La naturaleza, aquella esencia imprescindible para ser feliz

Picos de Europa
Parque nacional de Garajonay
Parque nacional de Garajonay //spain.info

Alejandro Díaz. La conciencia implica varios procesos cognitivos interrelacionados entre sí que se convierte en una característica propia del ser humano que lo diferencia del resto de los seres vivos. Somos el único animal que atesora conciencia en este planeta. En psiquiatría, esta se define como el estado cognitívo no abstracto que permite la interactuación, interpretación y asociación con los estímulos externos, denominados realidad.

Como la ciencia nos atribuye dicha virtud, habría que beneficiarse de ella y ser conscientes de la realidad en la que vivimos, y según World Wildlife Fund for Nature (WWF) o Fondo Mundial para la Naturaleza, traducido al español, realmente no lo somos, o no nos interesa serlo. En el último informe publicado por esta organización de conservación de la naturaleza (una de las más importantes del mundo ubicada en alrededor de 100 países y con un apoyo de 6 millones de personas repartidas por todos los continentes) el llamado informe ‘Planeta Vivo’ nos realiza una evaluación bianual que analiza la situación de la biodiversidad global y mide la demanda de la población sobre los recursos naturales de la Tierra. Las principales conclusiones de la 9ª edición de este exhaustivo estudio son que la salud de los ecosistemas ha disminuido un 30 por ciento y que la huella ecológica se ha duplicado, o dicho de otra forma, residimos en un planeta pero consumimos uno y medio. Nos encontramos atravesando un problema que a corto plazo no acarrae consecuencias visuales pero que nuestra huella ecológica puede marcar un antecedente en la historia de nuestro planeta.

Logo de fondo mundial para la naturaleza
Logo de fondo mundial para la naturaleza

Cuando hablamos de huella ecológica, este informe hace referencia a la medida del deterioro que las actividades humanas producen en los sistemas naturales, representada por la superficie de ecosistemas que dichas actividades necesitan para producir los recursos y absorber los impactos que generamos. El informe ‘Planeta Vivo’ asegura que la demanda de la humanidad excede cerca de un 50% la capacidad regeneradora del planeta, por lo que estamos destruyendo el capital natural en lugar de utilizar tan sólo los intereses, que sería lo sostenible. Otro factor importante y quizá sea el que pase más desapercibido, es que el ser humano, para alcanzar la plena felicidad, necesita de la naturaleza como pilar base para la consecución de esta meta.

Al fin y al cabo lo que queremos es ser felices y «nuestra riqueza, salud y bienestar dependen de los servicios ecosistemáticos» que así lo afirma el informe de WWF sobre biodiversidad, biocapacidad y propuestas de futuro. España trabaja en esas propuestas de futuro y el fondo mundial para la naturaleza ya ha conseguido más de 300 áreas protegidas en el mundo, han rescatado la extinción de numerosas especies, se han negociado acuerdos con miles de empresas para mejorar el impacto ambiental en la península y se ha trabajado con cientos de comunidades locales para compatibilizar el desarrollo con la conservación.

Parque natural de Timanfaya
Parque natural de Timanfaya, España

No cabe duda que la felicidad es un estado de ánimo, un sentimiento perteneciente a nuestra naturaleza de ser, que toda persona busca encontrar, conseguir o alcanzar para poder llevar a cabo una vida. Se resalta vida en general porque una persona que no es feliz no vive, solo está. Una persona que vive, es una persona que se siente vivo, y es aquí donde se es necesario un ejercicio de reflexión bajo unas condiciones realmente difíciles ya que todo se encuentra marcado, estructurado y tan poco pausado.

Para sentirse vivo no basta con abrir los ojos cada mañana y asegurarse uno mismo que se encuentra un día más aquí, eso es estar, al igual que un florero está todos los días encima de una mesa de camilla. Sentirse vivo concierne interacción constante con lo que nos rodea, y todo lo que nos rodea pertenece y está bajo la custodia de la atenta mirada del capitalismo, por lo que es lógico pensar que para tener esa sensación de interacción en esta sociedad actual se precisa de un factor importante, el capital, y esto no lo dice un servidor, lo dice el «ecosistema» en el que vivimos cual padre enfadado que te señala un camino y no intenta razonar un «por qué», haciendo caso con la inocencia de un niño el cual tiene ciega y plena confianza en él. Pero el capital no lo es todo, el capital es un medio, y debe convertirse en una finalidad. 

