25 abril 2024

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Los ciudadanos muestran por última vez su cariño a la Duquesa de Alba

Los sevillanos hacen cola para despedir a la Duquesa de Alba. / Foto: Europa Press.

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Los sevillanos hacen cola para despedir a la Duquesa de Alba. / Foto: Europa Press.
Los sevillanos hacen cola para despedir a la Duquesa de Alba. / Foto: Europa Press.

Europa Press. Más de 30.000 ciudadanos han pasado por la capilla ardiente ubicada en el Salón Colón del Ayuntamiento de Sevilla con el féretro que guarda los restos mortales de Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, XVIII duquesa de Alba, XI duquesa de Berwick y 14 veces Grande de España, según informan fuentes municipales.

La capilla ardiente abría sus puertas este jueves, 20 de noviembre, alrededor de las 14.00 horas, después de que llegaran los restos mortales de la Duquesa de Alba desde su residencia sevillana en el Palacio de las Dueñas, donde ha muerto rodeada de su actual marido Alfonso Díez y sus seis hijos. La capilla cerrará sus puertas a las 22.00 horas y volverá a abrirlas a las 09.00 horas de este viernes 21 de noviembre.

Mientras tanto, a las puertas del Ayuntamiento continúa aumentando la cola de ciudadanos que se congregan para dar subir hasta la capilla ardiente para dar su último adiós a la conocida aristócrata.

Cabe recordar que la Duquesa será incinerada, por su expreso deseo, y sus cenizas reposarán en el santuario de la Hermandad Sacramental de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias Coronada de Sevilla, conocida como la Hermandad de los Gitanos, de la que Cayetana era hermana.

Hasta entonces, el féretro de Cayetana Fitz-James Stuart y Silva se mantendrán coronando el salón Colón, corazón de la Casa Grande hispalense y lugar habitual de celebración de los actos institucionales y los plenos, cubierto por la bandera de España y la de la Casa de Alba. Descansa además bajo dos lienzos que muestran las tallas de la Hermandad de los Gitanos y en torno al féretro han instalado los hachones rematados con cirios usados normalmente durante los cultos de la Hermandad.

A ambos lados del féretro, y en respetuoso silencio, los familiares y allegados velan el cadáver, toda vez que los ciudadanos que se han acercado hasta el Ayuntamiento para dar su último adiós a la duquesa y mostrar sus respetos a la familia acceden al salón Colón a través de un pasillo acotado a tal efecto y abandonan el mismo a través del salón Santo Tomás.

Llegada del féretro al Ayuntamiento de Sevilla. / Foto: Europa Press.
Llegada del féretro al Ayuntamiento de Sevilla. / Foto: Europa Press.

La Duquesa del pueblo. El sentimiento de cariño que profesaba la Duquesa de Alba a Sevilla y a su gente era mutuo, a tenor de la multitud de sevillanos que se han agolpado a las puertas del Ayuntamiento hispalense para darle su último adiós a una mujer a la que recuerdan como una persona «muy natural y muy del pueblo».

Los vecinos han manifestado su tristeza por el fallecimiento de la Duquesa, que siempre será recordada en Andalucía. En este sentido, una residente en la capital ha asegurado que hoy Sevilla está «muy triste», porque se ha perdido «una gran persona y una gran mujer».

En concreto, una sevillana ha recordado una anécdota que vivió con la Duquesa en la plaza de toros de la Maestranza durante una corrida de Curro Romero. «Me fui a ver salir los toreros porque soy muy currista y entre el público estaba ella como una sevillana más», ha dicho, al tiempo que ha añadido que era una persona «muy natural y muy del pueblo».

Por su parte, otra sevillana ha asegurado que la ciudad «se siente mal» porque «se la quería mucho». Según esta vecina, ha sido una persona que «ha hecho mucho por Andalucía y por eso se sentía tan bien aquí».

Por último, otra vecina ha resaltado «lo bien» que la Duquesa se ha portado con la ciudad. «Ha querido mucho a Sevilla y ha hecho mucho por muchísimas hermandades, no sólo por la de los Gitanos», ha señalado. «La gente la quiere porque siempre ha sido una anticipada a su tiempo y se ha portado siempre bien con Sevilla», ha concluido.

Breve biografía. María del Rosario Cayetana Alfonsa Victoria Eugenia Francisca Fitz-James Stuart y de Silva nació en el Palacio de Liria en Madrid el 28 de marzo de 1926 y, al estallar la Guerra Civil, se exilió en Londres junto a su familia. Sin embargo, no pudo evitar la sombra de la contienda y, tres años después, vivió el estallido de la II Guerra Mundial y sus posteriores efectos sobre Gran Bretaña.

De vuelta a España, y siguiendo el consejo de su padre, se casó en primeras nupcias con el aristócrata Pedro Luis Martínez de Irujo y Artazcoz, hijo de los duques de Sotomayor. El enlace, que tuvo gran repercusión social, se celebró en Sevilla el 12 de octubre de 1947.

Tras la muerte de su padre Jacobo Fitz-James, en 1953, Cayetana heredó el Ducado. De su matrimonio con su primer marido, nacieron seis hijos: Carlos, duque de Huéscar; Alfonso, duque de Aliaga; Jacobo, conde de Siruela; Fernando, marqués de San Vicente del Barco; Cayetano, conde de Salvatierra; y Eugenia, duquesa de Montoro.

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