A. Rodríguez. Las palabras turismo y España juntas son sinónimo de sol, playa, gastronomía, fiesta y un amplio abanico de ofertas, todas ellas acertadas, que el visitante puede encontrar a lo largo y ancho de nuestra geografía. Sin embargo, la evolución de este sector ha provocado el nacimiento de otras opciones, menos obvias y conocidas, que poco a poco se van asentando en el mercado y ganando adeptos. Es el caso del turismo industrial.
En España existe una entidad, la Red Española de Turismo Industrial, RETI, especializada en esta rama. Se trata de una red abierta, formada por instituciones públicas y privadas al servicio de las empresas y espacios españoles de patrimonio industrial que desean abrir sus puertas al público a lo largo del año, dando a conocer a los visitantes su forma de trabajar y producir, sus técnicas y a su personal; abriendo, en resumidas cuentas, las puertas de su ‘casas’ a la curiosidad de los turistas.
Apostar por esta opción permite descubrir cómo se fabrica una guitarra, un objeto de cristal, el vino, el aceite, el queso, bajar a una mina o conocer el proceso de crianza de los caballos o los toros. Es un viaje al corazón de los oficios, de las tradiciones, un turismo de experiencias que brinda al visitante la oportunidad de sentir en su piel el calor de un horno, el olor de la leche cuajándose o ver con sus propios ojos cómo se ensamblan las piezas de un barco.
Con el apoyo de Turespaña, la RETI trabaja para promover el turismo industrial, teniendo en la actualidad presencia en siete provincias y una localidad-A Coruña, Segovia, Toledo, Alicante, Sevilla, Cádiz, Murcia y el municipio de Almadén, en Ciudad Real- y ofreciendo visitas, rutas y actividades en cada una de ellas. Veámoslas.
A Coruña. En esta provincia encontramos localidades como Boiro o Ferrol, que tienen su propia Ruta de la Construcción Naval. De hecho, el municipio de Ferrol ha sido este 2014 sede del Congreso Europeo de Turismo Industrial- Crossroads of Europe.
En la zona de costa se pueden visitar desde astilleros militares del siglo XVIII, donde todavía a día de hoy se fabrican barcos, a astilleros civiles cuyo proceso de fabricación es totalmente artesanal.
Durante el recorrido se muestran las primitivas murallas defensivas del XVIII, la tecnología de las fragatas más avanzadas del mundo y los cuarteles más antiguos de España.
Si nos damos una vuelta en barco, el patrón nos explicará sobre el cultivo del mejillón y, una vez en tierra, siempre se puede dar una vuelta por la lonja o ver cómo las mariscadoras tejen las redes.
Alicante. Valencia es famosa por su industria del calzado, por ello era imposible no incluir una visita a una de estas fábricas, en concreto a la fábrica-tienda más grande de Europa, para conocer de primera mano cómo se producen los zapatos y, ya de paso, visitar el Museo del Calzado de Elda, donde se combina el shopping con el turismo industrial.
Pero también, en la zona de la Hoya de Castalla se puede conocer alguna fábrica de juguetes, así como el Museo del Juguete en el que se exponen barcos de vela, cocinas de madera o fuertes con cowboys e indios.
Completan la oferta otros tres Museos: el de la Alfarería de Agost, que incluye una visita guiada a una alfarería de principios del siglo XX; el del Turrón en Xixona, haciendo un recorrido por el proceso de elaboración y posterior degustación de estos dulces navideños; y el del Chocolate en Villajoyosa, descubriendo curiosidades sobre la historia de este producto y conociendo cómo se fabrica el mejor chocolate.
Almadén. En esta localidad de Ciudad Real, el turista puede vivir una experiencia única, la de penetrar en el interior de una mina actualmente en desuso.
El recorrido por esta zona, declarada Patrimonio Mundial por la Unesco, se inicia en el Centro de Visitantes y continúa por los antiguos talleres y castilletes de los pozos y el Centro de Interpretación de la Minería. A continuación, se baja en una jaula a la mina, que se encuentra a 50 metros de profundidad. La salida se hace en un tren de vagonetas y, una vez fuera, se visitan, entre otros lugares, el Museo del Mercurio.
