Redacción. El Real Madrid impuso la diferencia de calidad ante el Cruz Azul mexicano tras golear sin paliativos (0-4) y acceder a la final del Mundial de Clubes, el único título de prestigio que falta en sus vitrinas.
La segunda aparición del Real Madrid por el Mundial de Clubes dejó muestras de lecciones aprendidas, hambre de más éxito de unos jugadores que están haciendo historia, superioridad en calidad ante un Cruz Azul que, cuando pudo levantarse, se encontró con Casillas.
Se volvió a ver la mejor versión del capitán blanco, que firmó dos paradas salvadoras cuando muchos ya le habían jubilado. La pegada madridista hizo el resto.
El desgaste físico del Cruz Azul en los cuartos de final estaba en la cabeza de sus futbolistas. Los cambios de Luis Fernando Tena, técnico del conjunto rival, no fueron suficientes para poner freno a un campeón de Europa lanzado.