Redacción. El martes, 20 de agosto, se cumple el bimilenario de la muerte del primer emperador de Roma, Octavio Augusto, sucesor de Julio César y que tuvo un papel preeminente en la integración de Hispania dentro del Imperio, gracias al respeto a las costumbres y tradiciones del pueblo hispano.
Así lo explica la conservadora del Museo Nacional de Arte Romano que ha dirigido el ciclo de conferencias ‘Augusto y su tiempo’ organizado por este centro, para quien la figura del primer emperador romano fue clave para «rescatar los valores principales de la República».
Octavio recibió una herencia envenenada tras la muerte de Julio César en el año 44 a.C. Junto a Marco Antonio y Lépido, formó un triunvirato que terminó con Lépido en el exilio y Marco Antonio suicidado, dejando paso a Augusto en el poder en solitario y dando inicio a la conocida como Paz Romana.
«La República estaba dando sus últimos coletazos y entraba en crisis, pero Octavio supo rescatar sus valores (apoyando al Senado) y, en concreto, buena parte de los valores morales de la romanidad más antigua», ha explicado Barrero, resaltando la importancia que tuvo establecer un único control administrativo para todo el imperio. Asimismo, la influencia en España de Augusto ha sido conservada con el paso de los años en forma de arte e incluso de cultos religiosos. Octavio Augusto lideró las tropas romanas que pusieron fin a las Guerras Cántabras, así como fundó la Colonia Augusta Emeritana, constituyendo la ciudad de Mérida como capital de la provincia lusitana.
«Hispania estaba en el confín del imperio, era la provincia más occidental, pero eso no le impidió a Augusto fundar nuevas ciudades y apostar por la zona», apunta la conservadora del Museo Nacional de Arte Romano en Mérida. En este sentido, destaca la elevada presencia de la figura física del emperador a través de obras escultóricas, «que no se encuentran en otras ciudades».
Octavio Augusto logró la ansiada Paz Romana gracias a tender la mano a los nuevos pueblos conquistados, respetando sus culturas e incluso sus religiones. «Supo hacer una transición con los territorios que se iban añadiendo, permitiendo continuar con su modo de vida, las creencias…se logró una cierta simbiosis en la que los propios pueblos entendían también los beneficios de pertenecer al Imperio romano», ha señalado.
Precisamente, con motivo de este centenario varias provincias españolas están asumiendo la labor de reconocer la figura de este emperador, aunque la propia Barrero asume que la actual situación económica impide «afrontar más responsabilidades». «Está siendo complicado desde todos los centros, querrían haber hecho más actividades, más programas públicos para valorar la figura del emperador», ha afirmado.
El Museo Nacional de Arte Romano de Mérida acoge desde el 4 de julio de este año hasta el 6 de enero del año 2015 la exposición ‘Augusto y Emérita’. Esta exposición ha contado con el respaldo del Festival de teatro de Mérida, quien en su edición de este año también ha tenido un recordatorio para la figura del emperador.
Por su parte, Córdoba, otra ciudad que conserva importantes vestigios del paso del emperador romano, ha celebrado el ‘año Augusto’ con la puesta en marcha de distintas actividades con talleres en el templo romano.
En Aragón se han organizado a lo largo de todo este año conferencias, teatralizaciones, talleres infantiles y para la familia, recreaciones históricas y varias exposiciones, una serie de actos organizados por el Gobierno de Aragón y los ayuntamientos de Zaragoza, Calatayud, Huesca, Tarazona y Velilla de Ebro.