Investigadores aumentan la producción de un colorante natural perteneciente a un hongo con propiedades antioxidantes

Investigadores de la Universidad de Sevilla
Investigadores del grupo ‘Conducta y Regulación’.

Redacción.Investigadores del grupo ‘Conducta y Regulación’ de la Universidad de Sevilla han logrado obtener 500 veces más cantidad de un colorante natural acumulado por un hongo que cuando éste lo produce en la naturaleza. Esta producción de neurosporaxantina, un compuesto químico anaranjado con propiedades antioxidantes, abre la puerta a su futura producción industrial.

La Fundación ‘Descubre’ explica que ese color naranja característico del compuesto denota su procedencia. «Se trata de un carotenoide, es decir, un pigmento orgánico que se encuentran de forma natural en las algas y en las plantas, así como en muchos hongos y bacterias: el más conocido es el beta-caroteno, presente en numerosos alimentos, como la zanahoria o la calabaza, a los que dan su típico color anaranjado, y existen además muchos otros carotenoides de interés, como la astaxantina, responsable del color rosado del flamenco, la langosta o el salmón, que lo adquieren por la dieta», explica el investigador Javier Ávalos.

Los científicos han descubierto las bases moleculares para la producción de uno de estos compuestos: la neurosporaxantina, un carotenoide anaranjado producido de forma natural por muy pocos hongos en la naturaleza.

«Esta escasez es lo que ha hecho que no se haya estudiado hasta el momento lo suficiente, pero cuenta con unas características químicas muy peculiares: es una molécula anfipática, que en química significa que posee una zona hidrófila -con afinidad por el agua-, mientras que otra parte de la molécula repele este líquido», ha precisado Ávalos.

Esta estructura química les permite, según los expertos, introducirse en las membranas celulares y proteger a la célula del proceso de oxidación. «Esta capacidad sugiere un enorme potencial saludable para este colorante natural, pero hasta el momento no se habían realizado estudios que lo avalaran», ha detallado el investigador.

De esta forma, lo primero que han conseguido los expertos son cantidades apropiadas de este pigmento. Al respecto, se manifiesta que «hemos obtenido una cantidad 500 veces mayor a la producida por la estirpe salvaje mediante una mutación reguladora y el control de la relación de azúcares y nitrógeno en las condiciones de cultivo, aumentando los primeros y bajando el segundo».

Tras acometer los ensayos con diferentes estirpes, medios y tiempos de cultivo, los investigadores han obtenido cerca de un 1 por ciento de neurosporaxantina respecto al peso seco de micelio, es decir, la masa que constituye el cuerpo de los hongos. «Supone una cantidad muy elevada, teniendo en cuenta los niveles que encontramos en la naturaleza, y el hongo es capaz de tolerarlo», sostiene.

Hasta el momento, los expertos de la Hispalense han identificado todos los genes implicados en la síntesis de neurosporaxantina y trabajan actualmente en los mecanismos moleculares que controlan su producción.

Por su parte, la empresa granadina BioflowSur, también implicada en el proyecto, está desarrollando un método adecuado de extracción y purificación del compuesto para comprobar después sus características funcionales. «Queremos estudiar su actividad biológica mediante la realización de ensayos in vitro e in vivo con líneas celulares, analizar su capacidad antioxidante y obtener así indicios sobre posibles efectos beneficiosos para la salud, como pueden ser la prevención de las enfermedades cardiovasculares, la diabetes o la obesidad» relata Ávalos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *