Reúnen los manuscritos inéditos de veinte precursores del Derecho Internacional

Presentación libro Escuela Ibérica de la Paz
Presentación libro Escuela Ibérica de la Paz
Presentación libro Escuela Ibérica de la Paz.

Redacción. Conceptos considerados modernos como la dignidad humana, la igualdad entre los pueblos y la libertad innata fueron ya formulados en los siglos XVI y XVII por una serie de pensadores españoles y portugueses, muchos de ellos religiosos, que participaron en la conquista y colonización de América.

El legado de estos juristas, teólogos y filósofos, base del actual Derecho Internacional, ha sido recuperado gracias a un proyecto impulsado por las universidades de Cantabria y Lisboa, junto a la Real Sociedad Menéndez Pelayo (RSMP)-Cátedra Menéndez Pelayo de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y en el marco de Cantabria Campus Internacional (CCI).

El libro “Escuela Ibérica de la Paz. La conciencia crítica de la conquista y colonización de América” es una plasmación de ese trabajo de recuperación histórica, que según sus promotores se difundirá a lo largo de los próximos dos años con actividades en Europa y Latinoamérica.

Un ejemplo es el seminario “La lucha por la justicia en la construcción del imperio”, programado esta semana en el marco de los Cursos de Verano de la UIMP y que se complementa con tres propuestas culturales: una exposición de pintura, otra sobre las misiones jesuíticas y un concierto de música española, portuguesa y americana, que tendrá lugar este jueves en el Hall Real del Palacio de La Magdalena.

Bajo el sello de la Editorial de la Universidad de Cantabria (UC), el volumen presentado el lunes, 23 de junio, recoge las contribuciones más destacadas de veinte autores, cuyos manuscritos inéditos están fechados entre 1511 y 1694. En la presentación intervinieron el vicerrector de Relaciones Institucionales y Coordinación de CCI de la Universidad de Cantabria Juan Enrique Varona y los coordinadores del libro: Ramón Emilio Mandado, presidente de la RSMP, y Pedro Calafate, director del Centro de Filosofía de la Universidad de Lisboa. Junto a ellos estuvo además el vicerrector de Extensión Universitaria de la UIMP Joaquín Garrido.

El libro se presentará también en Coimbra, Rio de Janeiro y en La Haya, sede del Tribunal Internacional de Justicia. Según Ramón Emilio Mandado, con este proyecto “estamos cumpliendo la herencia y legado de Menéndez Pelayo, reivindicando la cultura ibérica”. Mandado recordó que “la modernidad europea no nace solo en el norte de Europa, sino también en el sur” y destacó la gran actualidad de los textos recopilados, que “no parecen escritos en los siglos XVI y XVII”.

Según el presidente de la Real Sociedad Menéndez Pelayo, quienes hicieron las aportaciones reunidas en la obra “no solo crearon bellas utopías”, con “proyectos de carácter antropológico, económico, educativo, artístico y social adelantados a su época”, sino que las pusieron en marcha, “muchas veces jugándose el tipo”. “Tenemos que estar tanto o más orgullosos de ellos que de Hernán Cortés”, afirmó. Mandado señaló que “la Historia, si no se construye metodológicamente desde los manuscritos –entre otras cosas-, es ficción”, y en este tema de la extensión del Cristianismo en América Latina el grado de ficción es “impresionante”.

Juan Enrique Varona también destacó la importancia de esta iniciativa para “poner en valor” las muchas aportaciones de esos pensadores que, “en el fragor de su defensa” de los derechos de las gentes por encima del Estado, “elaboraron una serie de garantías muy bien razonadas y fundadas”. Según el vicerrector, este proyecto de transferencia del conocimiento, “que acerca a la gente de la calle esa riqueza doctrinal”, es muestra de que Cantabria Campus Internacional es “un campus vivo”.

Pedro Calafate, de la Universidad de Lisboa, hizo referencia a la “profunda unidad” de la escuela escolástica en la humanización del Derecho Internacional y a sus aportaciones en clave aristotélica: la libertad de comunicación, la no existencia de la esclavitud natural y la solidaridad. Y también la filosofía de colaboración que permitió la “circulación sin fronteras de estas ideas” para la “invención de un sistema de convivencia pacífica entre los pueblos sin poner en duda la superioridad espiritual del Cristianismo”.

 

 

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