Ana Rodríguez. Juan Manuel Suárez García es una de esas figuras que están por detrás de la gran pantalla y que hacen posible el desarrollo de la industria audiovisual española. Director y fundador de Pizzel Studios, este profesional es uno de los promotores de Misión en Mocland. Una aventura superespecial, el primer largometraje de animación en 3D que se produjo íntegramente en Andalucía. Además ha dirigido series de animación como Andaluna y Samir, Mocland, Miscelánea o Abby Careful; ha estado nominado en dos ocasiones a los Premios Goya, una como parte del equipo del documental 30 años de oscuridad en 2012 y al año siguiente por el corto de animación Alfred y Anna; y actualmente trabaja en dos grandes proyectos, teniendo uno de ellos como protagonistas a Mario Casas y María Valverde.
Juan Manuel nació en la provincia de Sevilla, aunque al poco tiempo su familia se trasladó a Córdoba y, posteriormente, a Cádiz, donde vivió hasta los 17 años. Finalmente se instalaron en Coria del Río (Sevilla), donde reside actualmente.
De su infancia, el director audiovisual recuerda que nunca fue un niño «de jugar mucho en la calle». Asegura que le encantaba pasar el tiempo dibujando encerrado en el despacho de su padre, creciendo junto a la televisión y a una pila de cómics. “Supongo que siempre he tenido una gran necesidad creativa y cada vez más se canalizaba en lo audiovisual. Recuerdo que dibujaba mis propios cómics desde muy pequeño y que grababa mis historias en un viejo radiocasete rodeado de cacharros con los que hacía los efectos sonoros”, señala Suárez.
Pero el momento definitivo en el que supo lo que ‘sería de mayor’, fue cuando su padre apareció en casa con una enorme cámara VHS Panasonic, de la que el pequeño Juan Manuel no era capaz de separarse, consiguiendo la complicidad de sus primos y amigos para rodar películas, muchas de las cuales aún conserva.
Aunque sabía perfectamente cuál era su pasión, llegado el momento de entrar en la Universidad, Suárez no logró acceder a los estudios de Imagen y Sonido, así que finalmente cursó dos años de la licenciatura de Derecho para luego licenciarse en Geografía. Sin embargo, mientras terminaba sus estudios universitarios hizo un curso de Infografía y Medios Audiovisuales en el que descubrió la animación 3D, una herramienta que le pareció “absolutamente infinita para contar historias. Todo era posible dentro de ese mundo virtual. Podía crearlo todo desde cero… no tenía límites”, expresa el sevillano.
De esta manera, Suárez García comenzó a moverse en el sector audiovisual y empezó a investigar y a formarse de forma autodidacta, hasta que un día, lo que comenzó como una idea tomando unas copas se convirtió en el comienzo de una larga y prolífica carrera.
– ¿Cuál fue su primer trabajo destacado?
– Después de una temporada trabajando de freelance, conocí a Enrique Fernández (CEO y productor de Forma Animada). Le enseñé, casi sin pretensión ninguna, unos apuntes que tenía en casa sobre una idea, bocetos y algunas notas de argumento. Me dijo: “¿Por qué no hacemos una peli en 3D de esto?” No me lo tomé muy en serio, quizás porque todo esto sucedía tomando unas copas en un pub en Coria del Río.
Pero poco después, y gracias a la perseverancia de Enrique, fundamos Pizzel Studios y nos metimos de lleno con esto. Antes del largometraje de Misión en Mocland, desarrollamos este mundo en formato serie. Hicimos una temporada de 12 capítulos. Creo que fue una verdadera locura por nuestra parte. No teníamos experiencia y a la vez que hacíamos esto estábamos constituyendo el estudio. Haciendo service para financiar los proyectos… fueron unos años bastante difíciles y nos costó muchísimo sacarlo adelante. Finalmente Misión en Mocland se convirtió en el primer largometraje de animación producido íntegramente en Andalucía, de alguna manera fuimos pioneros en nuestra tierra. Con un presupuesto muy pequeño fue bastante bien en taquilla. En España se estrenó en más de 100 salas, y tuvo también bastantes ventas internacionales. Pero, por encima de esto, para mí supuso un intensivo máster en dirección de animación. Me enseño qué es lo que iba a suponer dedicarse a esto en este país.
– ¿De quién ha aprendido más estos años?
– De lo que más he aprendido estos años es de mis propios errores. El tener una formación autodidacta en su mayoría hizo que en mis comienzos tuviera muchas inseguridades. Un día leí una frase de Tarantino que me abrió los ojos. Le preguntaban si había ido a la Escuela de Cine y él contestó: “No he ido a la Escuela de Cine. He ido al cine”. Pues eso mismo. En esta última etapa estoy aprendiendo de nuevo mucho de grandes profesionales con los que estoy teniendo la suerte de trabajar. Al final te das cuenta de que todo es criterio y sentido común.
– Me imagino que el llegar hasta donde se encuentra ahora habrá sido una carrera de fondo. ¿Cuáles han sido los principales hitos de la misma?
– Sí, el concepto carrera de fondo describe a la perfección mi trayectoria. Los hitos principales de mi carrera los situaría en el estreno de Mocland como arranque, la dirección de la serie Abby Careful, la dirección de animación del documental 30 años de Oscuridad y el cortometraje Alfred y Anna.
– Precisamente por algunos de esos trabajos ha estado nominado en dos ocasiones a los Goya. ¿Cómo se sintió? ¿Cree que a la tercera irá la vencida?