Cádiz. La propuesta gaditana de turismo industrial es amplia y variada. Una de las actividades es la visita a una finca ganadera, en pleno campo andaluz, conociendo la fauna y flora de sus dehesas y descubriendo desde la grada de una plaza de toros animales como el toro bravo, vacas, becerros, cabestros, yeguas, potros, etc., e incluso el arte de la doma vaquera. En esta línea, también puede visitarse la Yeguada de la Cartuja Hierro del Bocado, la reserva de caballo español de estirpe Cartujana más importante del mundo, estando durante el recorrido en constante contacto con estos nobles animales, viéndolos en su hábitat natural y comprobando cómo se realiza su mantenimiento y crianza.
Estando en Cádiz, obligada es la visita a una bodega, para degustar y maridar vinos de Jerez mientras se disfruta de la historia y la elaboración de unos caldos únicos en el mundo. Así pues, otra opción es hacer una parada en la empresa ‘El Bucarito’, para ver en directo cómo se produce el queso y sus productos derivados de manera artesanal, o en el Museo del Atún y descubrir el mundo que rodea la captura y elaboración del atún rojo de almadraba. La puerta de la industria salazonera Herpac también estará abierta para conocer parte de la tradición gastronómica de Barbate a través del ronqueo (despiece tradicional y manual) del atún, así como los distintos procesados artesanales a los que se puede someter (salazones, ahumados y conservas).
Murcia. Las rutas en esta región incluyen visitas a diferentes bodegas, así como un recorrido por el Parque Minero de La Unión, que abarca desde la llegada al Centro de Interpretación del Parque hasta la bajada al interior de una antigua mina de pirita, pasando por un paseo en el tren minero.
Además, siempre se puede optar por una ruta en bote por el río Segura para visitar una empresa de conservas, la Ruta del Ferrocarril en Águilas y la Ruta por las antiguas chimeneas en Molina de Segura, hoy acompañadas por esculturas de artistas contemporáneos.
Segovia. Las posibilidades en la provincia de Segovia son infinitas. En ella el visitante puede descubrir el proceso de fabricación de los caldos, el de embutidos y jamones o averiguar cómo se realizan los tejidos.
Muy interesante es la excursión al Museo Tecnológico del Vidrio, ubicado en la Real Fábrica de Cristales de La Granja de San Ildefonso, donde se da a conocer de forma didáctica la fabricación del vidrio, además de diferentes colecciones y cristales.
El turista pasa por los hornos y contempla cómo se trabaja el cristal, viendo a varios sopladores reproducir mediante técnicas ancestrales las conocidas piezas de cristal de La Granja.
La Real Casa de la Moneda, fundada por Felipe II y que acoge también el Centro de Interpretación del Acueducto; el Martinete de Navafría, el Real Aserrío Mecánico de Valsaín y el Esquileo de Cabanillas del Monte son otros lugares que bien vale la pena conocer.
Sevilla. En la capital andaluza las actividades incluyen la visita a bodegas y a dos centros de producción de aceite de oliva ecológico, en concreto a la cooperativa olivarera Santa Teresa, en Osuna y al centro cultural del Olivo Basilippo, mostrándose en este último la finca, la almazara y el museo del olivo .
También se realizan visitas a la fábrica de tortas de aceite Inés Rosales; a la Hacienda Guzmán, con recorrido por el Museo de Olivos al aire libre, una almazara del siglo XIV, el Museo de Carruajes y una actual almazara y envasadora; y a una destilería artesanal del anís.
Completan la oferta tres enclaves especiales. En primer lugar, la Cartuja de Sevilla, que está abierta a visitas de particulares que quieran conocer la historia y el proceso de
fabricación de piezas de loza; en segundo, una industria sombrerera en la localidad de Salteras, que posee maquinaria y modelaje desarrollados a lo largo de sus 125 años de historia; y por último, el Museo de la Cal de Morón, donde caleros y personal del centro guían a los visitantes a través de los hornos.
Toledo. Además de hacer una parada en localidades como Consuegra para contemplar los hermosos molinos de viento, en la provincia de Toledo se puede visitar el Museo del Azafrán, el Museo del Bordado, el Museo Ruiz de Luna dedicado a la cerámica, así como las diversas tiendas especializadas en la fabricación de espadas.
Finalmente, entre las rutas establecidas destacan las de algunas bodegas y empresas olivareras pero, sobre todo, no hay que perderse la visita a una fábrica de guitarras artesanales, en la que el turista puede conocer el proceso productivo de corte y montura, lija y barnizado, pulido, encordado y embalado de este instrumento musical.