Carlos Fernández / @karlos686. Mucho se habla de este pequeño hombrecillo que tiene miedo a dormir con la luz apagada, pánico a la muerte, paranoico, exagerado, adicto al trabajo, nervioso e irritante así como divertido, inteligente, genial, creativo y original. Woody Allen es una figura cultural importante que ha ganado tres Oscars al mejor guión original, uno a la mejor dirección y otro a la mejor película así como más premios internacionales. Destacan muchas grandes obras de su filmografía como “Annie Hall” (1977), “Midnight in Paris” (2011), “Manhattan” (1979), “Toma el dinero y corre” (1969) o la reciente “Blue Jasmine” (2013). Un gran director de actores y un gran creador de historias que bebe, en muchos casos, de su polémica vida privada para contar historias que han sabido conectar con varias generaciones por sus divertidos gags u ocurrencias o por ser simplemente una bomba de ideas que rueda películas año tras año sin agotar su imaginación durante más de tres décadas.
Creador tanto de obras mayores como pequeñas, siempre nadando entre la realidad y la ficción mezclando su vida privada con sus propios personajes. Empezó escribiendo monólogos y chistes para prensas y diversos shows, escribió para la televisión durante una larga temporada hasta que finalmente dirigió en 1969 “Toma el dinero y corre” que resultó bien recibida por crítica y público y siguió con comedias absurdas, propias de los hermanos Marx, hasta que dirige “Interiores” en 1978 buscando su propia autoría, película que consiguió cinco nominaciones a los Oscar pero pasó inadvertida por la esperanza de otra comedia por parte del público. Se trata de un homenaje al cine de su admirado Ingmar Bergman que para muchos puede suponer una copia del cine del director sueco, pero Allen posee un sello propio bastante personal que no deja que contamine sus ganas de narrar las ocurrencias de su cabeza, una historia profundamente dramática donde Allen muestra su destreza para crear personajes atormentados e inestables sin juzgarlos.
Así como en “Interiores” (1978) homenajeaba el cine de Ingmar Bergman, siguió con homenajes a lo largo de muchas películas de su filmografía como en “Recuerdos” (1980) que homenajea a Federico Fellini o “Misterioso asesinato en Manhattan” (1993) que homenajea a Orson Welles, otro director que Allen admiraba mucho, con una escena “guiño” a “La dama de Shangai” (1947) que ya es tan mítica como la original. Allen crea una historia de suspense divertida y energética con un ritmo que entrelaza la intriga y la risa como pocas veces se ha visto en su cine, una obra única propia del cine clásico americano que tanto admira el director. El cineasta buscó y encontró su voz propia en films como “La rosa purpura del Cairo” (1985), película que el propio Allen definió como su favorita de todas cuantas ha rodado, donde la realidad y la fantasía van cogidas de la mano, algo que repetiría muchos años después con la gran “Midnight in Paris” (2011). Allen empezó a interesarse por la figura de la mujer a mediados de los 80 con películas como “Hannah y sus hermanas” (1986), “September”(1987), “Alice” (1990) o la reciente “Blue Jasmine” (2013), poniendo en escena a mujeres en estado de crisis que buscan un estímulo a sus vidas que borre todas sus frustraciones y así encontrar un lugar en el mundo, el suyo.
En 1992 Allen escribe, dirige y protagoniza “Maridos y mujeres”, una gran película de guión e interpretaciones, que además se ha llevado varias veces al teatro por el juego actoral que da, que estrenó a Woody Allen en una cámara en mano muy conseguida que proporciona ritmo al metraje y muchísimo realismo a las cómicas escenas matrimoniales. Probablemente Allen filmó la situación sentimental que pasaba con su entonces pareja en la vida real y en el film, Mia Farrow, siendo ambos protagonistas de una cara de la moneda de este película que reflexiona sobre el comportamiento humano en la vida amorosa. Las relaciones sentimentales será el tema que más se repita en la obra del director como ya hizo con “Annie Hall” (1977) o en 1986 con la magnífica “Hannah y sus hermanas”, una película coral ganadora del Oscar al mejor guión original donde Allen explora las relaciones de tres hermanas distintas entre sí con distintas aspiraciones en cuanto amor, arte y deseos donde cada una busca respuestas sobre el sentido de la vida, el sexo o la religión con un ligero toque cómico. Allen dirigió durante los años siguientes varias comedias que recordaba a sus primeros trabajos, pero sin la misma chispa que antes a excepción de “Desmontando a Harry” (1997), película surrealista y cómica donde el director nos introduce en el interior del subconsciente humano “casi” literalmente.
Con “Delitos y faltas” (1989) el director nos introduce de forma seria y fascinante en el mundo de la culpabilidad, tema que repetiría con más éxito en la mejor película de su carrera: “Match Point” (2005), una película que no parece dirigida por el Woody Allen que el público conocía, ni siquiera en su cine dramático, crando una elegante genialidad sobre la pasión, las mentiras y la culpabilidad así como una romántica metáfora sobre la suerte y el azar. Película con la que descubrió a su nueva musa, Scarlett Johansson con quien trabajaría también en la seductora “Vicky Cristina Barcelona” (2008) o en la divertida “Scoop” (2006).
«Match Point” (2005) es para muchos, de casi las 50 películas que el director neoyorkino ha dirigido, la mejor obra de su carrera, para otros es “Annie Hall” (1977) y para otros “Manhattan” (1979), película donde mezcla el amor a su ciudad con el amor a una mujer con uno de los prólogos más poderosos de la historia del cine, pero cuando hay tantas obras maestras en la obra de un director cuesta elegir una y quizá sea incorrecto hacerlo, sin embargo el 30% (aproximadamente) de las películas de Woody Allen son en mayor o menor medida ejercicios de estilo sobre él mismo y su personalidad que saca de quicio a muchos espectadores.
A esperas del estreno de su nuevo trabajo en diciembre de este año, que será “Magic in the moonlight” (2014), y de los próximos trabajos de este director que ya forma parte de la historia del cine, sepamos todos apreciar y coger la sabiduría de este pequeño hombre enclenque, profundamente cinéfilo e inteligente que como ya dijo en su momento: “Soy lo suficientemente feo y bajito para valerme por mí mismo”.
1 comentario en «¿La mejor película de Woody Allen?»
Imposible elegir una
Buen artículo!!