Redacción. El nuevo ministro de Justicia, Rafael Catalá Polo, ha jurado su cargo en el Palacio de Zarzuela ante Su Majestad el Rey, tras la dimisión de su antecesor, Alberto Ruiz-Gallardón Jiménez y después de que su nombramiento haya sido publicado este 29 de septiembre en el BOE. En el acto también han estado presentes el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la vicepresidenta del Ejecutivo y ministra de la Presidencia, Soraya Sáenz de Santamaría, quien ha actuado como notaria mayor del Reino en su condición de ministra de Justicia en funciones.
El ministro juró su cargo ante un crucifijo, un ejemplar facsímil de la Constitución editado por las Cortes Generales en 1980, abierto por el artículo 62-e, así como una Biblia editada en Valencia en 1791, propiedad de Carlos IV, abierta por el Antiguo Testamento, Libro de los Números, capítulo 30, del voto de juramento, página 157.
El traspaso de cartera ha tenido lugar en las salas nobles del Palacio de Parcent, que han estado absolutamente abarrotadas de autoridades. Entre ellas, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, el presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro o el presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Fernando Grande-Marlaska, junto a fiscales, vocales del Consejo General del Poder Judicial y representantes de asociaciones de jueces, secretarios judiciales, notarios o procuradores.
Catalá ha aprovechado para destacar que el imperio de la Ley queda garantizado con la «obligada igualdad» de todos los ciudadanos y en el que ha ofrecido a todos los sectores jurídicos «diálogo, búsqueda de consenso y esfuerzo» para alcanzar un «gran acuerdo» que permita el «desarrollo equilibrado» de las reformas pendientes en su nuevo destino.
Catalá ha agradecido la nutrida presencia que le ha acompañado en este acto y ha expresado su deseo de que sea indicio de una «pronta y estrecha colaboración» entre todos los profesionales del Derecho, algo, a su juicio, absolutamente imprescindible para afrontar los retos que la Administración de Justicia tiene ante sí. El diálogo con muchos sectores se había roto en la época de Gallardón, por lo cual los afectados han recibido con buenos ojos este cambio de actitud.
El nuevo responsable de Justicia ha elogiado la ingente cantidad de reformas impulsadas por su antecesor y ha fijado sus prioridades. En primer lugar, ha citado la revisión del Código Penal, la «mejora» de la ley de justicia gratuita y de la ley de tasas judiciales, la Ley de Servicios Profesionales y la implantación de un sistema eficaz del Registro Civil, así como la dotación de plazas de jueces y fiscales para dar solución a los jóvenes que salen de la Escuela Judicial y no tienen puesto asignado.
Tras mostrar su compromiso por una justicia electrónica, Catalá ha enfatizado que solo desde el diálogo, el debate «productivo» y el esfuerzo por alcanzar acuerdos comunes, las reformas llegarán a buen puerto. «Os convoco a alcanzar un gran acuerdo que permita el desarrollo equilibrado de las reformas pendientes», ha remachado.