Picos de Europa
Picos de Europa

New Economist Foundation (NEF), gracias a un sistema desarrollado para definir el índice de felicidad del planeta, asegura que los países más felices del mundo son aquellos que ayudan con su ecología y su ecosistema. Ellos corroboran que un alto nivel de consumo de recursos, y por tanto de impacto ambiental, no favorece un alto nivel de bienestar humano, es decir, no es sinónimo de felicidad. Se trata de un concepto complicado y difícil de definir, que se basa en factores tan diversos como la esperanza de vida, el índice de satisfacción personal y la huella ecológica. Sus resultados enseñan la eficiencia relativa con que los países convierten los finitos recursos naturales en vidas largas y felices para sus ciudadanos. España, se sitúa en el segundo país del mundo con más espacios declarados de ‘Reservas de la Biosfera’ adjudicado por la UNESCO. Nos consideran auténticos privilegiados, y realmente lo somos, sólo tenemos que tener la oportunidad de poder disfrutar de espacios naturales propios cómo el Parque Nacional Picos de Europa, Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Parque Nacional de Timanfaya, de la Caldera de Taburriente, De Aigüestortes o de nuestra Doñana considerada esta, Patrimonio de la Humanidad.

Archipiélago de Cabrera
Archipiélago de Cabrera//spain.info

Empezando por la esencia, somos animales y pertenecemos a la madre naturaleza. Esta madre nos proporciona un ecosistema por el cual interactuamos constantemente. Cualquier animal por el instinto que la madre sabia otorga, sabe que está en el mundo simplemente para vivir, y ningún animal de este planeta se pregunta o se para a reflexionar que para vivir necesita sentirse vivo, ellos simplemente viven interactuando dentro del ecosistema y las necesidades que se plantean en el desafío de la vida. Somos el único ser vivo que gasta más tiempo en poder vivir que en vivir realmente. Preguntémonos cuantos seres vivos interactuan con nosotros en la naturaleza, le puedo adelantar que más de 2 millones encontradas hasta la fecha, y somos los únicos que insisto, vive a contracorriente de la misma. ¿Estaremos haciendo algo mal?

Tribu dessana observan la avioneta que les fotografía como si de un Ovni se tratase
Tribu dessana observa la avioneta que les fotografía como si de un Ovni se tratase

Puede sonar a demagogia  este último párrafo, pero sería como preguntar dónde está la luna y al señalarla, quedarse mirando el dedo, esto va más allá. Por suerte, en la actualidad existen pequeñas tribus indígenas que aportan una gran lección de vida a la sociedad actual, ya que estos nos enseñan una manera diferente de vivir. Estas tribus se encuentran exclusivamente en las selvas Vietnamitas, la zona norte de Groenlandia(los llamados Inuit), y la selva amazónica. Describir un día cualquiera de este grupo de personas es, dependiendo de los ojos de quién los mire, una fortuna o una desgracia. Con el alba al Este, comienza una aventura regída por unas leyes naturales que la madre sabia proporciona. Sin absolutamente recursos, sobreviven, interactúan y respetan con auténticos valores lo que la tierra les suministra, formando parte de un ecosistema imprescindible para poder vivir, para sentirse vivo y por consiguiente para poder ser feliz. En aquellas tribus no existe la depresión, no existe la maldad, la vileza, la falsedad, el ser humano es bueno y feliz por instinto, una norma general difícil de entender por aquellos que se les ha olvidado de donde venimos. Hay un denominador común en este grupo reducido de personas, no existe el dinero y por consiguiente, la codicia. Es una mera regla de tres, y las matemáticas no engañan, son una ciencia exacta.

Parque Nacional de Doñana
Parque Nacional de Doñana

No se debe caer en el error de que para ser feliz hace falta ponerse un taparrabos, armarse con una lanza e ir al monte en busca de un buen venado que te otorgue las proteínas que tu cuerpo te demandará al pasar el medio día, pero si es cierto que dentro de este marco espacio temporal que nos ha tocado vivir, con un capitalismo «aceptado», no nos podemos olvidar que somos animales, y como tales, necesitamos de la naturaleza y de un ecosistema que nos respeta y nos facilita las condiciones para desarrollar una vida. España es afortunada con su ecosistema, la UNESCO nos reconoce, los estudios de felicidad demuestra que el bienestar de los países se encuentra en aquellos que cuidan de su entorno, de su naturaleza. Seamos felices, recíprocos y respetémosla, no nos olvidemos de ella.

 

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