A.A. Cada vez son más los viajeros que prefieren vivir experiencias únicas en establecimientos diferentes por sí mismos, como el Icehotel (Suecia), el Palacio de Sal (Bolivia) o la Montaña Mágica Lodge (Chile). Sin embargo, también es posible alojarse en lugares originales sin tener que viajar a otros países.
Te invitamos a conocer algunos de los hoteles españoles que persiguen sorprender a sus huéspedes ofreciéndoles la oportunidad única de despertar nuevas sensaciones.
Cabanes als Arbres (Barcelona). En pleno corazón del Parque Natural Montesny se encuentran diez cabañas de madera, encaramadas en las ramas de frondosos árboles a tres e incluso ocho metros de altura, que permiten rememorar los sueños de la infancia de vivir rodeado por la naturaleza salvaje como Robinson Crusoe o Tarzán.
Este hotel está situado en la montaña del bosque de Les Guilleries, un lugar famoso por haber dado cobijo al héroe local Joan Sala Ferrer, alias Serrallonga. Así que, además de descansar, los huéspedes pueden hacer senderismo por las rutas que recorrió el «Robin Hood Catalán” del siglo XII y participar de los festejos en su honor que se celebran en Sant Hilari Sacalm y las Guilleries.
Vagón Rural (Murcia). Este original y encantador alojamiento ferroviario, ubicado junto a la rica huerta murciana, se creó con el objetivo de rehabilitar los viejos vagones de mercancías que operaron hasta la primera mitad del siglo XX.
Además de su singularidad, gracias a su posición geográfica privilegiada los visitantes pueden desplazarse hasta lugares cercanos tan emblemáticos como el Monasterio de los Jerónimos (construido en la primera mitad del XVIII y a veces llamado el “Escorial murciano”), Cartagena o la monumental Lorca.
Cueva de Pedro Antonio de Alarcón (Guadix). En este municipio, en el que se contempla un paisaje de contrastes donde el blanco encalado de las casas destaca sobre la rojiza arcilla, los visitantes pueden pernoctar en extraños espacios formados en rocas milenarias y cuyo origen geológico se debe a la descomposición de un glaciar que antiguamente ocupó este valle granadino.
Alojarse en estas oquedades rocosas es una oportunidad única para conocer más de cerca una tradición local que se ha mantenido desde XVI y sentir la acogedora calidez de estas cavernas, en cuyo interior se aprecia una temperatura constante y plácida durante todo el año.
Circo Museo Raluy (Tarragona). En esta experiencia única los amantes del mundo circense pueden disfrutar del día a día de los artistas que trabajan en uno de los circos con más tradición de nuestro país, sin renunciar a las comodidades que ofrece la estancia en una caravana de 1939.
La original iniciativa desarrollada por Luis y Carlos Raluy acerca a los huéspedes a sentir la magia de este circo museo, un lugar histórico formado por bellos carruajes restaurados que resaltan la artesanía de piezas que recorrieron numerosos países entre los siglos XIX y XX.
Tagomago (Baleares). En este entorno paradisiaco ibicenco, que evoca a las bellas ínsulas de la Polinesia, los bolsillos más privilegiados tienen la oportunidad de hospedarse en una de las pocas y más hermosas islas privadas españolas, propiedad del magnate alemán Matthias Khun.
Este remanso de paz de lujo, a la vez que paraíso natural, reserva y santuario de aves del Mediterráneo, cuenta con 5 dormitorios en suite de generosas dimensiones, una terraza ajardinada, una piscina de generosas dimensiones, salón y cocina.
Altiplano Tipis (Granada). En la sierra de Baza existe un lugar diferente en el que descansar en el interior tipis como si estuvieras dentro de una de las famosas películas del Lejano Oeste.
Pero si dormir en plena naturaleza como las tribus indias no te convence demasiado, este establecimiento cuenta con pequeños y acogedores estudios en el interior de algunas de las numerosas cuevas que pueblan esta bella región granadina.
Braña La Code (Asturias). En el Parque Natural de Somiedo existe una forma perfecta de disfrutar del verde paisaje Reserva de la Biosfera.
Este alojamiento en el Valle del Lago dispone de seis típicas brañas, cabañas de piedra decoradas de forma tradicional, en las que sus residentes tienen la oportunidad de vivir como los auténticos vaqueiros de alzada y respirar el aire puro de las montañas.
Punta Grande (El Hierro). En el municipio herreño de La Frontera se encuentra una curiosa construcción que durante años ostentó el título de hotel más pequeño del mundo.
Este establecimiento, que formó parte del Guinness de los Récords debido a sus escasos 600 metros cuadrados y cuatro habitaciones, cuenta además con una ubicación extraordinaria que permite a sus huéspedes contemplar una de las vistas más espectaculares del océano Atlántico.