Desarticulada una red dedicada a la trata de ciudadanas paraguayas para explotarlas sexualmente en Toledo

Una vez en nuestro país, eran sometidas a un régimen de total aislamiento.
Una vez  las chicas en nuestro país, eran sometidas a un régimen de total aislamiento.

Redacción. La Policía Nacional ha desarticulado una red dedicada a la trata de ciudadanas paraguayas para explotarlas sexualmente en Toledo. Hay ocho detenidos que se aprovechaban de la situación de exclusión social o la necesidad de mantener a la familia que sufrían las víctimas, a quienes ofrecían la posibilidad de ganar grandes cantidades de dinero en España.

Una vez aceptaban, las mujeres eran trasladadas a un club de alterne de Toledo en el que debían trabajar, donde eran encerradas por la organización y del que no podían salir hasta saldar la «deuda» contraída con la misma. El club era un auténtico fortín: estaba permanentemente vigilado y contaba además con un sistema instalado en todas las habitaciones que avisaba a las víctimas para que se ocultasen en caso de control policial, ha informado la Policía Nacional en nota de prensa.

La investigación se inició a partir de una llamada telefónica realizada al teléfono 900.10.50.90, atendido las 24 horas por policías especializados de la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos de la Policía Nacional. Un ciudadano alertaba sobre la situación de las mujeres que trabajaban en un local, sometidas a un férreo control por parte de otros empleados varones y por los sistemas de seguridad instalados en establecimiento.

La organización estaba perfectamente estructurada y era liderada por un hombre y su pareja sentimental. Esta mujer, de nacionalidad paraguaya, aprovechándose de los lazos que mantenía con su país natal, había desarrollado toda una red de captación de mujeres.

Las víctimas captadas por la red se encontraban habitualmente en situación de necesidad. Los investigados las convencían de que podían ganar grandes cantidades de dinero con facilidad trabajando para la organización en España.

Una vez aceptaban, los captadores se encargaban de proporcionar a las jóvenes la documentación necesaria para que pudieran fingir un viaje turístico a España, entregándoles pasaportes y «bolsas de viaje» (dinero en efectivo, reservas hoteleras y billetes de avión de ida y vuelta). También las aleccionaban sobre cómo actuar durante el viaje y cómo responder a las posibles preguntas de las autoridades en los controles fronterizos.

Una vez en España, las mujeres eran recogidas por colaboradores de la organización, que las trasladaban directamente hasta el club. Estos colaboradores también se encargaban de trasladar, a modo de taxistas, a otras mujeres que trabajaban para la organización desde los domicilios en los que estaban alojadas hasta el club de alterne y viceversa, además de realizar otro tipo de encargos.

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