj en el minuto cinco para corregir a sus hombres. Bannour y Sanai, los ejecutores de Túnez, han sido anulados por completo desde los primeros minutos por la defensa del equipo español, muy solidaria en la ayuda en todos y cada uno de sus integrantes. Y Gonzalo Pérez de Vargas, excelso, ha representado una pesadilla para los lanzadores africanos en la tarde de hoy, atajando numerosos balones.
Túnez, por otra parte, sufría para resistir el empuje del combinado español en ataque, liderado por el capitán, por Raúl Entrerríos, no sólo a la hora de asistir, ya que ha encontrado la portería rival con facilidad en los primeros minutos. Ugalde, a su vez, ha completado un partido muy notable, anotando desde el extremo y visitando la zona del pivote para aprovechar el trabajo de Aginagalde con el eje defensivo de Túnez.
Así, el criterio de España en ataque ha obligado a Túnez a adoptar una defensa cerrada para cortar la sangría, un sistema que el conjunto africano no acostumbra a utilizar por la efectividad de sus hombres en la defensa en avanzado. Tampoco ha surtido el efecto buscado, ya que la renta de España al descanso alcanzaría los nueve goles.
Lejos de bajar la intensidad, el combinado español ha repetido la fórmula de la primera mitad para controlar el marcador en el segundo acto: intensidad y ayudas en defensa, ataque con criterio y sin regalar el balón, y una portería de primera fila. Hasanefendic ha utilizado todos los recursos a su alcance para reducir el abismo en el marcador, pero la única verdad es que ninguno ha representado un peligro para la selección española.
Cadenas, por su parte, ha aprovechado el escenario favorable a los intereses españoles para rotar a sus hombres y repartir el cansancio, ahora que España acumula seis partidos a sus espaldas. Cañellas, por ejemplo, ha permanecido en el banquillo la práctica totalidad de la segunda parte, otorgando a Antonio García la oportunidad de demostrar que es, sin lugar a dudas, un recambio de calidad para el lateral del THW Kiel.
Excelsa la imagen que el combinado español ha mostrado contra Túnez, muy diferente a la ofrecida hasta la fecha en Doha; lamentando, únicamente, que el marcaje que ha sufrido Julen Aginagalde en la tarde de hoy haya derivado en dos exclusiones, precisamente, para el pivote de Irún.
España, por tanto, ha superado con claridad la eliminatoria de octavos de final y espera rival para el compromiso del 28 de enero contra el ganador del choque entre Islandia y Dinamarca.