Vicente Vera Esteve. Celebramos la llegada del año 2015, como el Año Internacional de la Luz y las Tecnologías basadas en la Luz según lo proclamó la Asamblea General de las Naciones Unidas en su LVIII sesión. Mencionamos igualmente que para los chinos, 2015 es el año de la oveja bajo el elemento madera. En ambos casos presiento que será un buen año para la economía, al margen de modelos de predicción económica, tanto del Banco de España como del Ministerio de Economía. Tanto la luz como la oveja y la madera son tres elementos muy importantes para toda economía basada en la producción y el consumo. Sobre todo la luz, sobre todo la luz solar es un input necesario para el desarrollo del turismo nacional, la poderosa luz que tienen determinadas zonas de este país son un prodigio para la industria del turismo. Alrededor de 65 millones de turistas nos visitarán este ejercicio 2015, calculen lo que significará este dato para la industria hotelera y de restauración, a pesar del dinero presupuestado para gastar durante las estancias del turista. Desde el lado cultural, supondrá seguir divulgando las pinturas del maestro Sorolla, maestro de la luz del Mediterráneo, otro potencial turístico muy importante que anima a visitar museos y exposiciones programadas a lo largo del año.
En cuanto a la oveja y la madera que simbolizan el zodiaco chino para el año 2015, son también dos nuevos elementos que tienen un importante peso en la economía española, el sector agropecuario y el lechero siguen siendo sectores de peso en la balanza comercial española así como la madera para el sector artesano e industrial para la industria del mueble.
Como podemos ver somos un país muy completo, necesitamos más apoyo institucional para vender mejor nuestros bienes y servicios en un mercado mundializado. A pesar de no disponer de todo el apoyo necesario de la Administración, seguimos siendo un país netamente exportador. Es de recibo hacer un cálido homenaje a toda la industria exportadora nacional. No olvidemos que gracias al arriesgado espíritu emprendedor de los empresarios españoles que, reinvirtiendo sus beneficios año tras año han conseguido zafarse de la crisis padecida en Europa y en el mundo, además de fortalecer sus respectivos negocios pese a las dificultades financieras y de crédito que se han venido padeciendo en los últimos siete años. Ahora parece que empieza a fluir poco a poco el crédito bancario para la financiación de circulante. Pero cualquier responsable de una pyme sabe perfectamente el mal trago que han tenido que pasar hasta situarse en 2015, con las fábricas abiertas, creando empleo y con financiación, todo un calvario.
Lo más triste es que no todos han llegado a vivir esta situación de moderado optimismo. Desde aquí es mi deseo rendir mi pequeño tributo a los pequeños y medianos empresarios que han luchado con denodado esfuerzo por mantenerse en el mercado creando además unas expectativas crecientes para el futuro más inmediato que ahora mismo ya estarán preparando sus muestrarios, sus colecciones para atacar de nuevo los mercados de demanda, desde Londres a Tokio, y de Tokio a Nueva York. En esta temporada se hace necesario suplir la demanda que ha dejado al descubierto el mercado ruso. Por lo tanto, algunas empresas y sectores tendrán que redoblar esfuerzos para cubrir toda la oferta disponible que no se exportará a Rusia.
Es ahora cuando el tejido empresarial se está recomponiendo de todos los jirones producidos durante los años de plomo comercial y financiero. Otra ventaja disponible seguramente será la reducción del precio del petróleo, por lo que además de las ganancias propias de competitividad se suma esta otra tan importante en el diseño de escandallos de los productos que se van a comercializar internacionalmente.
Explico todo este marco microempresarial porque se acercan elecciones en todos los ámbitos de la Administración Publica: ayuntamientos, autonomías y finalmente las elecciones generales. El apunte que me interesa subrayar ahora no es otro que advertir del riesgo que corremos si a la par que se inicia un año de elecciones, descuidamos todo el camino hecho en el ámbito socio empresarial, no olvidemos que, en ese progreso se encuentra contenido e integrado todo un esfuerzo colectivo de grandes sacrificios salariales que han ayudado a mejorar notablemente la competitividad de nuestra economía productiva que, por cierto, ha de ser el modelo empresarial que nos guíe hacia un país distinto al que tuvimos hasta 2006-2007. Hay que completar la construcción de este modelo con más inversión y participación en la potenciación y fomento de la inversión en I+D+i. Ahora el trabajo también está en el tejado de la Administración, ofreciendo a los empresarios fórmulas y programas orientados a mejorar la capacidad innovadora de las empresas. Es el momento de no escatimar más recursos para este necesario objetivo a corto, medio y largo plazo. Ahí tenemos el programa propuesto por la Comisión Europea, Horizonte 2020, que de alguna manera marca el camino hacia la competividad europea con la finalidad de poder recuperar el camino desandado por la UE durante estos largos años de letargo innovador. El objetivo ha de ser conseguir un 1,8% del PIB para inversiones en innovación.
De modo que somos todos los ciudadanos, políticos en activo, como empresarios y trabajadores, los que tenemos la obligación moral de respetar lo conseguido y luchar por mejorar este escenario. Eso sí, pensando en la aportación de propuestas e ideas alejadas de todo experimento trasnochado y dilapidador de recursos e ilusiones vanas. El pueblo español ya tiene tablas, o espolones como decimos por aquí, por Valencia, son ya casi 40 años de experiencia democrática y sabemos los riesgos que conllevaría no reflexionar lo suficiente.
No es incompatible la revisión del clásico Por un puñado de dólares (1964) y dirigida por Sergio Leone, con Clint Eastwood y banda sonora del genial Ennio Morricone, con la lectura de este artículo.