Cinta González, una de las mayores coleccionistas de pegatinas políticas de España

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Andrés Espuelas. Pegatinas de Fuerza Nueva, Comisiones Obrearas (CCOO), de los presos de ETA y miles más nos rodean mientras compartimos un café con Cinta González. Esta jubilada de 62 años tiene un hobby muy curioso y muy trabajado: coleccionar pegatinas de partidos políticos de cualquier ideología. «Estos adhesivos de sindicatos y partidos de izquierdas me acaban de llegar y aún no me ha dado tiempo de archivarlos», nos comenta mientras le realizamos la entrevista.

Más de 30.000 pegatinas se guardan cuidadosamente en una cantidad de archivadores que hasta la protagonista se pierde. Este entretenimiento, que le ha costado muchas horas y también dinero, lleva acompañándole 40 años. Durante estos años no se le ha escapado casi ninguna pegatina de casi ningún partido político. Dice, con orgullo, que la más antigua puede ser una de ETA del año 1974: «Tengo incluso algunas que tienen el papel engomado a mano», nos dice González.

Muy orgullosa de poseer una colección que empezó por culpa de su hermana, me enseña un archivador con adhesivos de Franco. A su vez, lo comparamos con otros de los últimos años del PP y PSOE. Cuenta Cinta que la labor propagandística que se hacía durante la Dictadura era, claramente, más notable que en la Democracia. Se aprecia el cuidado con el que se realizaban los dibujos a mano de las pegatinas de Franco. «La crisis ha tenido mucho que ver aunque todavía hay partidos que prestan bastante interés en este tipo de publicidad», comenta la onubense.

Su hobby tiene sus fases. Cada cierto tiempo le llegan cajas y sobres llenos de pegatinas nuevas aunque, a veces, las tiene repetidas por lo que las envía de nuevo a otros compañeros. Una vez seleccionadas, hay que encajarlas en la sección que le corresponde: sindicatos, PP y PSOE al ser partidos mayoritarios tienen sus propios archivadores, salud, organizaciones… Tras este paso sólo queda mostrar a aquel que desee sus archivadores.

Al igual que los pequeños en los colegios intercambian estampas del Mundial, Cinta y sus compañeros homólogos también lo hacen con estas pegatinas. De hecho, el compañerismo es la base de este tipo de coleccionistas. De esta forma, han creado un grupo cerrado en Facebook mediante el cual compartir pegatinas repetidas y preguntar para conseguir otras.

Además, han realizado ya varios encuentros en los que se comparten experiencias, opiniones y el trabajo de cada uno. Gracias a estas quedadas, las pegatinas han hecho posible que se desarrolle una amistad como la de Cinta con Paco Clua, ya fallecido, y con Miguel Sánchez, dos de los mayores coleccionistas españoles.

Terminando el encuentro, Cinta me traslada las mayores dificultades que tiene a la hora de seguir aumentando su colección. Con las pegatinas del País Vasco se tropieza con el obstáculo del idioma vasco. Además, muchas veces las pegatinas se encuentran ya pegadas en alguna superficie. Sin embargo, con el tiempo ha depurado la técnica y Cinta ya sale a la calle con una pequeña tijera y papel para recuperar la pegatina sin ningún daño.

A pesar de la cantidad de pegatinas alcanzadas, Cinta quiere seguir con su pasatiempo durante los próximos años. La colección, que no vendería bajo ningún precio, tiene el futuro asegurado ya que su pensamiento es que las herede su sobrino.

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