Redacción. Una investigación española ha demostrado por primera vez la capacidad antiinflamatoria a largo plazo a nivel celular de llevar a cabo una dieta cetogénica baja en grasas y suplementada con DHA – una grasa omega 3 cardiosaludable- en personas con obesidad.
La investigación, realizada en el Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición Clínica del Hospital Universitario Río Hortega (Valladolid), y coordinada por el jefe de Servicio de Endocrinología, Diabetes y Nutrición del Hospital Clínico Universitario de Valladolid Daniel de Luis Román podría servir para reducir los efectos de la inflamación en el organismo.
Cuando se padece obesidad las células de dicho tejido aumentan de tamaño y provocan una mayor secreción de sustancias inflamatorias que contribuyen a la acumulación crónica de grasa en los tejidos. Esto acaba provocando un círculo vicioso, en el que la inflamación es consecuencia de la obesidad y acaba convirtiéndose también en su causa, provocando una cronificación de la obesidad.
«Un paciente obeso, por el simple hecho de tener una obesidad, tiene una inflamación de base, y cuando pierde peso los reactantes inflamatorios empeoran. Cualquier medida que ayude a reducir esa inflamación de base viene bien», explica a Europa Press de Luis Román.
En definitiva, añade, «cuando existe una inflamación de base se suele decir que tiene el metabolismo mal regulado», esto significa que el proceso inflamatorio del paciente obeso, que se llama lipoinflamación, tiene múltiples vertientes relacionadas con el riesgo cardiovascular, la reganancia de peso, las alteraciones metabólicas, etc.
El estudio ‘PnK Lipoinflamación’ consistió en un ensayo clínico comparativo, aleatorizado, controlado con placebo, ciego simple y unicéntrico, con seguimiento de 6 meses en pacientes obesos; participaron total de 29 pacientes obesos, de entre 18 y 75 años con Índice de Masa Corporal (IMC) entre 30 y 35 (obesidad) con un estado pro-inflamatorio comprobado.
En concreto, el grupo de control estuvo formado por 15 pacientes a los cuales se les administró un tratamiento de pérdida de peso basado en una dieta proteinada. Mientras, el segundo grupo compuesto por 14 pacientes siguió el ‘Método PNK’, es decir recibieron un tratamiento basado en dieta cetogénica baja en grasas con ‘ProteínDHA’ (una combinación proteínas de alto valor biológico y DHA), una fórmula patentada por Pronokal.
«Lo que vimos es que al suplementar la dieta con este omega 3 los mediadores pro inflamatorios en el paciente obeso que pierde peso disminuyen, mientras que los antiinflamatorios aumentan, y esto no sucedió en el paciente obeso no utilizado la metodología PNK», añade.
Las dietas cetogénicas son aquellas en las que el paciente tiene un bajo aporte calórico – entre 800 y 1.000 calorías– con un aporte de proteínas adecuado a su peso – 0,8 o 1,2 gramos y donde la limitación de las calorías viene fundamentada a que se limitan las grasas – en torno a los 30 gramos- y, durante un periodo controlado, los hidratos de carbono – al rededor de los 50 gramos-.
Los resultados evidencian un mayor ratio antiinflamatorio en el grupo PNK a 60 y 180 días en comparación con el grupo control. Estos resultados son especialmente relevantes, ya que a diferencia del control, el grupo PNK ya muestra a 60 días un predominio de moléculas antiinflamatorias, y a 180, el efecto antiinflamatorio presente en las células de los miembros del grupo PNK tiene un ratio 3 veces superior en comparación al grupo control, lo que puede estar relacionado con la no recuperación del peso a largo plazo.
Respecto a los metabolitos pro-inflamatorios, se observa como tras 2 meses el grupo PNK ya es capaz de amortiguar la actividad pro-inflamatoria, mientras que en el grupo control se ve un claro aumento de los metabolitos pro-inflamatorios.
A nivel de pérdida de peso, ambos grupos mostraron una eficacia comparable respecto a las principales variables de seguimiento como en la evolución de parámetros analíticos. En cuanto a la seguridad, ambos grupos mostraron parámetros de normalidad y sólo en casos puntuales efectos adversos leves y de carácter temporal.
«Lo interesante es la metodología ya que ha seguido el diseño de ensayo clínico», ha advertido este experto quien espera poder sacar nuevas conclusiones en próximos meses, ya que se está valorando sí este efecto protector antiinflamatorio a nivel celular puede facilitar la no recuperación del peso a largo plazo.
Diferentes estudios han demostrado que debido al proceso inflamatorio de las células de grasa, una persona con obesidad o sobrepeso se encuentra en un estado inflamatorio crónico con tendencia a recuperar el peso perdido.