Alejandro Díaz. Todo el mundo sabe que en la actualidad millones de niños y niñas desgraciadamente se ven obligados a abandonar sus países debido a múltiples factores ajenos a ellos, como pueden ser el hambre, los desastres naturales, la pobreza o una vil guerra. Afortunadamente, todas estas desgracias no quedan amparadas bajo las leyes de la arbitrariedad, sino en organizaciones o fundaciones que luchan solidariamente por los derechos de los demás, como en este caso Terre des Hommes.
La Fundación Tierra de hombres-España nace en 1994 dentro del Movimiento Internacional Terre des hommes originado en Lausanne (Suiza) en 1960. Forma parte de la Federación Internacional Tierra de Hombres (FITDH), la segunda agrupación mundial de ONGD de atención a la infancia, Organismo consultivo del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas, de UNICEF y del Consejo de Europa.
A raíz de los principios de la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas de 1989 y la Carta fundamental, Tdh-España tiene como objetivo promover el desarrollo de la infancia más desfavorecida defendiendo sus derechos, sin ningún tipo de discriminación de orden político, racial confesional y de sexo. Además llevan a cabo tres niveles de actuación (salud materno-infantil, protección de la infancia y promoción de los Derechos de la Infancia) a través de la acción directa con menores, familias y comunidades.
Estas áreas de actuación tienen su ejecución en proyectos de cooperación desarrollados principalmente en países de África y América Latina que promueven el establecimiento de una justicia juvenil restaurativa e integradora para adolescentes en Perú, Nicaragua y Colombia; la promoción de la salud y el tratamiento de la malnutrición en Senegal, Burkina Faso y Ecuador; la lucha contra la explotación laboral doméstica de niñas («Petites Bonnes») en Marruecos y Mauritania, así como su reinserción; la protección de víctimas desplazadas por los conflictos armados en Colombia y Líbano o la lucha contra la explotación sexual en Cartagena de Indias (Colombia) y la trata, explotación y maltrato de menores en Togo.
La situación económica y los recortes en las ONG de Desarrollo hace que sea difícil llevar a cabo todas estas actuaciones. Bien lo explica Elsa Moya, responsable de Comunicación de la Fundación, que afirma: “Principalmente las trabas son por los recortes en cooperación que ha hecho el Gobierno y por la crisis en general, que hace que empresas y sociedad vuelquen sus esfuerzos y ayudas en entidades de acción social con colectivos españoles. Es la eterna lucha entre ayudar a los de aquí o a los de allí. Deberíamos concienciarnos todos, instituciones y sociedad, de que la ayuda al desarrollo en países empobrecidos es tan necesaria y beneficiosa como la ayuda social dentro de nuestras fronteras. Hay dinero para ambas acciones. Lo que hace falta es un reparto más justo y equitativo”.
Asimismo, Tierra de hombres-España tiene en vigor un programa que cuenta con una gran cadena solidaria en la que colaboran hospitales, equipos médicos, voluntariado y familias de acogida, en los que más de 600 menores ya han sido intervenidos a nivel nacional desde el año 1995: “Viaje hacia la Vida”. En África, hay cientos de menores enfermos esperando a recibir un tratamiento médico. Cuando en sus países de origen carecen de los recursos e infraestructuras necesarias para el tratamiento especializado de las graves patologías que padecen, Fundación Tierra de hombres se encarga del traslado a España. Una de las anécdotas que destaca Elsa Moya entre las miles de vividas en este programa fue la de Abbas, un niño mauritano de cuatro añitos que le preguntó a su madre de acogida la primera vez que fue a bañarle si “todo ese agua era toda para él”.
Entre los más de veinte reconocimientos que la Fundación Tierra de hombres-España ha recibido a lo largo de sus 20 años de trabajo, destaca el del programa «Viaje hacia la Vida» que ha sido reconocido con el Premio Fundación Natura (1998), el Premio Winthertur (1999) y el Premio al mejor Proyecto de Acción Social Conjunta de Valencia (2005).