Redacción. Agentes de la Policía Nacional han desarticulado en Cuenca una organización criminal que captaba a mujeres en Paraguay para trasladarlas a España y explotarlas sexualmente en dos clubes de alterne de la provincia.
Las jóvenes eran obligadas a ejercer la prostitución hasta saldar una deuda de entre 3.500 y 4.000 euros contraída con los responsables de la red por los gastos generados en su traslado a nuestro país, ha informado el Ministerio del Interior en nota de prensa.
La operación se ha saldado con la detención de ocho personas, entre ellas los máximos responsables, un español y su pareja sentimental, de origen paraguayo, así como el hijo del primero, que recogía a las mujeres a su llegada y las controlaba mientras trabajaban. También se ha procedido al cierre de dos clubes de alterne y un hostal-restaurante.
Inicio de la investigación. La investigación comenzó en 2011 cuando se obtuvieron las primeras informaciones sobre la existencia de este grupo criminal que captaba a mujeres en Paraguay para ser traficadas y posteriormente explotadas sexualmente en España en dos clubes de alterne y un hostal-restaurante anexo a uno de ellos en Cuenca.
Buscaban jóvenes en situación precaria en su país de origen, las convencían para viajar a la península y, una vez aquí, les imponían una deuda económica que debían saldar ejerciendo la prostitución bajo un estricto control y medidas de seguridad. Otra de las medidas de presión que adoptaban era la retirada de su documentación personal.
Aleccionaban a las mujeres. Los copartícipes, encargados y «mamis», controlaban en todo momento la actividad que se llevaba a cabo en los clubes e informaban puntualmente de cualquier incidencia a los máximos responsables. También aleccionaban a las mujeres sobre cómo debían actuar en caso de que la Policía realizara algún control.
En el transcurso de la investigación se tuvo conocimiento de que una víctima había sido encerrada violentamente en una de las habitaciones de los clubes. El encierro se produjo cuando trató de escapar del local y fue descubierta por los investigados. De hecho, durante los registros efectuados se comprobó que varias mujeres estaban confinadas en sus habitaciones, en un intento por ocultarlas de la Policía.
Suministraban droga a víctimas y clientes. Como actividad complementaria a la explotación sexual y laboral de mujeres, la organización se dedicaba al menudeo de sustancias estupefacientes. Las drogas tenían como destinatarios a las mujeres víctimas de explotación y a los clientes. Además, se encontraron pastillas utilizadas para aumentar la potencia sexual, prohibidas en España, que ofrecían a los clientes que las requiriesen.
El cabecilla del grupo había desarrollado un mecanismo por el cual «agotaba» una determinada sociedad empresarial en la explotación de sus clubes y posteriormente se la vendía a otras personas o variaba el nombre de los administradores. De este modo eludía el pago de las cuantiosas sanciones que acumulaba (más de 175.000 euros por infracciones en materia laboral, de extranjería y Seguridad Social).
En el transcurso de la operación han sido detenidas ocho personas y se han realizado cuatro registros , en los que se han intervenido 12.000 euros, útiles para el tráfico de sustancias estupefacientes, armas prohibidas -dos katanas, cuatro defensas extensibles y una tonfa-, ordenadores portátiles, teléfonos móviles, documentación manuscrita con anotaciones de cuentas y relacionada con las sociedades explotadoras de los clubes, que están siendo analizados por expertos en la materia.
También se localizó a 19 mujeres que se hallaban en situación de riesgo, que fueron entrevistadas por personal especializado en la lucha contra la trata de seres humanos y a las que se ofrecieron las medidas de protección previstas en la legislación.
La operación ha sido llevada a cabo por el Grupo I de la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Cuenca, la Unidad Territorial Operativa de Extranjería y Fronteras de Jaén, la UCRIF de Castellón de la Plana y el Grupo de Extranjería de Puertollano (Ciudad Real). Han colaborado también agentes de Guías Caninos de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana.