Redacción. La Catedral de Sevilla ya cuenta con su fachada de la calle Alemanes, en la que se ubica la puerta del Perdón, completamente restaurada tras concluir unos trabajos que comenzaron en 2012 con la financiación exclusiva del Cabildo metropolitano y que han procurado el descubrimiento de las únicas tres almenas almohades originales junto a la citada puerta, que habrían tenido una capa fina de cal blanca, y la existencia de un zócalo en el patio, del que sólo permanece la estructura preparada para su instalación.
En este sentido, el deán del Cabildo, Teodoro León; el delegado de Patrimonio del Cabildo, Francisco Ortiz, y el maestro mayor de la Catedral y arquitecto responsable de la restauración, Alfonso Jiménez, han presentado el lunes, 12 de enero, esta actuación en la fachada norte que ha contado con una inversión total de 4.484.246 euros, incluyendo la obra contratada y la investigación previa realizada. Los trabajos han permitido tratar 278 metros de longitud y 10.221 metros cuadrados de superficie, desde la capilla de San Laureano, frente a Correo, hasta la esquina de la calle Alemanes y Placentines.
Así, se han conservado los elementos arquitectónicos almohades, góticos, neogóticos, protobarrocos, platerescos y barrocos, salvo los añadidos lesivos para su integridad o la imagen del conjunto. De este modo, en las partes intervenidas se ha actuado sobre paramentos pétreos, lo que ha supuesto casi el 70% de los trabajos, y cantidades mucho más reducidas de muros de tapial y ladrillo, estatuas y relieves de terracota y cemento, además de azulejos, mármol y enlucidos barrocos imitando mármoles, bronce e incluso los denominados ‘vítores’, que se han encontrado pese a estar parcialmente eliminados por obras de restauración de los años sesenta.
Según detalla el arquitecto, el mayor cambio ha sido el producido en la fachada norte de la calle Alemanes, que contaba con un grueso enlucido de cemento con pintura de color amarillento, realizado en el siglo XX y que resultaron ser la renovación y picado de paramentos de mortero de cal y calamocha de finales del XIX que sustituían los cuidadosos tratamientos de 1793. Así, en la fachada se han dejado testigos para poder observar lo que había existido antes de la restauración.
De este modo, afirma que se ha seguido el mismo criterio aplicado en los años 90 en Placentines para la restauración, como es la eliminación de todo lo que no fuera anterior a 1793, ante su «baja calidad y difícil mantenimiento», ya que la mayoría de los paramentos habían sido picados a finales del siglo XIX.
Así, se ha apostado por conservar especialmente las decoraciones de estuco de los cuatro altares y la fachadita del antiguo ‘Quarto del Cura’ del Sagrario, rehabilitando la entrada de la primera iglesia del Sagrario, que ahora cuenta con cristales blindados y donde se ha recuperado el tejadillo limpiado las pinturas y colocado nuevos ángeles.
Por su parte, León ha puesto en valor unas actuaciones que permiten sacar a la luz «algo que siempre estuvo aquí pero que casi ni se veía», dejando claro que ahora se recupera la «gran historia» de la fachada de la Catedral, aunque también de la ciudad.
En la misma línea, Ortiz indica que esta actuación es el resultado de la inversión del Cabildo teniendo en cuenta la situación «indigna» en la que se encontraba esta fachada, especialmente como consecuencia de las humedades, unas obras que se hicieron compatibles con las actuaciones ya finalizadas del retablo y del fascistol. Así, recuerda que la obra en cuestión ha costado 1,8 millones, que han sido sufragados con la visita cultural.
Cabe recordar que los trabajos comenzaron en 2006 mediante un convenio suscrito entre el Cabildo metropolitano y la Fundación Caja Madrid, el cual permitió intervenir sobre la totalidad de la fachada de la avenida de la Constitución, la cabecera del Sagrario y la cubierta de las dependencias existentes hasta la puerta del Perdón. Esa parte concluyó en 2010, cuando comenzó una extensa campaña de investigación sobre el resto, teniendo en cuenta que se trataba de paramentos enlucidos en el siglo XX.