Alejandro Díaz. En un ejercicio de imaginación, si tuviéramos que preguntarle al visitante ocasional, o al conocedor poco avezado, cuál es la música más típicamente española, nos encontraríamos con que para la gran mayoría de los encuestados la respuesta sería “el flamenco”. Incluso dentro de las fronteras del estado ante la misma pregunta obtendríamos resultados similares. Para una gran parte de los ciudadanos españoles —incluidos los andaluces—, el flamenco es la identificación de lo andaluz con lo genuinamente español.
La ciudad hispalense tiene el privilegio de poseer el único centro en el mundo capaz de ofrecer la posibilidad de formarse profesionalmente en las tres especialidades del flamenco (Cante, baile o guitarra) gracias a la Fundación Cristina Heeren, creada en 1996 por la ciudadana norteamericana, hispanista, mecenas y amante de este arte, Cristina Hereen. “Como ocurre en la cultura anglosajona, ella siente que el flamenco le ha hecho tan feliz que debe de devolver de alguna manera esta felicidad a través de la filantropía” nos explicaba Fernando Iwasaki Cauti, director del centro.
Los objetivos de la fundación son la promoción, enseñanza y conservación del arte flamenco, tanto en Andalucía, España como en el resto del mundo. Desde sus comienzos, más de 2.000 estudiantes de 57 países diferentes pueden presumir de haber pasado por sus emblemáticas aulas especializándose en una las tres ramas de la enseñanza, dirigidas estas, por profesionales con grandes trayectorias dentro del mundo flamenco. “Los alumnos han sido la clave del éxito de esta fundación, nuestra historia es la historia de los éxitos de nuestros jóvenes artistas” confirmaba Fernando. Entre ellos, destacan nombres como Florencia O’Ryan, primera bailaora extranjera en ser admitida en el Ballet de Andalucía, Argentina López (Huelva), Yasmín Levy (Israel), Nuriyá (México), India Martínez (Almería) y Manuel Lombo (Dos Hermanas), cuyos éxitos están reconocidos dentro del mundo de este arte.
El centro está capacitado para atender cualquier nivel que exija el pupilo, ya que cada uno de sus cursos (divididos en anual, bienal, de verano y extra-académicos) poseen diferentes ramas de enseñana con 3 tipos de formaciones diferentes: Básico, intermedio y avanzado, eso sí “el alumno que quiera ingresar en los cursos de guitarra debe de saber tocar mínimamente alguna canción de misa, aquí no podemos enseñar a colocar los dedos”, bromeaba Fernando. Además, A diferencia de otras entidades, la Fundación Cristina Heeren, tiene un generoso programa de becas que desde 1997 ha permitido que 665 jóvenes de todo el mundo hayan podido estudiar en la escuela. Mención especial tiene la colaboración con la Consejería de Asuntos Sociales de la Junta de Andalucía y con los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Sevilla, donde han acogido a jóvenes de zonas conflictivas de Sevilla, Huelva y Almería, quienes gracias a sus estudios de flamenco han podido reintegrarse a la sociedad sobreponiéndose a situaciones de abandono, malos tratos, fracaso escolar y marginalidad; por no hablar de las becas otorgadas a jóvenes sin recursos que hoy ya son profesionales del flamenco.
Actualmente la fundación impulsa en Sevilla una nueva temporada del ciclo “Miércoles a Compás”, en colaboración con el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Durante el otoño de 2014, una veintena de jóvenes artistas, todos ellos alumnos que perfeccionan su arte en la escuela, actuan en un escenario especial: la Capilla del Monasterio de la Cartuja. Del 15 de octubre al 17 de diciembre, bailaores, guitarristas y cantaores noveles de diferentes nacionalidades ofrecen al público sus recitales en este histórico edificio, sede del museo.
La declaración del flamenco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco sólo aporta una realidad bien asentada: el interés que el flamenco despierta en todo el mundo. En busca de una «oficialidad» que ampare a los artistas que terminen su formación, para este nuevo año 2015, la fundación (Premio Nacional 2012 de la Cátedra de Flamencología de Jerez, por el trabajo realizado en pro de la enseñanza del Flamenco) intentará forjar el proyecto de asociación con alguna universidad europea que posea una Facultad de Artes Escénicas, de modo que los graduados que finalicen los estudios de tres años puedan optar a una titulación universitaria.