Redacción. España liderará durante seis meses, a partir de este martes 1 de julio, el grupo de combate táctico ‘anfibio’ de la Unión Europea con «unos 800 o 900″ militares de Infantería de Marina y participará con unos 240 militares de artillería e ingenieros en el segundo grupo de combate en la reserva de la UE de fuerzas terrestres en el mismo periodo liderado por Bélgica.
La fuerza total máxima del grupo de combate táctico liderado por España, al que también contribuirán Italia, Grecia y Portugal, podría ascender a unos 3.792 militares si se incluye la dotación de los buques en reserva.
España aportará al grupo en caso necesario los buques ‘Patiño’, ‘Juan de Borbón’, ‘Turia’, ‘Duero’, ‘Juan Carlos I’ y el ‘Castilla’, mientras que Italia y Grecia aportarán cada uno otro buque.
En el caso del grupo de combate liderado por Bélgica de fuerzas terrestres, España aportaría al grupo unos 150 efectivos de artillería y entre 80 y 90 ingenieros. Alemania, Luxemburgo, Países Bajos y la Antigua República Yugoslava de Macedonia también prevén contribuir fuerzas a este grupo.
Los grupos de combate tácticos son grupos de respuesta rápida multinacionales de unos 1.500 efectivos de distintos componentes -terrestre, apoyo aéreo, logístico, médico, combate-, rápidamente desplegables para poder llevar a cabo misiones de gestión de crisis autónomas de la UE o para apoyar la fase inicial de operaciones mayores, normalmente bajo mandato de la ONU.
Normalmente suele haber dos en la reserva por semestre liderados por un Estado miembro aunque no siempre se cubren las rotaciones para ello por falta de contribuciones de los países. De hecho hay algunos semestres que no se han cubierto todavía en 2015, 2017 y 2018. Faltan por cubrir dos grupos de combate en 2015, uno en 2017 -cuando España prevé liderar otro, a falta del visto bueno político- y otro en 2018.
Problema de financiación. La creación de los grupos de combate tácticos en 2004 se inspiró en la misión europea ‘Artemis’ en República Democrática del Congo lanzada un año antes, aunque nunca han sido utilizados, entre otros por la falta de financiación común para desplegarlos.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea acordaron en la cumbre de diciembre pasado dedicada al refuerzo de la defensa común flexibilizar su uso, por ejemplo promoviendo su uso por componentes y también reclamaron revisar el mecanismo de financiación de las operaciones europeas.
España ha sido uno de los países, junto con otros como Suecia, que defendió utilizar los grupos de combate tácticos en República Centroafricana, algo que rechazaron Reino Unido y Grecia, que asumían entonces su liderazgo.
Las operaciones militares de la UE se financian en la actualidad a través del mecanismo Athena, una especie de fondo intergubernamental al que los Estados miembros contribuyen en función de su Producto Interior Bruto, aunque apenas cubren algunos gastos de financiación común de las mismas como el cuartel de la operación o las misiones exploratorias antes de enviar la misión. La mayor parte de los costes los siguen asumiendo los países que aportan tropas.
Los Estados miembros todavía discuten la creación de un fondo común para financiar las operaciones después de que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE reclamaran en diciembre revisar los mecanismos para financiar las misiones.
Una de las ideas que se discute es garantizar la financiación común del transporte estratégico ligado a las operaciones a través de Athena, cuya revisión debe concluirse antes de finales de año.
Los Estados miembros acordaron en noviembre de 2013 prorrogar un año que el mecanismo de Athena pudieran cubrir el incremento de costes de transporte de los grupos de combate tácticos en el teatro de operaciones hasta el 31 de diciembre de 2014. Ya acordaron esta posibilidad hace dos años pero «bajo ciertas condiciones».