Científicos españoles descubren el doble papel de una proteína en el cáncer de ovario

La proteína NIS es la encargada de
El trabajo aparece publicado en `Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism´.

Redacción. Una investigación española liderada por el Instituto de Salud Carlos III han descubierto el doble papel que juega la proteína NIS, encargada del transporte de yodo por distintos órganos, como marcador tumoral y potencial terapéutico en el cáncer de ovario. Además, también se ha visto que puede minimizar los efectos secundarios de la radioyodoterapia en cáncer de tiroides.

En el trabajo, publicado en ‘Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism’, se ha demostrado que la NIS participa en la fisiología del ovario regulada por las hormonas que participan durante el ciclo menstrual, y que aparece con una expresión muy elevada en los tumores de ovario, lo que supone un factor de mal pronóstico que a su vez abre la puerta a su tratamiento de esos tumores.

Algo importante, resaltan los autores, ya que uno de los problemas más importantes en estos tumores es que suele diagnosticarse en estadios tardíos cuando la enfermedad tiene difícil tratamiento.

«En nuestra investigación hemos visto que la elevada expresión de NIS ocurre desde los estadios tumorales iniciales y por tanto, NIS podría resultar un marcador tumoral temprano en cáncer de ovario», ha explicado Antonio de la Vieja, científico de la Unidad de Tumores Endocrinos del Carlos III y principal autor de la investigación.

La función principal de la proteína NIS es el transporte de yodo en distintos órganos. Y en el tiroides, es la puerta de entrada del yodo para dar lugar a la síntesis de hormonas tiroideas que son esenciales en el metabolismo de todas las células del organismo, especialmente en el desarrollo del cerebro en el feto. De hecho, el déficit de dichas hormonas durante el desarrollo embrionario puede dar lugar a un retraso mental irreversible en el futuro bebé.

En la glándula mamaria lactante, la NIS acumula yodo en la leche para nutrir al recién nacido de este elemento esencial, y que éste pueda sintetizar sus propias hormonas tiroideas.

Esa capacidad de NIS de transportar yodo y sus derivados radioisótopos ha hecho de esta proteína una de las herramientas antitumorales más eficaces en el diagnóstico y tratamiento de cáncer de tiroides, tanto del tumor primario como de sus metástasis. Además, recuerdan los autores, esta técnica de radioyodoterapia es una técnica económica y sobre todo con efectos secundarios poco importantes.

La radioyodoterapia podría usarse en estos tumores. Por ello, De la Vieja apunta que gracias a NIS los radioisótopos de yodo pueden dirigirse específicamente a la célula tumoral diana y lograr que esas células sean detectadas por imagen o sean destruidas, según el isótopo utilizado y la cantidad de radioactividad utilizada. «Con nuestro trabajo mostramos las primeras evidencias que indican que la radioyodoterapia podría ser utilizada en cáncer de ovario gracias a la sobre-expresión de NIS», ha explicado.

Además, según este investigador, otro de los resultados relevantes «es la implicación de NIS en otras patologías. Tal vez el efecto secundario más importante en la radioyodoterapia de cáncer de tiroides es la disfunción en el aparato reproductor femenino.

«El hecho que hayamos visto que NIS, en el ovario normal, está regulado por las hormonas que participan en el ciclo menstrual permitirá que en el futuro se puedan minimizar esos efectos secundarios», según este investigador.

Para ello, es necesario saber en qué momento del ciclo se encuentra la paciente y, dado que el aparato reproductor femenino no está afectado en el cáncer de tiroides, «se podrá decidir cuándo aplicar la radioyodoterapia en esa patología», .

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