– Bueno, la primera nominación fue por 30 años de oscuridad. El proyecto es lo que estaba nominado y todo el equipo implícitamente. La segunda nominación fue ya directamente como director del corto Alfred y Anna. Esta segunda fue la más especial por razones de puro ego… (risas). En serio, en mi caso sentí un tremendo orgullo por mí y por los chicos del equipo. Veía la gala de los Goya en casa desde pequeño y jamás pensé que podía estar formando parte de aquello. De hecho creo que aún no soy muy consciente del tema…
Creo que soy joven y de alguna manera siento como si fuera ahora cuando empieza todo. Que todo lo vivido hasta ahora ha sido como un gran aprendizaje. Me gustaría ganar un Goya, por supuesto, pero ahora lo que me preocupa realmente es hacer cosas con cada vez más calidad. Conseguir hacer realmente las cosas que rondan por mi cabeza… aunque para eso igual hace falta tener un Goya… (risas).
– Precisamente uno de los cortos de animación por los que fue nominado acaba de ser premiado en un Festival de Roma, ¿no es así?
– Sí, Alfred y Anna ha tenido un exitoso periplo por todo tipo de festivales internacionales. Este premio de Roma es uno de los más recientes. Un lujo para nosotros.
– Actualmente está envuelto en dos nuevos proyectos, ¿puede hablarme de ellos?
– Estamos trabajando en el largometraje de animación Alfred y Anna save the music. Es un proyecto precioso con el que estamos muy ilusionados. Está producido de nuevo por Enrique Fernández, por Forma Animada y Pizzel Studios. No puedo desvelar mucho del argumento pero es una preciosidad de historia muy original y plenamente vinculada a la música. Estoy terminando la realización y Enrique está terminando de armar la financiación. Hay ya alianzas muy interesantes como la de SonyMusic.
Por otro lado, estamos en plena producción de A lonely sun story, un cuento de soledad, amor y ciencia ficción que mezcla entornos reales con personajes en 3D. Para esta ocasión hemos tenido la inmensa fortuna de contar con Mario Casas y María Valverde para encarnar a nuestros protagonistas. Está producida por Forma Animada, Pizzel Studios y Scope Producciones.
– Con Andreu Buenafuente y su productora, El Terrat, ha realizado varias producciones ¿Cómo nació esa colaboración?
– En la gala del 25 aniversario de los Goya, el Terrat se puso en contacto con nosotros para que hiciéramos una pieza de animación que presentara los Premios de Animación de ese año. Fue una experiencia muy gratificante. Pudimos trabajar codo con codo con excelentes personas y magníficos profesionales. La pieza tuvo una buenísima acogida.
– También ha tenido la suerte de trabajar con grandes artistas como Penélope Cruz, Santiago Segura, Pastora Soler…
– Con Penélope y Santiago trabajé en la pieza de aniversario de los Goya, aunque no de una forma muy directa. Penélope nos mandaba sus líneas de diálogos grabadas desde Los Ángeles. Los dos se implicaron mucho respecto al diseño de sus personajes.
Pastora Soler es una extraordinaria artista. Para mí, y creo que para muchos, una de las mejores voces del panorama musical actual. Todo eso siendo una maravillosa persona, sencilla y cercana. Le propusimos grabar un tema para el corto de Alfred y Anna y aceptó muy ilusionada, más aún al saber que lo componía Roque Baños. Recuerdo que organizamos una cena en Coria del Río para que se conocieran. Pasamos una noche muy agradable charlando de todo esto frente al río Guadalquivir.
– Hablando de todo un poco, sé que le apasionan los cómics y me han dicho que dibuja muy bien…
– Bueno, me defiendo con el dibujo… Cualquiera de los creativos con los que tengo el gusto de trabajar me da mil vueltas. En cualquier caso, mi facilidad para el dibujo me ha venido muy bien, de hecho yo mismo me hago mis storyboarder y participo muy de lleno en el diseño de producción.
– ¿Qué es para usted la animación?
– La animación es un medio para contar historias y, como en cualquier otro tipo de cine, lo importante es la historia en sí y cómo la cuentes. El resto es sólo cuestión de dinero.
– ¿Qué posición considera que ocupa España a nivel internacional en este sector?
– La animación 3D española está cada vez mejor situada internacionalmente. Casos como los de Tadeo Jones o más recientemente Justin y la espada del valor, de mi amigo Manuel Sicilia, se han distribuido con mucho éxito internacional. Justin tiene una factura visual impecable y ha manejado un tremendo presupuesto, pero aún son casos puntuales. Nos queda mucho camino que recorrer para hablar de una industria de la animación española.
– Finalmente, ¿cuáles serían personal y profesionalmente dos sueños hechos realidad?
– Pues no sabría muy bien qué decirte. Tengo la suerte de poder proyectar mi carrera junto a alguien como mi amigo y productor Enrique Fernández, somos socios desde hace más de 10 años. Poco a poco hemos ido haciendo pequeños sueños realidad. Por mi parte me he podido sentir especialmente orgulloso de trabajar con personas como Roque Baños y de tener con él ahora una relación más de amistad que de trabajo. El haber trabajado con gente como Andrew Buenafuente, un tipo excepcional, Juan Diego, Anna Fernández, más recientemente con María y Mario… En definitiva creo que las satisfacciones más grandes que me ha dado mi profesión son el haber conocido a personas muy especiales a las que admiro. Te das cuenta de que el éxito no es para nada una cuestión azarosa. En realidad, y ahora que lo pienso, creo que todo creador debe vivir pensando que su gran sueño está todavía por realizarse. Y en mi caso es así.
Muchas gracias Juan Manuel, ha sido un placer.
1 comentario en «Juanma Suárez García: «Siento como si ahora empezara todo, como si lo vivido hasta aquí hubiera sido un gran aprendizaje»»
ERES UN CRACK, SIGUE ASÍ…UN BESO