Redacción. La banca española cerró 816 sucursales en 2013, hasta contar con 14.063 oficinas, rompiendo así la tendencia positiva adquirida el año pasado, cuando consiguió abrir, por primera vez en cuatro años, 548 sucursales, según consta en el anuario de la Asociación Bancaria Española (AEB).
En concreto, los bancos ofrecían servicios directos a sus clientes a través de 13.867 oficinas, mientras que las sucursales de entidades de crédito extranjeras comunitarias se reducían a 185 y las extracomunitarias se mantenían en once. Madrid y Barcelona concentraban a 31 de diciembre de 2013 el mayor número de oficinas de toda España: 2.251 y 1.889, respectivamente.
De este modo, la banca retoma la tendencia que había emprendido hace cuatro años, cuando empezó a cerrar oficinas como respuesta a las necesidades de reestructuración derivadas de la compleja evolución económica. El punto álgido del cierre de oficinas coincidió con el primer año que la crisis comenzó a sentirse en España.
En 2009 las sucursales se redujeron en 759, lo que situó el número de oficinas por debajo del umbral de los 15.000. Los tres primeros años de la crisis costaron a la banca en España un total de 1.307 oficinas, tras los descensos consecutivos en 2009, 2010 y 2011.
Empleados. Como consecuencia del cierre de oficinas, el número de empleados de banca se ha reducido en 2.969 trabajadores, hasta los 109.023, de los que 2.054 correspondían a su negocio en el extranjero. Esta reducción supone una caída del 2,65% respecto a los empleados con los que contaban las entidades hace un año.
En contraste con esta situación, las entidades bancarias elevaron un 1,88% el número de cajeros automáticos puestos a disposición de los usuarios, hasta los 21.348 dispensadores de efectivo.
El número de tarjetas de crédito y de débito también se contrajo un 4,14% respecto a 2012, hasta las 33,5 millones de unidades.