Así cuentan nuestros mayores cómo se vivía en el siglo pasado

El Consistorio ha entregado las historias grabadas en DVD a sus vecinos.
El Consistorio ha entregado las historias grabadas en DVD a sus vecinos.

C.N. Anécdotas y vivencias sobre cómo era el día a día en el pueblo hace casi un siglo, qué canciones se cantaban en las fiestas populares o cómo se celebraba el día de Reyes son algunos de los aspectos que se han dado a conocer.

La iniciativa, en la que han participado ocho vecinos de entre 80 y 97 años, se ha desarrollado a través del programa “Nuestros mayores cuentan” puesto en marcha por la concejalía de Bienestar Social. Para ello, durante varias semanas, un equipo de profesionales estuvo realizando entrevistas en el Centro de Día de la localidad. El resultado han sido ocho vídeos en los que, durante más de una hora, cada uno de ellos relata episodios y anécdotas sobre su vida.

La concejala de Bienestar Social, Olvido de la Rosa ha explicado que “Nuestros mayores cuentan” nace con la intención de que “nuestros mayores nos contasen su vida, la vida del pueblo donde habían nacido, Cúllar Vega, pero, por otro lado, también reforzar la imagen de las personas mayores y de su importancia en la sociedad. Ellos son un ejemplo y modelo a seguir para los más jóvenes de nuestro pueblo”.

El Consistorio ha entregado las historias grabadas en DVD a sus vecinos para que sus familias también puedan disfrutar de ellos. El proyecto ha tenido tanto éxito que el Ayuntamiento ya trabaja en la edición de nuevos vídeos que tendrán como protagonistas a más personas mayores de la localidad.

“Hemos contado con experiencias muy bonitas”, ha resaltado la edil cullera. En este sentido, ha explicado que Cúllar Vega era un pueblo eminentemente agrícola, por lo que muchos de ellos dejaban los estudios a la edad de 8 ó 9 años para trabajar en el campo con la familia. “Nos han contado los tipos de cultivo que se daban antiguamente en el municipio, como el cáñamo y el trigo, y el uso de la trilla y de los arados con mulos”. Pero también se ha recogido la experiencia de José Pérez, hijo de un oficial de albañil que por entonces era el único que se dedicaba al oficio y que participó en la construcción de casas y edificios municipales de la época.

Cúllar Vega era un pueblo eminentemente agrícola.
Cúllar Vega era un pueblo eminentemente agrícola.

Por su parte, las mujeres han relatado que, “además de trabajar en el campo, se encargaban de las tareas del hogar, de bordar en las largas tardes de verano o de jugar a los corros en la calle. También asistían al colegio y las clases se dividían en función del sexo”.

Los mayores han descrito, asimismo, que los Reyes Magos eran los mismos todos los años y que la costumbre era regalar muñecas de cartón piedra, que si se mojaban se rompían, así como las mochilas o carteras para ir al colegio, que también se fabricaban con este mismo material. También que las celebraciones se hacían en las casas de la familia con los postres típicos de Cúllar como los roscos o pestiños que hacían las mujeres y con una copita de anís o aguardiente. Sobre las canciones de su vida recuerdan a Carlos Gardel, Machín o Juanito Valderrama.

Hemos escuchado también cómo conocieron a sus esposas o esposos, ha comentado la concejala de Bienestar Social. “Era una época en la que para poder pretender a la novia había que hacer encaje de bolillos y siempre tenías que ir con amigos o hermanos que te acompañaban para que dieran fe de que no había malas artes en esos noviazgos y que el novio no iba a aprovecharse de la novia. Además, solo se podía sacar a bailar a la novia en las fiestas del pueblo y el cura se encargaba de cortar las fiestas a las doce de la noche para que no se diera pie a la diversión”.

Hubo muchos que tuvieron que emigrar a otros países en la postguerra y que han vuelto a su pueblo después de muchos años. Cuando se les pregunta por las comidas que le hacían sus madres comentan “que se comían todo lo que les ponían porque por aquella época no había abundacia y, si tenías campo y animales, no te faltaba la comida pero tampoco tenías privilegios”.

Las celebraciones se hacían en las casas de la familia con los postres típicos de Cúllar como los roscos o pestiños.
Las celebraciones se hacían en familia con los postres típicos como los roscos o pestiños.

Con respecto a las situación actual, manifiestan que ”ahora estamos bien, no sabemos lo que es pasar hambre, nuestro pueblo ahora tiene buenas comunicaciones y no como antes que estaban las calles sin asfaltar, no había iluminación y había que ir a coger agua a la fuente. Las mujeres se iban a lavar la ropa al lavadero con agua fría y frotando mucho para que saliera la ropa blanca”.

Se refieren a sus hijos como lo más importante que han hecho y afirman que han podido “darles unos estudios y que se encuentran en buena situación la mayoría gracias al esfuerzo que hicieron”.

Se trata sin duda de una experiencia que ganará valor a medida que vaya creciendo pues, según los expertos, las fuentes orales son una herramienta importante en el estudio de la Historia y la recuperación de la memoria histórica, porque la experiencia directa no solo aporta datos que a menudo no figuran en los registros escritos, sino que añade una visión humanizada de los hechos históricos.

 

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