Redacción. El Real Madrid sigue incrementando su número de victorias consecutivas. Ante el Liverpool sumó la duodécima y lo hizo de nuevo con un dominio abrumador. La afición se volvió a marchar del Bernabéu satisfecha con su equipo, que apenas sufrió y no concedió ni un disparo del rival en la primera mitad. Amparados quizá en ese estado de forma, los madridistas salieron como un vendaval. A los diez minutos ya habían tenido dos claras ocasiones de marcar, pero las intervenciones de Mignolet a los disparos de James y Cristiano Ronaldo en el 4’ y 10’ respectivamente evitaron que así fuera.
La sensación de dominio por parte de los locales era absoluta. El balón sólo pasaba por las botas de los madridistas y circulaba con criterio de un lado a otro. La mejor prueba de ello fue el tanto con el que se estrenó el marcador. Participaron cuatro jugadores y ninguno dio más de dos toques. La jugada la inició Isco, que hizo una pared con Cristiano Ronaldo en el 27’ y cedió el esférico a Marcelo. El brasileño controló en la banda y puso un centro medido a Benzema, que llevó el balón a la red con un toque sutil. El Bernabéu se rendía a su equipo y a la belleza del tanto.
Poco cambió el partido tras el gol. Serio el encuentro que disputaron los merengues, ya están clasificados para octavos de final y con un punto en las dos jornadas que restan certificarán el primer puesto.