‘The imitation game’, la historia del matemático que descifró los códigos nazis

Escena de 'The imitation game'.
Escena de 'The imitation game'.
Escena de ‘The imitation game’.

Carlos Fernández / @karlos686. El auténtico enigma de The imitation game no reside en descifrar los códigos nazis, más bien reside en tratar de contestar al porqué los humanos nos escondemos de nuestro auténtico yo, ya sea frente a la sociedad o frente al poder. Alan Turing probablemente fuera un héroe de guerra que nunca pisó un campo de batalla y que, sin embargo, sus logros no fueron reconocidos debido a su secreta homosexualidad, y es por eso que este biopic, que navega entre el thriller y el drama de manera armoniosa, era más que necesario.

The imitation game es una película formidable, entretenida y adictiva que sabe muy bien de qué habla, que no son pocos temas. Alan Turing, interpretado de una manera sobresaliente por un extrovertido y divertido Benedict Cumberbartch, es un personaje al que el espectador coge cariño y repulsión social al mismo tiempo. Es por eso que cuando el espectador conoce su pasado, sus secretos y sus raros impulsos empieza a comprender a un incomprendido de su tiempo que debería ser reconocido no solo como un genio sino como una gran persona. Esto hace de la película un fiel retrato de cómo las personas rechazamos a los que son diferentes, más listos o más carismáticos por una infantil sensación de inferioridad o envidia. Esto también puede aplicársele a la Segunda Guerra Mundial, que rodea la historia, lo que lo hace venir todo mucho más a cuento.

La película tiene unos puntos flacos, como la interpretación de una espantosa Keira Knightley o algunos golpes dramáticos de guión que pueden resultar bastante predecibles. Fuere como fuere, The imitation game es una película metafórica, inteligente y dramática con la que el espectador puede entrar de sobra en la historia o no entrar nada, ya que no nació para contentar a todos.

Ganó el premio la mejor película en el pasado Festival de Toronto y está nominada a ocho merecidos Oscar entre los que destaca mejor película, director y actor. Si bien la respaldan las nominaciones, The imitation game no ganará premios debido a la competencia de las magníficas Birdman, Boyhood y La teoría del todo. Pese a todo, es un digno ejemplo de cómo hacer cine entretenido y emocionante.

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